Moctezuma recibe a Cortés y sus huestes

Texto original con ortografía de la época:

[…] vimos venir dos órdenes de muy grandes de gente que tomaban más de dos o tres tiros de arcabuz, y todos eran señores y principales y personas, al parecer, de mucha autoridad, los cuales venían bien vestidos a su modo, arrimados todos a las paredes de las casas con grandísima composición, de ojos que no miraban a español ni a per- sona nacida, sin hablar hombre palabra, todos con un sumo silencio. Las azoteas de las casas estaban tan llenas de gente que ponían admiración. En medio de aquellas tan grandes dos procesiones venía aquel gran rey Moteczuma, en una litera cubierta de paños de algodón buenos, que no le podía ver nadie, y ninguno de los indios que con él venían haciéndole compañía no se atrevían a mirar la dicha litera, la cual llevaban señores principales en sus hombros; y delante de él iba un hombre con una vara de justicia en la mano, alta, representando la grandeza de este señor; detrás de él y a los lados iban otros grandes señores de cuenta. Andando más adelante, ya que llegaba el dicho Cortés obra de un tiro de piedra de él, se apeó él solo del caballo en que iba, y el dicho Moteczuma salió de su litera y echó al cuello del capitán unos collares de oro y piedras, y el dicho Cortés le echó al cuello un collar de margaritas; y con toda crianza le habló que fuese muy bien venido, que a su casa venía; y el capitán le dio las gracias por tan buen recibimiento, y así poco a poco entramos en un gran patio de muy gran circuito en el cual había unos aposentos y palacios reales donde podían caber pasados de doscientos mil hombres, aposentos muy buenos y grandes en donde en una parte de ellos [81] se aposentaron el dicho capitán y su gente; y aquí nos dieron mucha comida de aves y pan y maíz, tanto que bastantemente se proveyó el ejército. Y Moteczuma se dio por vasallo del emperador, por ante escribano, y se asentó así que le serviría en todo como a su señor; y dijo que fuesen muy bien venidos, que a su casa venían, y que de sus antepasados tenían y sabían por lo que les habían dicho, que de donde salía el sol había de venir una gente barbada y armados, que no les diesen guerra porque habían de ser señores de la tierra. Teníannos por hombres inmortales y llamábannos teules, que quiere decir dioses, y con estas palabras y otras que callo, este gran señor se fue a otros palacios y aposentos suyos, los cuales eran de gran circuito a la redonda y cercados de agua.

Para citar:
de Aguilar , Fray Francisco , Relación breve de la conquista de la nueva España, México, UNAM- Instituto de Investigaciones Históricas , 1977 [1892], pp. 80-81
Lugar(es):
  • México-Tenochtitlan
Persona(s):
  • Moctezuma Xocoyotzin
  • Hernando Cortés