La batalla de Otumba, ¿un episodio decisivo de la conquista?

6 de julio de 1520 / Día 1-viento, año 2-pedernal
Lienzo de Tlaxcala, p25
Batalla de Otumba. Petzicatla Temalacatitlan. Lienzo de Tlaxcala

El 7 de julio de 1520 se libró la famosa batalla de Otumba en un llano cercano a esa población del noreste del Valle de México. En este enfrentamiento, los españoles se proclamaron victoriosos y detuvieron los ataques mexicas que amenazaban con destruirlos.

Antes de esta batalla, los expedicionarios españoles y sus aliados tlaxcaltecas y de otros pueblos, llevaban una semana de haber huido de México-Tenochtitlan en la llamada Noche Triste, que terminó en una humillante derrota a manos de los mexicas. Los siguientes días continuaron escapando de los ataques y siguieron el camino rumbo a Tlaxcala, donde esperaban encontrar refugio. El acoso incesante de los mexicas debilitaba a  los españoles, que ya habían perdido más de la mitad de sus hombres en la Noche Triste. Por eso, para ellos la batalla de Otumba era la última oportunidad de librarse de sus enemigos y poder encontrar refugio en casa de sus amigos tlaxcaltecas.

Las historias españoles enfatizan la gloriosa victoria conseguida por los españoles, y en particular la valentía de Hernán Cortés, quien supo capturar al gran capitán del ejército mexica y apoderarse de su estandarte real, provocando así la derrota psicológica de su ejército.

En su amoxtli, Gabriela Rivera describe con detalle la gesta de Cortés y la importancia del capitán mexica, Matlatzincatzin, quien era nada menos que el cihuacóatl de México-Tenochtitlan, portador del estandarte supremo del ejército de ese altépetl. También enfatiza la participación "milagrosa" de Santiago Matamoros en esta batalla, según los cronistas españoles.

A su vez, Marco Cervera detalla la situación estratégica y militar de los españoles, que les permitió hacerse de la victoria en Otumba. Considera este enfrentamiento como uno de los casos más claros en que los españoles pudieron desplegar la superioridad estratégica de sus caballos y sus armas de fuego contra sus enemigos mesoamericanos.

Por su parte, Carlos Brokmann, nos presenta una descripción más amplia de la situación estratégica de los españoles y sus aliados tras su derrota de la Noche Triste y propone que Otumba no fue en verdad una batalla singular y decisiva, sino la última de la larga serie de escaramuzas entre mexicas y españoles.