Llegada y descripción de Tenochtitlán

Texto original con ortografía de la época:

[…] a media legua andada, entré por una calzada que va por medio de esta dicha laguna, dos leguas hasta llegar a la gran ciudad de Temixtitan que está fundada en medio de la dicha laguna, la cual calzada es tan ancha como dos lanza?, y muy bien obrada que pueden ir por toda ella ocho de caballo a la par, y muchas casas de ellas dentro en el agua. La primera ciudad de éstas tres ciudades y la una de ellas que se dice Misicalcingo, está fundada la mayor parte de ella dentro de la dicha laguna, y las otras dos, que se llaman la una Niciaca y la otra Huchilohuchico, están en la costa de ella, y muchas casas de ellas dentro en el agua. La primera ciudad de éstas tendrá hasta tres mil vecinos, y la segunda más de seis mil y la tercera otros cuatro o cinco mil vecinos, y en todas muy buenos edificios de casas y torres, en especial las casas de los señores y personas principales, y las de sus mezquitas y oratorios donde ellos tienen sus ídolos. En estas ciudades hay mucho trato de sal, que hacen del agua de la dicha laguna, y de la superficie que está en la tierra que baña la laguna, la cual cuecen en cierta manera y hacen panes de la dicha sal, que venden para los naturales y para fuera de la comarca. Y así seguí la dicha calzada, y a me- dia legua antes de llegar al cuerpo de la ciudad de Temextitan, a la entrada de otra calzada que viene a dar de la tierra firme a esta otra, está un muy fuerte baluarte con dos torres cercado de muro de dos estados, con su pretil almenado por toda la cerca que toma con ambas calzadas y no tiene más de dos puertas, una por donde entran y otra por donde salen. 

Aquí me salieron a ver y hablar hasta mil hombres principales, ciuda- danos de la dicha ciudad, todos vestidos de una manera de hábito y, [58] según su costumbre, bien rico; y llegados a me hablar cada uno por sí, hacía en llegando ante mí una ceremonia que entre ellos se usa mucho, que ponía cada uno la mano en tierra y la besaba, y así estuve esperando casi una hora hasta que cada uno hiciese su ceremonia. Y ya junto a la ciudad está una puente de madera de diez pasos de anchura y por allí está abierta la calzada porque tenga lugar el agua de entrar y salir, porque crece y mengua, y también por fortaleza de la ciudad porque quitan y ponen algunas vigas muy luengas y anchas de que la dicha puente está hecha, todas las veces que quieren; y de éstas hay muchas por toda la ciudad […]

Para citar:
Cortés, Hernán , Cartas y documentos, México, Porrúa, 1963 [1678], pp. 57-58
Lugar(es):
  • México-Tenochtitlan