La prisión de Moctezuma

Texto original con ortografía de la época:

La ocasión o pretexto que tuvo para ello fue la muerte de nueve españoles que mató Cualpopoca , y la osadía, haber escrito al Emperador que lo prendería, y querer apoderarse de México y de su imperio. Las leyó, y se las metió en la faltriquera, y se paseó un gran rato solo, y preocupado de aquel gran hecho que emprendía, y que hasta a él mismo le parecía temerario, pero necesario para su intento. […]

[200] Ál día siguiente por la mañana vinieron a él algunos españoles, con muchos indios de Tiaxcallan, a decirle que los de la ciudad tramaban de matarlos, y querían romper los puentes de las calzadas para hacerlo mejor. Así que con estas noticias, falsas o verdaderas, deja para recaudo y guarda de su aposento a la mitad de los españoles, pone en las encrucijadas de las calles a muchos otros, y a los demás les dice que de dos en dos, y de tres a cuatro, o como mejor les pareciese, se fueran a palacio muy disimuladamente, porque quiere hablar a Moctezuma sobre cosas en lo que les va las vidas. Ellos lo hicieron así, y él se fue derecho a Moctezuma con armas secretas, que así iban los que las tenían. Moctezuma lo salió a recibir, y lo metió en una sala, donde tenía su estrado. Entraron con él allí unos treinta españoles; los demás se quedaron en la puerta y en el patio. Le saludó Cortés según acostumbraba. Y luego comenzó a bromeár ytener palacio, como otras veces solía. Moctezuma, que muy descuidado, y sin pensamiento de lo que la fortuna tenía ordenado, estaba muy alegre y contento de aquella conversación, dio a Cortés muchas joyas de oro y una hija suya, y otras hijas de señores para otros españoles. […] Después de todo esto le mostró las cartas de Pedro de Hircio, que llevaba, y se las hizo de- [201] clarar, quejándose de Cualpopoca, que había matado a tantos españoles. y de él mismo, que lo había mandado, y de que los suyos publicasen que querían matar a los españoles y romper los puentes. Moctezuma se disculpó enérgicamente de lo uno y de lo otro, diciendo que era mentira lo de sus vasallos y falsedad muy grande que ac¡ucl malo de Cualpopoca le levantaba; y para que viese que era así, llamó luego a la hora, con la saña que tenía, a algunos criados suyos, les mandó que fuesen a llamar a Cualpopoca, y les dio una piedra como sello, que llevaha al brazo y que tenía la figura de Viteclopuchti. Los mensajeros partieron al momento, y Cortés le dijo: Mi señor, conviene que vuestra alteza se venga conmigo a mi aposento, y esté allí hasta que los mensajeros vuelvan y traigan a Cualpopoca y la claridad de la muerte de mis españoles; que allí seréis tratado y servicio y andaréis como aquí. No tengáis pena; que yo miraré por vuestra honra y persona como por la mía propia o por la de mi rey; y perdonadme que lo haga así, pues no puedo hacer otra cosa; que si disimulase con vos, éstos que conmigo vienen se enojaríantie mí, porque no los amparo y defiendo. Así que mandad a los vuestros que no se alteren ni rebullan, y sabed que cualquier mal que nos viniere lo pagará vuestra persona con la vida, pues está en vuestra boca ir callando y sin alborotar a la gente».

Mucho se turbó Moctezuma, y dijo con toda gravedad: «No es persona la mía para estar presa, y aunque lo quisiese yo, no lo sufrirían los míos». Cortés replicó, y él también, y así estuvieron ambos más de cuatro horas sobre esto, y al cabo dijo que iría, puesto que había de mandar y gobernar. Mandó que le ade rezasen muy bien un cuarto en el patio y casa de los españoles, y se fue allí con Cortés. Vinieron muchos señores, se  quitaron las ropas, las pusieron bajo el brazo, y descalzos y llorando lo llevaron en unas ricas andas. Como se dijo por la ciudad que el rey iba preso en poder de los españoles, comenzóse a alborotar toda. Mas él consoló a los que lloraban, y mandó a los otros cesar, diciendo que ni estaba preso ni contra su voluntad, sino muy a su placer. Cortés le puso guarda española con un capitán, que la quitaba y ponía cada día, y nunca faltaban de su lado españoles que lo entretenían y regocijaban, y él se divertía mucho con aquella conversación, y les daba siempre algo.

Para citar:
López de Gómara, Francisco , La Conquista de México, Madrid, Dastin Historia, 2000 [1552], pp. 199-201
Lugar(es):
  • México-Tenochtitlan
Persona(s):
  • Chimalpopoca
  • Hernando Cortés
  • Moctezuma Xocoyotzin