Por dios cristiano la gratitud fue colonizada en los idiomas mayenses (II)

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Reverencia entre ancianos, entre ajq’ija’, y el saludo de niños a los ancianos

El respeto y la reverencia de la población Maya’ se sigue manifestando entre sus semejantes. Imaginemos a los mayas de la época colonial, saludaban con reverencia, una sonrisa y genuflexión. Actualmente, en algunas comunidades mayas de Guatemala, se ven ancianos saludándose con tanta reverencia, con inclinación, y bajan la voz (q’ob chi’), y si son varones y usan sombrero, lo retiran de sus cabezas. Entre los mayas, todavía no es común darse la mano al saludar, ni el saludo con abrazo y beso. En la comunidad Kaqchikel de Patzún Chimaltenango, se ven jóvenes y niños que se inclinan o incluso se hincan al saludar a una persona anciana (tetata’). En los años 80, los patzuneros que llegaban a Tecpán para comprar dobladores o envolturas de mazorca de maíz (jo’q), se hincaban al saludar a un anciano. En otras comunidades lingüísticas como la Mam, hoy en día los niños también se inclinan al saludar a un anciano, quien en respuesta les coloca la palma de la mano en la cabeza. Hoy se ve a los ajq’ij, guías rezadores y contadores del tiempo, que se besan la mano[1] cuando se saludan. Y el respeto, saludo y agradecimiento a la Madre Tierra, se hace también en posición de reverencia, como seqonik, inclinación de cabeza hacia ella. Estos son ejemplos de respeto, y acción de agradecimiento a la Madre Tierra, y saludo a los ancianos, entre ancianos, y entre ajq’ij. La expresión del agradecimiento también se encuentra en otros espacios, momentos y eventos, y tiene un orden protocolario.

 

Contextos del agradecimiento en las familias, localidades, y comunidades mayas de hoy

En el bak’tun 14 (siglo XXI), el agradecimiento se manifiesta verbal y gestualmente en contextos de la vida cotidiana. Por ejemplo, en Kaqchikel, mtyox/gracias, en respuesta al saludo matutino o por feliz noche. Igualmente, en un hogar tradicional, quien recibe algún beneficio, expresa agradecimiento. También después del baño cotidiano (mtyox che nuya’), o por un baño de temascal (mtyox che nutuj). Igualmente se agradece al finalizar la comida (mtyox che nuway), considerada sagrada. En el hogar también se manifiesta la cortesía del agradecimiento a cada miembro de la familia cuando se estrena una nueva mudada de ropa (matyox che nutzyaq). El agradecimiento fuera de casa, se manifiesta en reciprocidad, cuando dos personas se saludan. Por supuesto es común, agradecer un favor, un regalo, o ayuda en el hogar y en el trabajo.

Saludo matutino corto, agradece quien recibe el saludo

a: seqer                       Buenos días (lit. amaneció)

b: seqer, matyox,       buenos días (lit. “amaneció, gracias")

despedida nocturna, agradece el que recibe la despedida

a: chwa’q chik                        Feliz noche (lit. mañana otra vez)

b: chwa’q chik, matyox            feliz noche, “gracias.

 

 

Lo sagrado y el agradecimiento: a deidades por el agua, la comida, o estreno vestuario

El agradecimiento más elaborado que sigue un orden protocolario quizás sea el de la comida. Esto por ser catalogado como sagrada. El agradecimiento del sagrado alimento (loq’oläj qaway) en el hogar tradicional, es un momento de reverencia y por esto se come con absoluto silencio. Durante la comida, el anciano Tomás Rodriguez, de Tecpán, que era monolingüe Kaqchikel y agricultor de oficio, recomendaba mantener silencio durante la comida, sin bromear ni reír. Y doña Juana Guaján comparaba la reverencia de la comida con el momento de “celebración de una misa o el recibimiento de la eucaristía”. Al terminar el desayuno, almuerzo o cena, cada comensal conforme termina, agradece por la comida con los brazos cruzados y de pie siguiendo un orden, del mayor hasta el más pequeño: matyox tat, gracias padre; matyox nan, gracias madre. Se expresa matyox a cada uno de los presentes, con nombre y antecedido por un clasificador social etario, según el sexo: te (doña), ma (don); para niños y jóvenes xta (ante nombre femenino) y a (ante nombre masculino). El desuso de estos clasificadores sociales, en cierto modo, indica falta de respeto, pues su uso es obligatorio, incluso entre hermanos.[2]

