Después de permanecer aproximadamente dos semanas en Cholula los expedicionarios y sus aliados partieron rumbo a México-Tenochtitlan, de acuerdo a la estrategia definida por Hernán Cortés para encontrarse lo más pronto posible con el tlatoani Moctezuma Xocoyotzin, a quien consideraba el rey de esa tierra. 

Con la masacre que perpetraron en Cholula, demostraron de manera dramática su disposición a usar la violencia más extrema. Gracias al apoyo que tenían de los tlaxcaltecas, de los cempoaltecas y de otros aliados, sumaban un ejército considerable. Además, se dirigieron al territorio de Huexotzinco (Huejotzingo) donde fueron bien recibidos por los naturales, como relata uno de nuestros artículos de la semana.

Por ello, el gobernante mexica no pudo pensar en detenerlos por medio de la fuerza, si bien eligió tenderles trampas en su camino y enviar magos y brujos para que intentaran dañar a los invasores.

Sin embargo, con ayuda de sus aliados, los expedicionarios evitaron los caminos llenos de trampas y eligieron cruzar la Sierra Nevada por una ruta poco habitual, el paso más alto entre los dos volcanes Popocatépetl e Izcactépetl (como se llamaba entonces el Iztaccíhuatl). 

Mientras tanto, como relata uno de los amoxtli de esta semana, Diego de Ordaz y otros hombres resolvieron escalar la cima del Popocatépetl, pues querían conseguir azufre para la pólvora de los arcabuces españoles. Nos cuenta también de la película Epitafio (México, 2015) que rememora este hecho.