Batalla de Otumba en la Relación Breve de Fray Francisco de Aguilar
[…] así caminando llegamos a vista de un cerro y vimos los campos de Cuauhtitlán y Otumba todos llenos de gente de guerra, los cuales nos pusieron gran temor y espanto, y en aquel mismo cerro, que era pequeño, mandó el capitán que parase la gente y allí mandó que comiese el que tuviese qué, el cual aunque llorando hizo de las tripas corazón y nos hizo una plática y exhortación, esforzando y poniendo ánimo así a los de pie como a los de caballo como valiente capitán, el cual subido encima de un caballo hizo subir a los demás, que serían hasta cuarenta, y viendo tanta multitud de gente llamó a los capitanes, conviene a saber: a don Pedro de Alvarado, Gonzalo de Sandoval, Cristóbal de Olid con otros; y a Diego de Ordaz encargó la gente de pie, y a los de caballo Hernando Cortés repartió y dijo a cada uno que fuesen por su parte a dar en los contrarios. De artillería y arcabucería no hubo remedio, porque todo quedó perdido y nuestro Dios y Señor fue servido de aplacar su ira y sernos favorable, porque el dicho Cortés, metido entre los indios haciendo maravillas y matando a los capitanes de los indios que iban señalados con rodelas de oro, no le curando de gente común, llegó de esta manera haciendo muy gran destrozo al lugar donde estaba el capitán general de los indios, y diole una lanzada de la cual murió. Dejo de contar cómo antes que aquí llegase cayó dos [93] «veces en el suelo y se halló después encima del caballo sin saber quién ni•quién lo había subido. Los demás capitanes a caballo por verse libre de la muerte que tan a ojo tenían, hacían maravillas peleando como valerosos hombres. En este entretanto, Diego de Ordaz con la gente de a pie estábamos todos cercados de indios que ya nos echaban mano, y como el capitán Hernando Cortés mató al capitán general de los indios, se comenzaron a retirar y a darnos lugar, por manera que muy pocos nos seguían; y así caminando con grandísimo trabajo nos íbamos acercando a la dicha Tlaxcala.
- Otumba
- Pedro de Alvarado
- Gonzalo de Sandoval
- Cristóbal de Olíd
- Diego de Ordás
- Hernando Cortés