Un gran número de tlaxcaltecas combaten contra los españoles en su segunda batalla

Texto original con ortografía de la época:

[…] a menos de tiro de ballesta asomaron por detrás de un cerrillo unos mil indios muy bien armados, y llegaron con un alarido que subía hasta el cielo, a tirar dardos y saetas a los nuestro. Cortés les hizo muchas señales de paz para que no peleasen, y les habló por medio de los farautes, rogando y requiriéndoselo en forma ante escribano y testigos, como si hubiera de aprovechar o entendieran lo que era; y como cuanto más les decían, tanta prisa se daban ellos en combatir, pensando desbaratarlos, o meterlos en juego para que los siguiesen hasta llevarlos a una celada de mas de ochenta mil hombres, que les tenían preparada entre unas grandes quebradas de arroyos que atravesaban el camino y hacían mal paso, tomaron los nuestros las armas [133] y dejaron las palabras; trabo una animada contienda, porque aquellos mil eran tantos como los que de nuestra parte combatían, y diestros y valientes hombres, y situados en mejor lugar para pelear. Duró muchas horas la batalla, y al cabo, o bien por cansados, o bien por meter a los enemigos en el garito donde pensaban cogerlos a bragas enjutas, comenzaron a aflojar y a retirarse hacia los suyos, no desbaratados, sino cogidos. Los nuestros, encendidos en la pelea y matanza, que no fue chica, los siguieron con toda la gente y fardare, y cuando menos se cataron, entraban en las asqueas y quebradas, y entre na infinidad de indios armados que los aguardaban en ellas. No se pararon por no desordenarse, y las pasaron con mucho temor y trabajo, por la mucha prisa y guerra que los contrarios daban; de los cuales hubo muchos que arremetieron a los de a caballo en aquellos malos pasos para quitarles las lanzas: tan atrevidos eran. Muchos españoles hubieran quedado ahí perdidos, si no les hubiesen ayudado los indios amigos […] Salieron, en fin, de aquellas quebradas a campo llano y raso, donde pudieron correr los caballos y jugar la artillería ; dos cosas que hicieron mucho daño en los enemigos, y que mucho los sorprendió por su novedad; y así , después huyeron todos.

Para citar:
López de Gómara, Francisco , La Conquista de México, Madrid, Dastin Historia, 2000 [1552], pp. 132-133
Lugar(es):
  • Tlaxcala
Actor(es):
  • artillería
  • Caballos
  • indios aliados de Cortés
  • indios tlaxcaltecas