Descripción del circuito del gran Cu. El reparto de las tierras tras la conquista

Texto original con ortografía de la época:

Y dejaré de hablar de su adoratorio, y diré lo que me parece del circuito y manera que tenía; y si no lo dijere tan al natural como era, no se maravillen, porque en aquel tiempo tenía otro pensamiento de entender en lo que traíamos entre manos, que era en lo militar y lo que mi capitán Cortés me mandaba, y no en hacer relaciones. Volvamos a nuestra materia. Parécerne que el circuito del gran cu sería de seis muy grandes solares de los que dan en esta tierra, y desde abajo hasta arriba, adonde estaba una torrecilla, e allí estaban sus ídolos, va estrechando, y en medio del alto cu hasta lo mas alto de él van cinco concavidades a manera de barbacanas y descubiertas sin mamparos; y porque hay muchos cues pintados en reposteros de conquistadores, y en uno que yo tengo, que cualquiera dellos al que los ha visto, podrá colegir la manera que tenían por defuera; mas lo que yo vi y entendí, e dello hubo fama en aquellos tiempos que fundaron aquel gran cu, en el cimiento de él habían ofrecido de todos los vecinos de aquella gran ciudad oro e plata y aljófar e piedras ricas, e que le habían bañado con mucha sangre de indios que sacrificaron, que habían tomado en las guerras, y de toda manera de diversidad de semillas que había en toda la tierra, porque les diesen sus ídolos victorias e riquezas y muchos frutos. Dirán ahora algunos lectores muy curiosos que cómo pudimos alcanzar a saber que en el cimiento de aquel gran cu echaron oro y plata e piedras de chalchihuites ricas, y semillas, y lo rociaban con sangre humana de indios que sacrificaban, habiendo sobre mil años que se fabricó y se hizo. A esto doy por respuesta que desde que ganamos aquella fuerte y gran ciudad y se repartieron los solares, que luego propusimos que en aquel gran cu habíamos de hacer la iglesia de nuestro patrón e guiador señor Santiago, e cupo mucha parte de solar del alto cu para el solar de la santa iglesia, y cuando abrían los cimientos para hacerlos mas fijos, hallaron mucho oro y plata y chalchihuites, y perlas e aljófar y otras piedras. Y asimismo a un vecino de México que le cupo otra parte del mismo solar, halló lo mismo; y los oficiales de la hacienda de su majestad demandábanlo por de su majestad, que le venía de derecho, y sobre ello hubo pleito; e no se me acuerda lo que pasó, mas de que se informaron de los caciques y principales de México y de Guatemuz, que entonces era vivo, e dijeron que es verdad que todos los vecinos de México de aquel tiempo echaron en los cimientos aquellas joyas e todo lo demás, e que así lo tenían por memoria en sus libros y pinturas de cosas antiguas, e por esta causa se quedó para la obra de la santa iglesia del señor Santiago.

Para citar:
Díaz del Castillo, Bernal , Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, Ciudad de México, Editorial Patria, 1983 [1632], pp. 262-263
Lugar(es):
  • Tlatelolco
Actor(es):
  • Santiago apóstol