La conquista en las artes III: plumaria, enconchados y biombos para recordar una guerra

8 de febrero de 1521 / Día 10-lluvia ; año 2-pedernal
Biombo con la historia de la conquista de México, Anónimo, Siglo XVII
Biombo con la historia de la conquista de México, Anónimo, Siglo XVII

Hace 500 años los aliados tlaxcaltecas, texcocanos, españoles y de muchos otros pueblos estrechaban su cerco sobre México-Tenochtitlan, desmontando una a una las alianzas y los apoyos de sus enemigos mexicas. Se preparaba una guerra que todos imaginaban de gran trascendencia, pero cuya verdadera y terrible dimensión tal vez nadie podía imaginar.

Y la memoria de esta guerra, que hemos llamado conquista de México, ha durado siglos, plasmada en textos, pinturas, películas y también en materiales muy diversos: plumas, muebles y artes decorativas. Estos objetos preciosos y de gran valor fueron producidos para satisfacer el orgullo de las riquísimas élites indígenas y criollas en la Nueva España y también para ser enviados a España y Europa, como demostración de la riqueza de la tierra y de la habilidad artística de sus habitantes. Los amoxtli de esta semana analizan tres de estas singulares formas artísticas de la Nueva España.

María Olvido Moreno describe el arte de la plumaria, las múltiples y diversas obras, vestidos y armas decoradas con plumas de vistosos colores. Esta forma artística mesoamericana impresionó tanto a los españoles que Hernán Cortés envío todo tipo de presentes a su rey, Carlos V. 

Nino Valen, describe los biombos pintados, producidos en la segunda mitad del siglo XVII, que presentaban una imagen idealizada de la conquista, exaltando el valor de los españoles tanto como el de sus enemigos indígenas, así como la dimensión religiosa de este evento, como fundación de la Iglesia en la Nueva España.

Concepción Lopezosa, a su vez, explica el origen de los enconchados, un estilo muy particular de pintura que utilizaba concha nacar. Esta tradición artística novohispana reunía elementos indígenas, europeos y asiáticos y se utilizó para producir vistosas obras que circularon a Europa y hasta Buenas Aires. Estas obras representaban los temas favoritos de las élites criollas que las mandaban fabricar, como las imágenes de la virgen de Guadalupe y las de la conquista de México.