

El 18 de octubre de 1519 los expedicionarios españoles encabezados por Hernán Cortés y sus aliados de Tlaxcala realizaron una masacre de la población en la ciudad de Cholula que habría de durar de 3 a 4 días y consistió en diferentes acciones bélicas.
La llamada “masacre de Cholula” fue una de la acciones bélicas más sangrientas de 1519 y sin duda la más espectacular, pues sus víctimas fueron los gobernantes, los sacerdotes y la población civil desarmada. Cholula era una de las ciudades más grandes y famosas de Mesoamérica, un activo centro comercial y un importante santuario religioso consagrado al poderoso dios Quetzalcóatl, por lo que fue llamada después “la Roma o la Meca” de estas tierras.
Según el propio Hernán Cortés en un par de horas sus tropas mataron a 3000 hombres. Bernal Díaz del Castillo dice “matamos muchos de ellos y otros se quemaron vivos”. El historiador oficial de Cortés, Francisco López de Gómara, habla de 6,000 víctimas. Llegar a un conteo exacto de víctimas sería imposible pero la magnitud de la masacre parece exceder los millares. Comparando las diferentes versiones de los hechos se pueden señalar 4 acciones bélicas diferentes:
Se trató, pues de una operación militar de ataque a la población civil que fue tanto planificada, sistemática y prolongada. Por otro lado aunque se mencionan ciertos enfrentamientos, ninguna fuente menciona bajas por parte de los atacantes lo que indica que la resistencia no fue muy organizada y menos eficaz.
La mayoría de las versiones españolas de este enfrentamiento insisten en que los expedicionarios habían recibido noticias de que los cholultecas planeaban atacarlos, a instancias de Moctezuma, gobernante de los mexicas. Estas noticias provinieron de los tlaxcaltecas y fueron confirmadas por la propia Marina. Por ello, argumentan que el ataque español fue un “castigo” contra la traición de los cholultecas. A partir de la idea de un ataque (que nunca sucedió) se culpa de la violencia española a las propias víctimas indígenas. Por eso, después de la matanza Hernán Cortés hizo que los cholultecas le pidieran perdón a sus atacantes.
Sin embargo, estamos seguros que el ataque contra los españoles nunca se realizó y la falta de capacidad de la población de Cholula para resistir la agresión realizada por los expedicionarios parece indicar que tampoco estaba listo para hacerse. Si en efecto, los pobladores de la ciudad hubieran querido atacar a los conquistadores y sus aliados, también hubieran tenido a mano las armas y las trampas para repeler su agresión. Por ello sorprende que no las hayan usado para defenderse.
En todo caso, el impacto de la masacre fue notorio. La noticia de este acto de violencia sin precedentes, la destrucción del santuario principal de uno de los dioses más poderosos de Mesoamérica, corrió por toda la tierra y sembró el terror.