Los españoles son recibidos por los tlaxcaltecas

Texto original con ortografía de la época:

Y ansí fue que habiendo estado algunos días en este pueblo de Tecohuactzinco, se movieron de allí y se vinieron a Tlaxcalla, donde el gran señor Xicotencatl recibió a Cortés de paz y a sus compañeros, cuyo recibimiento fue el más solemne y famoso que en el mundo se ha visto ni oído, porque en tierras tan remotas, extrañas y apartadas, nunca a príncipe del mundo se había hecho otro tal, porque salieron los cuatro señores de las cuatro cabeceras de la señoría y reino de Tlaxcalla con la mayor pompa y majestad que pudieron, acompañados de otros muchos tecuhtles y piles y grandes señores de aquella república, más de cien mil hombres que cubrían los campos y calles, que parece cosa increíble.

El primer recibimiento se les hizo en Tzompantzinco, lugar muy principal de Tlaxcalla, y allí fue recibido Cortés de los principales de aquel pueblo: de allí pasaron los nuestros a otro lugar muy grande que llamaban Atliguetzan, de aquí salieron otros tecuhtlis y piles de muy gran valor y estima, donde salió Piltecuhtli acompañado de gran muchedumbre de gente. Y de este lugar bajaron aTizada, que es el lugar de la cabecera de Xicotencatl: aquí en este lugar y casas de Xicotencatl, por ser muy viejo, no salió de su casa más de hasta un patio donde había unas gradas de poca bajada; mas aquí estuvieron todos los demás señores de las cabeceras, que eran Maxixcatzin, Citlalpopocatzin, Tlehuexolotzin y demás señores al respecto, para hacer este tan solemnísimo recibimiento.

Llegados los nuestros puestos en ordenanza adonde habían ser recibidos, llegó Xicotencatl a abrazar a Hernando Cortés y hacelle la salva como en efecto lo hizo; mas Cortés como hombre sagaz y astuto y no en ninguna cosa descuidado, ansímismo le abrazó, mas siempre con gran recato le asió de la muñeca del brazo derecho, y no se consintió apretar el cuerpo, y de esta forma y término lo hizo con Maxixcatzin, Citlalpopocatzin y Tlehuexolotzin. Hecha esta ceremonia tan famosa se fueron Cortés y Xicotencatl y Malintzin mano a mano hasta donde habían de ser alojados y aposentados, tratando de su venida y de cómo los venía a visitar y ayudar en todo lo que se le ofreciese, y a castigar a Motecuhzoma, su capital enemigo, y toda la demás gente de Culhua que en aquella sazón prevalecía y predominaba en toda la máquina de este nuevo orbe, donde era tan temido, adorado y reverenciado como si fuera su dios, teniendo señorío, poder y mando en este tan remoto apartado imperio y monarquía, sobre todas las naciones de estas tan extrañas partes.

Para citar:
Muñoz Camargo, Diego , Historia de Tlaxcala, Tlaxcala, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social; Universidad Autónoma de Tlaxcala, 2013 [1998], pp. 170-171
Lugar(es):
  • Tlaxcala
Persona(s):
  • Hernando Cortés
  • Tlahuexolotzin
  • Citlalpopocatzin
  • Maxixcatzin
  • Xicotencatl
  • Marina