En la cosmovisión Maya’, antigua y actual, el alimento es considerado sagrado: loq’oläj wäy uk’ya’,[3] sagrado alimento (comida y bebida de maíz). Por su sacralidad, el agradecimiento del alimento, y el agua, tienen una profunda conexión religiosa. Desde el clásico Maya, hubo deidad del Maíz. En el Popol Wuj, se menciona a cuatro deidades femeninas, con el título Chajal Echa (guardianas del alimento) cuyos nombres son: Ixtoj, Ixq’anil, Ixkakaw, Ixtziya’. Ellas se asocian a la lluvia (Toj: Ixtoj), al maíz (Q’anil: Ixq’anil), al cacao (Ixkakaw) y; la cuarta por el nombre y el contexto, sugiere planta comestible y/o para hilar, teñir o tejer vestuario (tziya’-q). El calendario ritual de 260 días, se registran los días Toj y Q’anil. El día Q’anil (K’iche’ y Q’anel Kaqchikel) corresponde a Lamat del cuyo signo o glifo representa el color amarillo, k’an o q’an (Yukateko y Kaqchikel, respectivamente). En el presente, el día Q’an.el o Q’an.il se asocia al maíz (ixim); y en época para plantarla con las primeras lluvias, se hace un ritual de sacralización de semilla (ija’tz). La deidad del maíz se manifiesta en varios contextos: en la plantación y cosecha del maíz, en el almacenamiento del maíz; así como en la práctica y tradición oral se encuentra en los preceptos y principios de protección del espíritu del maíz; en los mitos de creación, entre muchos otros contextos. La tradición oral menciona tres deidades femeninas, cuyos nombres son su propio color; por ejemplo, Q’an, amarillo, asociada con Ixq’anil del Popol Wuj. Cuando se caen las semillas de maíz, los ancianos siempre los recogen y, a manera de rezo dicen “Noq’ qa.te’ Ixim…” llora nuestra madre Ixim (Maíz). El maíz, como Madre Maíz se conecta con el Popol Wuj y los Anales de los Kaqchikel, que narran que los primeros seres humanos fueron hechos de maíz blanco y amarillo. El espíritu o esencia del maíz, en Kaqchikel también es referida como K’u’x Jäl (Rodriguez, 2007). En el idioma Maya Mam, se mantiene el nombre con la celebración de la ceremonia de Agradecimiento del Sagrado Maíz, al realizar la cosecha; se le llama Nan Paach, Señora Paach. La deidad del Maíz, expresada con los diversos nombres y títulos, según su fase, manifestación y representación durante su ciclo de crecimiento se asocia a una Deidad femenina, por ello el nombre de la semilla inicia con el morfema femenino _ix (ixim).[4] Con el matyoxinik-agradecimiento a la Deidad del Maíz, ambos han resistido los cerca de cinco siglos desde la colonia (equivalentes a 502 años tun: jubak’tun ok’atun katun). Esto ha sido posible, porque todo alimento derivado del maíz es sagrado.

