¿Qué pasó con la música prehispánica?

La conquista no terminó con la lucha armada, ésta sólo comenzó un proceso que requirió de tiempo e imaginación por parte de los grupos dominantes para poder manejar los aspectos más íntimos de la vida de los dominados. En este terreno, la música jugó un papel fundamental, pues, como se ha apuntado en diversos estudios, en las ceremonias de los pueblos mesoamericanos, la música no era un simple acompañamiento, sino que formaba parte intrínseca de los ritos, situación que supieron aprovechar los frailes franciscanos que introdujeron en las plegarias y la ritualidad una nueva música que acabó siendo un elemento reconstructivo del pensamiento indígena.

De la conquista militar a la conquista espiritual tuvo que recorrerse un camino en el que los frailes franciscanos fueron pieza clave. Presentados a la comunidad en un evento cuyos elementos dramáticos fueron absolutamente deliberados, los franciscanos causaron gran impacto a los indígenas. El relato de Bernal Díaz del Castillo  no deja sombra de duda: “Su majestad enviaría religiosos de mucha mejor vida que nosotros éramos, para que les diesen a entender los razonamientos y predicaciones que les decíamos eran verdaderos.” Y más adelante “Y viniendo por su camino, ya que llegaban cerca de México, el mismo Cortés, acompañado de nuestros valerosos y esforzados soldados, los salimos a recibir; juntamente fueron con nosotros Guatemuz, el señor de México, con todos los más principales mexicanos que había y otros muchos caciques de otras ciudades; y cuando Cortés supo que llegaban, se apeó del caballo, y todos nosotros juntamente con él, y ya que nos encontramos con los reverendos religiosos, el primero que se arrodilló delante de Fray Martín de Valencia y le fue a besar las manos fue Cortés, y no lo consintió y le besó los hábitos y a todos los más religiosos, y así hicimos todos los más capitanes y soldados que allí íbamos, y Guatemuz y los señores de México. Y de que Guatemuz y los demás caciques vieron ir a Cortés de rodillas a besarle las manos, espantáronse en gran manera, y como vieron a los frailes descalzos y flacos, y los hábitos rotos, y no llevaron caballos, sino a pie y muy amarillos, y ver a Cortés, que le tenían por ídolo o cosa como sus dioses, así arrodillado delante de ellos, desde entonces tomaron ejemplo todos los indios…[1]”. Con esa presentación tan espectacular, los franciscanos se introdujeron poco a poco en la vida de los conquistados, observaron y estudiaron, en un principio, las costumbres de los mexicas, pero también de todos los indígenas del territorio mesoamericano y del norte a medida que era necesario el adoctrinamiento. Aprendieron sus lenguas, vivieron con ellos y enseñaron a sus hijos, de hecho, incentivaban a los pequeños a que denunciaran a sus padres si los veían en alguna “práctica herética”. Al no haber muchos avances en el aspecto religioso, pues los indígenas no abandonaban la adoración de sus dioses, idearon enseñarles algunas oraciones con música. Cuál sería su sorpresa, al darse cuenta de que este método funcionó a las mil maravillas pues la música atrajo no solamente a los niños, sino a los adultos también. Lourdes Tourrent en su libro La conquista musical de México[2], texto fundamental sobre el tema, menciona a Motolinía: “Los religiosos buscaron mil modos y maneras para atraer a los indios en el conocimiento de un solo Dios verdadero, y para apartarlos del error de los ídolos diéronles muchas maneras de doctrina. Al principio, para les dar sabor enseñáronles el Per signum crucis, el Pater Noster, Ave María, Credo, Salve, todo cantado de un tono muy llano y gracioso. Sacáronles en su propia lengua de Anahuac los mandamientos en metros y los artículos de la fe, y aún hoy (1540), los cantan en muchas partes de la Nueva España”. Cuando Motolinía habla de Tono llano, se refiere a la forma de canto tradicional de la iglesia católica en la cual no existe acompañamiento instrumental y se realiza a una sola voz, esto es, solo existe una melodía. De los cantos llanos europeos, el canto gregoriano es el más conocido. Este es un detalle sumamente importante ya que implica que el primer contacto pedagógico con la música europea que tuvieron los indígenas fue el canto llano. En 1931 Jesús C. Romero sostenía como conclusiones de un artículo publicado en el primer número de Música Revista Mexicana[3]: “1.-La música criolla mexicana, es el resultado de una simbiosis de la pentafonía autóctona con el canto llano y no con la música popular española. 2.- La música popular española es un elemento secundario y tardío en el desarrollo del criollismo musical mexicano”.

