La batalla naval por México-Tenochtitlan
En el tonalpohualli de esta semana exploramos las dimensiones y recursos de la gran batalla que se libró por el control de las aguas del lago de Texcoco que rodeaban a México-Tenochtitlan.
Para lograr vencer a los mexicas era indispensable controlar este lago para impedir que se pertrecharan o pudieran atacar a sus enemigos. Asimismo, la ciudad lacustre debía ser asaltada al mismo tiempo por las estrechas calzadas que la comunicaban con las riberas, y por el agua que las rodeaba.
Para tal fin, los expedicionarios españoles mandaron construir 13 bergantines que han sido señalados como un triunfo de la tecnología naval y bélica europea. Igualmente, algunos historiadores han afirmado que la idea del asalto anfibio fue propia de Hernán Cortés.
Los amoxtli de esta semana buscan enriquecer nuestras perspectivas sobre este tema.
Mariana Favila demuestra cómo la guerra anfibia, por agua y tierra de manera coordinada, ya era conocida para los mesoamericanos y discute varios casos de batallas de este tipo realizadas por y contra los mexicas.
Flor Trejo nos describe las características de los bergantines, que los hacían idóneos para las aguas someras del lago de Texcoco. Señala también que la fuerza de estos navíos españoles fue complementada por decenas de miles de canoas texcocanas, creando una flota mixta de gran poder.
Antonio Jaramillo enfatiza la participación de los tlaxcaltecas y de un general, con el título de Chichimecatecuhtli, en la fabricación de los bergantines en Tlaxcala, su prueba en ese lugar, y su posterior traslado a Texcoco. Muestra los grandes esfuerzos de este pueblo, así como su papel fundamental en el éxito de esta iniciativa naval.