Las alianzas y las fuerzas militares antes del sitio de México-Tenochtitlan

3 de mayo de 1521 / Día 3-casa; año 3-casa
Lienzo de Tlaxcala
Lámina 45, Lienzo de Tlaxcala, Parte superior, una mujer lidera el combate desde un bergantín. Al centro, otra mujer, posiblemente Malintzin dirige al ejército tlaxcalteca-español por la calzada. Dibujo por Camilo Moncada basado en versión de Genaro López

El 28 de abril de 1521, Hernán Cortés realizó un "alarde" de las tropas españolas que se preparaban a sitiar México-Tenochtitlan, capital de los mexicas. Este acto ceremonial, típico de un ejército que se preparaba para entrar al combate, sirvió para hacer un recuento de los alrededor de 1,000 efectivos españoles y para darles ánimos y recordarles la causa por la que peleaban.

Aprovechando esta ocasión, Noticonquista presenta tres amoxtli que nos permiten conocer el estado de las fuerzas y alianzas que se habían enfrentado ya por casi 9 meses de guerra y que se preparaban para lo que prometía ser la batalla final.

Martín Ríos nos habla de las tropas españolas, con su número relativamente menor de caballeros, ballesteros y arcabuceros, y su gran mayoría de soldados de pie que sólo tenían una espada y un escudo. Menciona también las armas de fuego de que disponían.

A su vez, Agustín García Márquez nos describe la historia de la larga y compleja alianza entre los totonacas del centro de Veracruz y los españoles, marcada por conflictos, diferentes e incluso muertes. Su detallada historia muestra cómo los aliados de los español no eran simples peones pasivos y obedientes, sino que los apoyaban por sus propias razones y por las mismas podían retirarles su apoyo, e incluso atacarlos.

Finalmente, Miguel Pastrana analiza con detalle las alianzas y apoyos con que contaban los mexicas. Muestra cómo fracasaron también sus intentos por recuperar a sus antiguos vasallos, con ofertas de reducir sus tributos. Igualmente intentaron fallidamente convencer a sus grandes rivales, los tlaxcalteca y los purépecha, que se unieran a ellos contra los españoles. Por ello debieron enfrentar casi solos al creciente ejército indo-español que los atacaba.