En su nuevo Tonalpohualli, Noticonquista presenta un personaje clave de la llamada conquista de México: el gobernante de la ciudad de Cempoala, muy cerca de Veracruz. Nuestra ilustración principal es una tabla enconchada del siglo XVII, realizada por Miguel y Juan González que presenta la entrada de los expedicionarios a Cempoala y su recepción por el gobernante de la ciudad.

Este dirigente nativo fue el primer amigo o aliado de los expedicionarios.Sin embargo, no conocemos con seguridad su nombre, por lo que suele ser llamado con el apodo que le dieron los españoles: “el Cacique gordo”.

Esta denominación es despectiva y también inexacta. El término cacique, una palabra de origen caribeño, no correspondía a la posición política real de este gobernante. Igualmente se suele afirmar que este señor hablaba totonaca, una de las lenguas de la región, pero en realidad su idioma era el náhuatl, pues la ciudad de Cempoala era poblada por grupos originarios del centro de México, entre otros. Por último, los españoles afirmaron siempre que Cempoala estaba sometida al imperio mexica y que pagaba tributos a Moctezuma. Sin embargo, existen evidencias históricas de que no era así, presentadas en los artículos de nuestro Amoxtli, que incluyen una entrevista imaginaria con este gobernante misterioso.

En todo caso, este hábil político indígena supo reconocer las ventajas que podría obtener si ayudaba a los expedicionarios y se hacía su amigo. Así podía aprovechar la fuerza militar de los españoles para aumentar su poder y fortalecer a sus aliados en la región ,y más allá, además de usarlos para confrontar a los poderosos mexicas. Como veremos en los próximos meses, el apoyo y los consejos de este señor fueron fundamentales para guiar a los españoles en el complejo mundo mesoamericano.

Por su parte, Hernán Cortés y los capitanes españoles aceptaron la comida, los servicios y los consejos del gobernante de Cempoala que los ayudaron en un punto de necesidad, marcado por el hambre y las precarias condiciones de su campamento en la Villa Rica de la Vera Cruz.

Sin embargo, interpretaron la amistad del gobernante de Cempoala como un acto de sumisión que lo transformaba en vasallo de Carlos I, rey de Castilla, y lo ponía a su servicio, lo que no era estrictamente verdadero. A partir de esta confusión, o interpretación sesgada, comenzaron a practicar en Mesoamérica el tipo de política que hacían en Europa y diseñaron un estrategia para confrontar al “rey” Moctezuma a quien querían someter: convertir en “vasallos” del monarca castellano a los pueblos sometidos a su dominio y así debilitar su "imperio".