Llegada y desembarco en Cozumel

Texto original con ortografía de la época:

En 10 días del mes de febrero, año de 1519, después de haber oído misa, nos hicimos a la vela con nueve navíos por la banda del sur con la copia de los caballeros y soldados que dicho tengo, y con dos navios de la banda del norte (como he dicho), que fueron once; con el en que fue Pedro de Alvarado con sesenta soldados, e yo fui en su compañía; y el piloto que llevábamos, que se decía Camacho, no tuvo cuenta de lo que le fue mandado por Cortés, y siguió su derrota, y llegamos dos días antes que Cortés a Cozumel, y surgimos en el puerto, ya por mí otras veces dicho cuando lo de Grijalva; y Cortés aún no había llegado con su flota, por causa que un navio en que venía por capitán Francisco de Moría, con tiempo se le saltó el gobernalle, y fue socorrido con otro gobernalle de los navios que venían con Cortés, y vinieron todos en conserva. Volvamos a Pedro de Alvarado, que así como llegamos al puerto saltamos en tierra en el pueblo de Cozumel con todos los soldados, y no hallamos indios ningunos, que se habían ido huyendo; y mandó que luego fuésemos a otro pueblo que estaba de allí una legua, y también se amontaron e huyeron los naturales, y no pudieron llevar su hacienda, y dejaron gallinas e otras cosas; y de las gallinas mandó Pedro de Alvarado que tomasen hasta cuarenta delias, y también en una casa de adoratorios de ídolos tenían unos paramentos de mantas viejas, e unas arquillas donde estaban unas como diademas e ídolos, cuentas e pinjantillos de oro bajo, e también se les tomó dos indios e una india; y volvimos al pueblo donde desembarcamos. Estando en esto llegó Cortés con todos los navios, y después de aposentado, la primera cosa que hizo fue mandar echar preso en grillos al piloto Camacho porque no aguardó en la mar, como le fue mandado. Y desque vio el pueblo sin gente, y supo cómo Pedro de Alvarado había ido al otro pueblo, e que les había tomado gallinas e paramentos y otras cosillas de poco valor de los ídolos, y el oro medio cobre, mostró tener mucho enojo dello y de cómo no aguardó el piloto ; y reprendióle gravemente al Pedro de Alvarado, y le dijo que no se habían de apaciguar las tierras de aquella manera, tomando a los naturales su hacienda; y luego mandó traer a los dos indios y a la india que habíamos tomado, y con Melchorejo, que llevábamos de la punta de Cotoche, que entendía bien aquella lengua, les habló, porque Julianillo su compañero se había muerto, que fuesen a llamar los caciques e indios de aquel pueblo, y que no hubiesen miedo, y les mandó volver el oro e paramentos y todo lo demás; e por las gallinas, que ya se habían comido, les mandó dar cuentas e cascabeles, e más dio a cada indio una camisa de Castilla. Por manera que fueron a llamar al señor de aquel pueblo, e otro día vino el cacique con toda su gente, hijos y mujeres de todos los del pueblo, y andaban entre nosotros como si toda su vida nos hubieran tratado; e mandó Cortés que no se les hiciese enojo ninguno. Aquí en esta isla comenzó Cortés a mandar muy de hecho, y nuestro señor le daba gracia que doquiera que ponía la mano se le hacía bien, especial en pacificar los pueblos y naturales de aquellas partes, como adelante verán.

Para citar:
Díaz del Castillo, Bernal , Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, Ciudad de México, Editorial Patria, 1983 [1632], pp. 60-62
Lugar(es):
  • Cozumel
Persona(s):
  • Pedro de Alvarado
  • Melchor
  • Pedro Camacho