Contacto con los totonacas: Primer encuentro entre indígenas y españoles en Veracrúz

Texto original con ortografía de la época:

[...] hasta el Jueves Santo que llegaron a san Juan de Ulúa que les apareció puerto, al cual los naturales de allí llaman Chalchicoecan [Chalchiocoeca]. Allí paró la flota y hecho Anclas. Apenas fueron surtos cuando luego vinieron dos Acalles (que son como las canoas) en busca del Capitán de aquellos navíos, y como vieron las banderas, y estandarte de la nao Capitana Siguieron a ella; preguntaron por el Capitán, y como les fue mostrado hicieron su reverencia, y dijeron que; Teudilli Gobernador de aquella Provincia enviaba a saber qué Gente, y de dónde era aquella, a qué venia, qué buscaba, si quería parar allí, o pasar adelante. Cortés (aunque Aguilar no los entendió bien) les hizo entrar en la Nao, agradecióles su trabajo, y venida, dióles colación con vino, y conservas; y dijoles que luego al otro día saldría atierra a ver, y hablar al gobernador, al qual rogaua no se alborotase de su salida, que ningún daño haría con ella, sino mucho provecho, y placer. Aquellos Hombres tomaron Ciertas Cosillas de rescate, comieron, y bebieron con tiento, sospechando mal, aunque les supo bien el Vino, y por eso pidieron de ello y de las conservas para el Governador, y con tanto se bolbieron. Otro dia que fue viernes santo salió Cortes en tierra con los Bateles llenos de españoles, y luego hizo sacar Artillería, y caballos; y poco apoco toda la Gente de Guerra, de servicio que eran hasta doszientos Hombres de Cuba. Tomó el mejor sitio que les pareció entre aquellos arenales de la marina, y asentó el Real, y se hizo fuerte, y los de Cuba como hay por allí muchos arboles hicieron de presto las Chozas que menester fueron para todos de rama; luego vinieron muchos indios de un lugarejo allí cerca, y de otros al real de los españoles; a ver lo que nunca vieron, y traían oro para trocar por semejantes cosillas que habían llevado los de los Acalles, y mucho pan, y viandas guisadas a su modo con axí que es chile, para dar o vender a los nuestros. Por lo cual les dieron los españoles contezuelas de vidrio, espejos, tijeras, cuchillos, alfileres, y otras cosas tales, con que no poco alegres se tornaron a sus casas, y las mostraron a sus Vecinos; fue tanto el gozo, y contento, que todos aquellos simples hombres tomaran con aquellas cosillas que de rescate llevaron, y vieron que también volvieron luego al otro día ellos, y otros muchos Cargados de Joyas de oro, de gallipavos, de pan, de fruta de comida guisada, que bastecieron el ejército español, y llevaron por todo ello, no muchos sartales, ni agujas, ni cintas; pero con ello quedaron tan Pagados, y ricos que no se veían de placer, y regocijo; y aun Creían que habían engañado a los forasteros pensando que era el vidrio piedras finas. Visto por Cortes la mucha cantidad de oro que aquella Gente traía, y trocaba tan bobamente por dijes, y niñerías mando pregonar en el Real que ninguno tomase oro so graves penas sino que todos hiciesen que no lo conocían, o que no lo querían; porque no pareciese q era codicia, ni su intención y Venida, a solo aquello era encaminada, y así disimulaba para ver que cosa era aquella gran muestra de oro y si lo hacían aquellos indios por probar si lo habían por ello.

Para citar:
, La conquista de México, , Universidad Nacional Autónoma de México, 2012 [], pp. 117-118
Lugar(es):
  • San Juan de Ulúa
Persona(s):
  • Jerónimo de Aguilar