Maxixcatzin da refugio a los españoles tras la Noche Triste

Texto original con ortografía de la época:

Sabida la nueva de su pérdida y desbarate, llegaron en su socorro y defensa gran numero de gente de la ciudad de Tlaxcala, enviados por los cuatro señores, principalmente por Maxixcatzin, a quien se debe todo este bien, que fue el que más sintió el mal tratamiento de sus amigos, y de su gran pérdida y muerte de Motecuhzomatzin, el cual hizo salir más de doscientos mil, hombres de socorro que salieron a socorrer al capitán Cortés a Hueyotlipan: aunque no llegaron a tiempo, mas fue esta gente de mucho afecto para corre el campo en seguimiento de los contrarios, hasta echallos de sus tierras y llagarlos a sus limites, que fue una reseña muy útil y provechosa, con lo que los aculhuacanenses y mexicanos fueron admirados ver cuan en tan breve espacio de tiempo se había juntado tan gran poder de gente en socorro de gente advenediza y extranjera, y ansí tratando entre sí y echando juicios la causa que fuese de tan gran amistad y tan coligadi con gente tan extraña. La cual nueva y rota corrió por todo el reino de los mexicanos, que les causó no estar seguros de la venganza que después se tomó de ellos por su desvergüenza y atrevimiento.

Como los nuestros se viesen libres y descansados algunos días, a persuasión y ruegos de Maxixcatzin, salieron del pueblo de Hueyotlipan para la ciudad de Tlaxcalla que estaba a cuatro leguas de este lugar; y los heridos que no podían ir a caballo ni a pie, los llevaban en hombros y en hamacas con mucho amor y regalo; y ansí como venían de camino y entrando por la ciudad, salían las gentes a vellos y como venían tan maltratados tenían de ellos gran lástima y las mujeres subidas en sus casa y terrados, les decían a grandes voces llorando: "¿Quién os engañó ir a México, desdichados de vosotros, a meteros entre tan malvados y crueles traidores? ¡Oh pobres de vosotros que ansí os han parado y maltratado! Seáis muy bien venidos a vuestras casas y tierras. No tengáis pena, reposad y descansad, no tengáis miedo de tan mala gente traidora".

Con estas y otras caricias de amor y ternura los acariciaban, con palabras tiernas y amorosas les recibían y decían para darles mayor consuelo. Prosiguiendo su camino llegaron a los palacios y casas de Maxixcatzin, en el barrio y cabecera de Ocotelulco, donde fueron aposentados y recibidos con gran aplauso, y aquí estuvieron algunos días, hasta que nuestro señor fue servido de que sanaron los enfermos y se reformaron.

Para citar:
Muñoz Camargo, Diego , Historia de Tlaxcala, Tlaxcala, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social; Universidad Autónoma de Tlaxcala, 2013 [1998], pp. 203-204
Lugar(es):
  • Tlaxcala
Persona(s):
  • Maxixcatzin