El recibimiento de Cortés por Moctezuma

Texto original con ortografía de la época:

Hasta este puente salió Moctezuma a recibir a Cortés, debajo de un palio de pluma verde y oro, con mucha argentería colgando, que llevaban cuatro señores sobre sus cabezas. Le llevaban del brazo Cueltlauac y Cacamacín, sobrinos suyos Ygrandes príncipes. Venían los tres ataviados de una manera riquísima, excepto que el señor llevaba unos zapatos de oro y piedras engastadas, que solamente eran las suelas prendidas con correas, como se pintan a lo antiguo. Andaban criados suyos de dos en dos, poniendo Y quitando mantas por el suelo, para que no pisase en la tierra. Seguían luego doscientos señores como en procesión, todos calzados, y con ropa de más rica librea que los tres mil primeros. Moctezuma venía por en medio de la calle, y estos otros detrás y arrimados cuanto podían a las paredes, con los ojos en tierra, para no mirarle a la cara, que es desacato. Cortés se apeó del caballo, y cuando se juntaron, le fue a abrazar según nuestra costumbre. Los que le llevaban del brazo le detuvieron, para q ue no llegase hasta él, pues era pecado tocarle; saludáronse, sin embargo, y Cortés le echó entonces al cuello un collar de margaritas y diamantes y otras piezas de vidrio. Moctezuma se fue adelante con uno de los sobrinos, y mandó al otro que llevase de la mano a Cortés inmediatamente detrás de él y por en medio de la calle. Al comenzar a marchar llegaron los de la librea uno a uno, a hablarle y darle el parabién de su llegada, y tocando la tierra con la mano pasaban y se volvían en orden a su sitio. No hubiesen acabado aquel día si todos los de la ciudad les hubieran, como querían, saludado; mas como el rey iba delante, volvían todos la cara a la pared, Y no se atrevían a llegar a Cortés. A Moctezuma le gustó el collar de vidrio, y por no tomar sin dar mejor como gran príncipe, mando entonces traer dos collares de camarones encarnados, gruesos como caracoles, y que allí aprecian mucho, y de coaduno de ellos colgaban ocho camarones de oro, de labor perfectísima y de jeme cada uno, y se los puso al cuello con sus propias manos, que tuvieron como grandísimo favor, y se sorprendieron de ello. Ya en esto acababan de pasar por la calle, que tiene un tercio de legua, ancha, recta y muy hermosa, y llena de casas por ambas aceras ; en cuyas puertas, ventanas y azoteas había tan gente para ver los españoles que no se quién se maravillaba más si los nuestros de ver tanta muchedumbre de hombres y mujeres que aquella ciudad tenía; o ellos de la artillería caballos, barbas y traje de hombres que nunca vieran. Llegaron, pues, a un patio grande, recámara de ídolos, que eran casas de Axaiaca. A la puerta tomó Moctezuma de la mano a Cortés y lo metió dentro de una gran sala; lo puso en un rico estrado y le dijo: «En  vuestra casa estáis: comed, descansar y haced placer, que luego tono ». Tal como habéis oído fue el recibimiento que a Hernán Cortés hizo Moctezuma, rey poderosísimo, en una gran ciudad de México, a 8 días del mes de noviembre del año 1519 que Cristo nació.

 

Para citar:
López de Gómara, Francisco , La Conquista de México, Madrid, Dastin Historia, 2000 [1552], pp. 169-170
Lugar(es):
  • México-Tenochtitlan
Persona(s):
  • Moctezuma Xocoyotzin
  • Cuitlahuac
  • Cacamatzin
  • Hernando Cortés
Actor(es):
  • cacique(s)