Motecuhzoma II: fuentes y controversias
Pocos personajes de la historia de México han padecido críticas y juicios tan severos como Motecuhzuma II. Se podría escribir un extenso libro sobre la visión negativa de este soberano a lo largo de la historia, desde los insultos que recibe en algunas fuentes indígenas del siglo XVI, las acusaciones de traidor a la patria —que todavía no existía— en las obras de los historiadores decimonónicos, hasta los juicios sobre su falta de capacidad para reaccionar y su pusilanimidad frente a los invasores en obras más recientes.
Por un lado, los testimonios de los españoles —Cortés por ejemplo— describen a Motecuhzoma II que, supuestamente, colabora voluntariamente con los conquistadores y les entrega su reino. Por otro lado, las fuentes indígenas en lengua náhuatl —la famosa “visión de los vencidos”— y los frailes que se basan en estos testimonios presentan a menudo al tlatoani como el principal culpable de la caída del imperio mexica.
Esta última imagen negativa se inscribe en un esquema cosmogónico, según el cual las eras o Soles se suceden y se derrumban, debido a las transgresiones cometidas por dioses o soberanos. Así, al final de tercer Sol, Tezcatlipoca y una diosa procrearon sin permiso en Tamoanchan, lo que desencadenó la expulsión de los dioses sobre la tierra. La cuarta era fue dominada por Nanáhuatl-Quetzalcóatl y fueron las transgresiones cometidas por Topiltzin Quetzalcóatl, rey de Tollan, las que provocaron la caída de la capital tolteca y el advenimiento del Sol de los mexicas. Naturalmente, la era de Huitzilopochtli-Tezcatlipoca y de su representante sobre la tierra Motecuhzoma II, concluyó con la llegada de los españoles, equiparada con el regreso de Quetzalcóatl. En este escenario, el rey mexica, cumple entonces con el papel de transgresor, responsable de la caída del quinto Sol. De allí las acusaciones de soberbia —Motecuhzoma II se hace adorar como un dios—, de orgullo —no acepta las advertencias de los presagios— e incluso de transgresión sexual —es el “berdache” o amante homosexual de los españoles— que encontramos en las fuentes indígenas. Por todo lo anterior, resulta sumamente difícil evaluar el papel de Motecuhzoma II, tanto a lo largo de su reino como durante los trágicos episodios de la conquista.
Para empezar, no sabemos a ciencia cierta cuando nació Motecuhzoma Xocoyotzin. Los españoles lo describen como un hombre de unos cuarenta años, mientras que algunas fuentes indígenas aseguran que murió a la edad de 52 años. En realidad esta edad corresponde a un “siglo” indígena, al final del cual se pensaba que se acababa una era cósmica, un Sol. Y la muerte de Motecuhzoma representó en efecto el fin de la era mexica, por lo tanto esta edad de 52 años al momento de su muerte es dudosa.
Lo que si es seguro es que accedió al trono en el año 10 tochtli (conejo), es decir, en 1502, después de la muerte de su tío, el tlatoani Ahuítzotl. Las fuentes presentan al nuevo rey como un guerrero valiente, así como un hombre devoto y muy capaz, formado en el calmecac. Continuas durante su reino, las campañas militares no se realizaron al azar sino que perseguían objetivos precisos: consolidar el imperio al integrar enclaves independientes, por ejemplo en la zona de Oaxaca, y sobre todo debilitar el Valle de Puebla, principal adversario de la Triple Alianza. Según las crónicas, Motecuhzoma II llevó a cabo importantes reformas administrativas, las cuales tenían el propósito de aumentar la coherencia del imperio, controlar a los nobles e incluso a los de provincia cuyos hijos eran trasladados como rehenes a la capital mexica. La marca de Motecuhzoma se inscribió también en el ámbito religioso: lo podemos apreciar con la realización de importantes monumentos como el Teocalli de la Guerra Sagrada o la famosa Piedra del Sol. Así, cambió el año de la fiesta del Fuego Nuevo de Uno Conejo a Dos Caña. En efecto, los años Conejo habían sido años de hambruna y además el año Dos Caña era el nombre de calendario de Tezcatlipoca, quien identificado con Huitzilopochtli, patrocinaba el quinto Sol de los mexicas.
En cuanto a la actuación de Motecuhzoma II durante la conquista, como lo mencioné más arriba, ésta se presta a muy diversas interpretaciones. Ahora bien, acerca de episodios claves, y siguiendo las interpretaciones de Michel Graulich, es necesario desmitificar su supuesta cobardía frente a los españoles. Por ejemplo, después de medir el poder de los recién llegados, al influir sobre los mayas para que atacaran a los españoles en Cintla, el rey mexica adoptó varias estrategias para contrarrestar su progresión hacia su capital. Acerca de la matanza de Cholula, comúnmente citada para condenar la violencia gratuita de Cortés y de sus hombres, existen elementos que confirman la tesis de la emboscada: acusado por el conquistador, Motecuhzoma tuvo que confesar que había tropas suyas alrededor de la ciudad. Otro argumento capital: la guarnición española de Veracruz fue atacada en el mismo momento de la asechanza en Cholula. Asimismo, durante la fiesta de Tóxcatl, en ausencia de Cortés quien había ido a enfrentarse con las tropas de Narvaez, es probable que los mexicas pretendieran deshacerse de los españoles que se habían quedado en la capital.
Basándose en los testimonios de origen indígena, se difundió la imagen de indios indefensos y pacíficos, llenos de angustia frente a los invasores, indios que esperaron hasta el último momento para enfrentarse a los españoles que perpetraban matanzas gratuitas. Es necesario romper con este cliché —el cual sea dicho de paso es humillante y calumnioso para los antiguos mexicanos—, y analizar nuevamente los testimonios según los cuales los mexicas si se defendieron y que muestran que Motecuhzoma II no fue el soberano asustado y cobarde que abandonó su imperio sin pelear con los extranjeros.
Para saber más
- GRAULICH, Michel, Moctezuma. Apogeo y caída del imperio azteca, Tessa Brissac (trad.), México, Era, Instituto Nacional de Antropología e Historia, Secretaría de Educación Pública, 2014.
- MARTÍNEZ, José Luis, Hernán Cortés, México, Fondo de Cultura Económica, Universidad Nacional Autónoma de México, 1990.
- OLIVIER, Guilhem, “Pedro de Alvarado, Eva y la serpiente. ¿Cuáles fueron las causas de la “Matanza de Tóxcatl”?”, Arqueología Mexicana, vol. 169, agosto de 2020, pp. 26-35.
- RESTALL, Matthew, When Montezuma met Cortés. The True Story of the Meeting that Changed History, Nueva York, HarperCollins, 2018.
- THOMAS, Hugh, La conquista de México, Víctor Alba y C. Boun (trads.), México, Planeta, 1994.