Guerra, religión y territorio en la Península Ibérica y en América

17 de junio de 1519/ día 6-movimiento, año 1-caña
"La llegada de Cortés a Veracruz y la recepción de los embajadores de Moctezuma", Anónimo. Siglo XVII
"La llegada de Cortés a Veracruz y la recepción de los embajadores de Moctezuma", Anónimo. Siglo XVII

El Tonalpohualli de esta semana aborda la historia de la península Ibérica durante la Edad Media y la expansión de los reinos cristianos en una serie de guerras que abarcaron 700 años contra los gobiernos musulmanes establecidos en el sur de la península. Este proceso culminó con la toma de Granada, el último califato musulmán en 1492.

Este es un antecedente fundamental para comprender las intenciones y las acciones de los expedicionarios españoles que llegaron a las costas de Mesoamérica en abril de 1519.

Las conquistas en América en el siglo XVI, como las de la Península Ibérica en los siglos anteriores, fueron impulsadas por la convicción de que la única religión verdadera era el catolicismo y que por ello, los ataques contra los “infieles”, musulmanes o indígenas, eran una “guerra justa” para difundir su fe y destruir a sus enemigos. Por eso, el Santo patrono de los expedicionarios era el mismo que el de sus antepasados, Santiago Matamoros.

Hernán Cortés y sus hombres se consideraban herederos y continuadores de esta guerra centenaria. Así como sus antepasados habían expandido los dominios de la religión católica y de los reyes de Castilla y Aragón sobre la Península, ellos pretendían hacer lo mismo en las tierras americanas, combatiendo a unos nuevos infieles, los indios. A cambio esperaban las mismas recompensas que sus predecesores: las riquezas obtenidas en el combate y en el saqueo; dotaciones de tierras para poder vivir, así como vasallos enemigos que trabajaran para ellos; diversas honras y privilegios que reconocieran sus méritos y servicios a la Corona.

Sin embargo, esta tradición de guerra religiosa también implicaba aprender a negociar con los “infieles” y establecer alianzas con ellos.  Así podían derrotar al más poderoso con la ayuda de los más débiles. Los cristianos se apoyaron muchas veces en aliados musulmanes para combatir a los califatos y gobiernos islámicos de la Península. Esta fue la estrategia que adoptó también Hernán Cortés al aliarse con los gobernantes mesoamericanos hostiles a Moctezuma y los mexicas.

Igualmente, como habían hecho sus antepasados, los expedicionarios estaban dispuestos a emparentar con sus nuevos aliados y a adoptar muchas de sus costumbres.

Amoxtli

Los artículos del Amoxtli de esta semana exploran los antecedentes ibéricos de la empresa de conquista emprendida por los expedicionarios españoles, bajo el liderazgo de Hernán Cortés.

Los dos primeros textos de abordan la larga guerra entre los reinos cristianos y los musulmanes en la Península Ibérica desde perspectivas complementarias: un recuento de sus principales hitos históricos y el análisis del tipo de sociedad que crearon, la frontera, un espacio en que se enfrentaban y a la vez se interpenetraban los cristianos y sus enemigos.

El tercer texto, de nuestra coordinadora Lucía Beraldi, explica la compleja organización territorial y política de la península Ibérica en 1519.