Si bien es cierto que el canto llano fue lo primero que se enseñó en las escuelas fundadas por los frailes, al ver los avances de los indígenas en el aspecto musical, se seleccionó a algunos para que aprendieran el “canto de órgano” que no es otra cosa que el canto a varias voces o polifonía y que requiere sobre todo de un conocimiento avanzado en la lectura de partituras, ya que, como podemos imaginar, cantar dos o más melodías al mismo tiempo sin perderse, requiere de una guía que integre al conjunto. Ahora bien, las implicaciones que se tienen al enseñar a leer y practicar un sistema musical totalmente nuevo son enormes, ya que transforman desde la base los conceptos que se tienen sobre la materia, y es justamente en este punto donde comienza la conquista musical, una conquista sin la violencia de las armas, pero con la violencia de la imposición de una doctrina que transforma desde sus cimientos una cultura o, en este caso conjunto de culturas, y cuyas consecuencias nos llegan hasta nuestros días. Aquí cabe mencionar que los sistemas musicales, según los cronistas y después los investigadores, usados por los nativos eran pentatónicos (o escalas pentáfonas), es decir, la base para su música era de 5 notas, sistemas similares fueron usados por diferentes culturas en Asia, África, Europa y América a lo largo de la historia e incluso subsisten hoy en día. Un nuevo sistema basado en diferentes escalas fue impuesto por los europeos con una concepción diferente de la música que con el tiempo permeó de lleno no solamente en la música religiosa sino en la popular también, eso es a lo que se refiere Jesús C Romero en sus conclusiones[4].

No podemos conocer la música prehispánica de manera directa, esto es, escuchándola ya que no existió una forma de escribirla, y por lo tanto debemos de hacernos una idea de cómo era a través de fuentes indirectas, en este sentido los cronistas con un sesgo cultural evidente, deben de ser tomados con reserva. Por otro lado, los estudios arqueológicos y de la literatura náhuatl nos indican que la música no-vocal era básicamente de dos formas; instrumentos de aliento, como flautas, y de percusión, como tambores, dentro de los cuales el famoso Teponaxtle[5]ocupa un lugar especial. Por su lado, los españoles, ocuparon instrumentos de cuerda frotada como violas y violines y de cuerda punteada como guitarras, vihuelas y arpas e instrumentos más complejos como el órgano o de aliento construidos con metales como diferentes tipos de trompetas que resultaron totalmente novedosos para los americanos en general. El choque de dos formas de hacer música supuso que naturalmente los vencedores militares impusieran sus prácticas musicales. Así, con el tiempo, se fueron borrando las melodías tradicionales, junto con sus métodos y sus instrumentos, el mestizaje se dio en el ámbito popular primero ya que los soldados y los músicos venidos para amenizar las celebraciones profanas como los banquetes fueron copiados tanto por los indígenas como por los mestizos. Un buen ejemplo de este mestizaje es el surgimiento del corrido y la décima a partir del romance en boga en España en el siglo XVI. En el ámbito más rígido de la música eclesiástica, que es de la que tenemos más fuentes directas pues sobreviven muchas más partituras, sabemos con bastante certeza que era lo que se escuchaba en las ceremonias religiosas en la Nueva España, no debe de sorprendernos un repertorio como el peninsular de los siglos XVI y XVII con los grandes polifonistas a la cabeza: Giovanni Pierluigi da Palestrina, Tomás Luis de Victoria, Alonso Lobo, Cristóbal de Morales a los cuales se sumaron composiciones de los primeros maestros de capilla que trabajaron en la Nueva España como Hernando Franco (1532-1585) y Juan Gutiérrez de Padilla (1590-1664). Mención muy especial merece el compositor portugués Gaspar Fernándes (c. 1563-1629) quien fue maestro de capilla en Guatemala y Puebla a quien debemos una serie de villancicos[6] de los más variados temas y cuya música nos muestra un camino que contiene elementos mestizos de gran colorido.

