Cortés visita a Moctezuma y juega con él

Texto original con ortografía de la época:

Como nuestro capitán en todo era muy diligente, y vio que el Montezuma estaba preso, y por temor no se congojase con estar encerrado y detenido, procuraba cada día, después de haber rezado, que entonces no teníamos vino para decir misa, de irle a tener palacio, e iban con él cuatro capitanes, especialmente Pedro de Alvarado y Juan Velázquez de León y Diego de Ordás, y preguntaban al Montezuma con mucha cortesía, y que mirase lo que mandaba, que todo se haría, y que no tuviese congoja de su prisión; y le respondía que antes se holgaba de estar preso, y esto por que nuestros dioses nos daban poder para ello, o su Huichilobos lo permitía; y de plática en plática le dieron a entender por medio del fraile más por extenso las cosas de nuestra santa fe y el gran poder del emperador nuestro señor; y aun algunas veces jugaba el Montezuma con Cortés al totoloque, que es un juego que ellos así le llaman, con unos bodoquilos chicos muy lisos que tenían hechos de oro para aquel juego, y tiraban con aquellos bodoquillos algo lejos a unos tejuelos que también eran de oro, e a cinco rayas ganaban o perdían ciertas piezas e joyas ricas que ponían. Acuerdóme que tanteaba a Cortés Pedro de Alvarado, e al gran Montezuma un sobrino suyo, gran señor; y el Pedro de Alvarado siempre tanteaba una raya de más de las que había Cortés, y el Montezuma, como lo vio, decía con gracia y risa que no quería que le tantease a Cortés el Tonatio, que así llamaban al Pedro de Alvarado; porque hacía mucho ixoxol  en lo que tanteaba, que quiere decir en su lengua que mentía, que echaba siempre una raya de más; y Cortés y todos nosotros los soldados que aquella sazón nacíamos guarda no podíamos estar de risa por lo que dijo el gran Montezuma. Dirían ahora que por qué nos reímos de aquella palabra: es porque el Pedro de Alvarado, puesto que era de gentil cuerpo y buena manera, era vicioso en el hablar demasiado, y como le conocimos su condición, por esto nos reímos tanto. E volvamos al juego: y si ganaba Cortés, daba las joyas a aquellos sus sobrinos y privados del Montezuma que le servían; y si ganaba Montezuma, nos lo repartía a los soldados que le hacíamos guarda; y aun no contento por lo que nos daba del juego, no dejaba cada día de darnos presentes de oro y ropa, así a nosotros como al capitán de la guarda, que entonces era Juan Velázquez de León, y en todo se mostraba Juan Velázquez grande amigo e servidor de Montezuma.

Para citar:
Díaz del Castillo, Bernal , Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, Ciudad de México, Editorial Patria, 1983 [1632], pp. 280-281
Lugar(es):
  • México-Tenochtitlan
Persona(s):
  • Moctezuma Xocoyotzin
  • Hernando Cortés
  • Pedro de Alvarado