Moctezuma se entera de la alianza de Cortés con los Totonacas y envía mensajeros

Texto original con ortografía de la época:

Estando en esto, parece ser que el gran Montezuma tuvo noticia en México cómo le habían preso sus recaudadores e que le habían quitado la obediencia y cómo estaban rebelados los pueblos totonaques; mostró tener mucho enojo de Cortés y de todos nosotros, y tenía ya mandado a un su gran ejército de guerreros que viniesen a dar guerra a los pueblos que se le rebelaron y que no quedase ninguno dellos  a vida; e para contra nosotros aparejaba de venir con gran ejército y pujanza de capitanes; y en aquel instante van los dos indios prisioneros que Cortés mandó soltar, según he dicho en el capítulo pasado, y cuando Montezuma entendió que Cortés les quitó de las prisiones y los envió a México, y las palabras de ofrecimientos que les envió a decir, quiso nuestro señor Dios que amansó su ira e acordó enviar a saber de nosotros qué voluntad teníamos, y para ello envió dos mancebos sobrinos suyos, con cuatro viejos, grandes caciques, que los traían a cargo, y con ellos envió un presente de oro y mantas, e a dar las gracias a Cortés porque les soltó a sus criados; y por otra parte se envió a quejar mucho, diciendo que con nuestro favor se habían atrevido aquellos pueblos de hacerle tan gran traición e que no le diesen tributo e quitarle la obediencia; e que ahora, teniendo respeto a que tiene por cierto que somos los que sus antepasados les habían dicho que habían de venir a sus tierras, e que debemos de ser de sus linajes, y porque estábamos en casa de los traidores, no les envió luego a destruir; mas que el tiempo andando no se alabarán de aquellas traiciones. Y Cortés recibió el oro y la ropa, que valía sobre dos mil pesos, y les abrazó, y dio por disculpa que él y todos nosotros éramos muy amigos de su señor Montezuma, y como tal servidor tiene guardados sus tres recaudadores; y luego los mandó traer de los navios, y con buenas mantas y bien tratados se los entregó; y también Cortés se quejó mucho del Montezuma, y les dijo cómo su gobernador Pitalpitoque se fue una noche del real sin le hablar, y que no fue bien hecho, y que cree y tiene por cierto que no se lo mandaría el señor Montezuma que hiciese la villanía, e que por aquelia causa nos veníamos a aquellos pueblos donde estábamos, e que hemos recibido dellos honra; e que le pide por merced que les perdone el desacato que contra él han tenido; y que en cuanto a lo que dice que no le acuden con el tributo, que no pueden servir a dos señores, que en aquellos días que allí hemos estado nos han servido en nombré de nuestro rey y señor; y porque el Cortés y todos sus hermanos iríamos presto a le ver y servir, y cuando allá estemos se dará orden en todo le que mandare. Y después de aquestas pláticas y otras muchas que pasaron, mandó dar a aquellos mancebos, que eran grandes caciques, y a los cuatro viejos que los traían a cargo, que eran hombres principales, diamantes azules y cuentas verdes, y se les hizo honra; y allí delante dellos, porque había buenos prados, mandó Cortés que  corriesen y escaramuzasen Pedro de Alvarado, que tenía una buena yegua alazana que era muy revuelta, y otros caballeros,de lo cual se holgaron de los haber visto correr; y despedidos y muy contentos de Cortés y de todos nosotros se fueron a su México.

Para citar:
Díaz del Castillo, Bernal , Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, Ciudad de México, Editorial Patria, 1983 [1632], pp. 121-122
Lugar(es):
  • Antigua Veracruz
Persona(s):
  • Hernando Cortés
  • Moctezuma Xocoyotzin
Actor(es):
  • Recaudadores de Moctezuma