Podemos decir que la música europea se impuso con sus sistemas de escalas y modos sobre la pentafonía precortesina y que los instrumentos traídos por los españoles cambiaron la manera en como se acompañaban los cantos, que de la música anterior a la llegada de los españoles solo nos queda especular acerca de su sonido y forma de ejecutarse al no haber partituras, y que nuestra música mestiza es producto de la evolución del choque de culturas. Aunque difícil de rastrear, se han encontrado elementos para identificar algunas formas que surgieron en la Nueva España y regresaron a Europa para integrarse a su música como la chacona y la sarabanda. Ejemplo de una chacona famosa ya totalmente asimilada a Europa es la de la partita no. 2 para violín solo de Johann Sebastian Bach BWV 1002.

Para complementar con música lo antes expuesto se recomienda visitar la página musiteca.mx en su apartado de música novohispana, algunos discos recomendados son:

La música de la catedral de Oaxaca, México: El cancionero musical de Gaspar Fernandes. Capilla musical de la Nueva España, Aurelio Tello, director. Quindecim. https://open.spotify.com/album/5r5pc5uvrFbgS6k35Miqgj?si=krkc7KJZT_uhOP9n9BgdNw

Música Barroca Mexicana Volumen II. Cappella Cervantina dirigida por Horacio Franco. Quindecim. https://open.spotify.com/album/4IxVGwYoCxfmb4C6BcvPWK?si=Bn3922BgTzywV0Bo7yyelA

Masterpieces of Mexican Poliphony. Westminster Cathedral Choir. James O´Donnel. The master of music. Hyperion.

Recientemente a raíz de las prácticas interpretativas con criterios histórico se han hecho experimentos que mezclan estilos y épocas, a mi gusto, uno de los más logrados, aunque con un grado de especulación más alto es el del grupo Mare Nostrum con su disco Nueva España dirigido por Andrea de Carlo con la soprano Nora Tabbush. Su versión de La media Bamba es sencillamente deliciosa. https://open.spotify.com/album/7dBT06RSANzg3vJFbyjtc0?si=tGto7zRtRkOxNBMXw52s_w

Por último, para quien quiera escuchar la obra maestra que es la chacona de la partita No 2 de Bach, la versión de Henryk Szeryng anterior a la corriente historicista es asombrosa. https://youtu.be/1ZGrCrR8CJw

 

[1] Díaz del Castillo, Bernal (1973). Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. Fernández Editores. México. Pp. 521 y 522.

[2] Tourrent, Lourdes (2006). La conquista musical de México Fondo de Cultura Económica. México pp. 120 y 121.

[3] Romero, Jesús C. (1931). Nuestra música colonial. Música Revista Mexicana. Número 1 5 abril 1930 p 26.

[4] Por supuesto que desde 1931 que fue publicado su artículo ha pasado mucho tiempo y los avances en musicología han sido enormes, e incluso los debates sobre lo que es la música popular han cobrado nuevas directrices.

[5] http://mediateca.inah.gob.mx/islandora_74/islandora/object/objetoprehispanico%3A16631 aquí una ilustración. Instrumento de percusión hecho de un tronco hueco, con hendiduras de formas y tamaños diversos que sirven para dar diferentes sonidos al ser golpeados. Se usaban para dar una base rítmica.

[6] El villancico, como composición musical, en los siglos XVI y XVII no era exclusivo de la Navidad. Su estructura, a muy grandes rasgos era estribillo y coplas. Su carácter desenfadado y en muchos casos alegre hizo que se vinculara con fechas gozosas como las fiestas de algunos santos y desde luego, el ciclo de Navidad.

Para citar: Theo Hernández Villalobos, ¿Qué pasó con la música prehispánica?, México, Noticonquista, http://www.noticonquista.unam.mx/amoxtli/2562/2550. Visto el 29/04/2024