 

El agradecimiento más allá de la vida cotidiana es un ritual

La gratitud, ma.tyox.in.ik, es mucho más elaborado en un ritual u ofrenda para las Deidades y se ofrecen en actividades que se realizan en el hogar o en el campo; o por el nacimiento de un bebé; incluso en el último ritual de muerte. Se expresa gratitud en las actividades agrícolas como en la plantación de maíz, cosecha de primeras hojas de milpa, primeros elotes y cosecha de maíz seco; así como en la entrojada o almacenamiento del maíz. Igualmente se ofrece una petición de permiso y agradecimiento en el corte de leña y en la búsqueda de horcones o pilares para una galera; así como el corte de madera para construcción. También se hace una ofrenda de agradecimiento en la construcción de vivienda (o por adicionar un nivel o pieza habitacional); o por renovar el techo. También existe la ofrenda de agradecimiento para la construcción de un nuevo temascal; como la construcción o ampliación de camino; construcción de tanque o depósito en un nacimiento de agua; excavación de un pozo de agua para la vivienda; en las actividades de elaboración de obras textiles (faja, güipil, sobre-güipil ceremonial, servilleta cotidiana y ceremonial, tocoyal). En una petición de mano de novia (k’utunik en Kaqchikel, tz’onoj en K’iche’) o boda, se consagran o sacralizan los leños para cocinar los presentes: se amarran los leños de dos en dos para simbolizar matrimonio fuertemente unido y duradero y se peticiona que sea una unión de mucha paz y amor en la pareja. En el hogar también se agradecen los nuevos utensilios de cocina, como comal, olla, sacralizándolo o conjurando (xajanil en Kaqchikel, awasil en K’iche’, y awasink en Q’eqchi’) su uso duradero y sin que ocasionen daño o accidente en el hogar. En la vida moderna, el ritual de agradecimiento se ha extendido para sacralizar o conjugar un nuevo auto que obtiene la familia; así como nuevo equipo de trabajo.

    [1] Doña Juana Guaján explicaba que en Kaqchikel, la expresión seqonik era visita como ir de romería y parte del ritual consistía en inclinar el cuerpo y poner la cabeza cerca de la mano de la imagen que se veneraba, por ejemplo, el Cristo Negro de Esquipulas. Entonces posiblemente el beso es una acción más cristiana.

    [2] Cuando Pakal, coautor de artículo, era niño, su padre Tomás Rodriguez (monolingüe Kaqchikel) le llamó la atención, por tratar de vos, a su hermano de 14 años mayor. ‘Vos, vos, vos;’ rat man at junam ta rik’in, tú no tienes la misma edad que él.” La llamada de atención fue por no usar el clasificador ma Guillermo, mientras que Pakal tendría 7 años y el hermano, 21. Aquí había hubo un problema profundo de comunicación lingüística, cultural y social. Para entonces Pakal era monolingüe en castellano y por lo tanto desconocía las normas de comunicación y cortesía, siguiendo la diferenciación de edad.

    [3] Wäy uk’ya’ es una metonimia Kaqchikel para alimento. En forma separada wäy es tortilla genérica, y por extensión comida; mientras que uk’ya’ es bebida de maíz, refiere a todo tipo de atol de maíz.

    [4] En Kaqchikel, antiguo y actual, la raíz ix aparece en ixtän (niña/señorita), ixoq (mujer); ixjayil (esposa) e ixnam (cuñada de varón). Ix también aparece en los nombres de las deidades femeninas del Popol Wuj: Ixtoj, Ixq’anil, Ixkakaw, Ixtziya’; Ixmukane, Ixkik’, Ixbaqiyalo; también Ixtoj e Ixpuch. El morfema Ix, para mujer, viene desde los orígenes de la familia lingüística Maya, pues incluso en Yukateko (Ixchel e Ixtab: Diosa del Parto y Diosa de la Horca, Garibay, 1986:60). En Kaqchikel, los nombres femeninos a partir del Calendario también van precedidos con el prefijo femenino: Ix.

     

    Para saber más:

    • Chinchilla M. Rosa H. 1993. Arte de las Tres Lenguas Kaqchikel, K’iche’ y Tz’utujil por Fr. Francisco Ximenez, O.P. Academia de Geografía e Historia de Guatemala. Guatemala.
    • Coto, Thomas de. 1983 Vocabulario de la Lengua Cakchiquel. Editado por René Acuña. Universidad Autónoma de México, México.
    • Garibay K. Angel M. 1986. Relación de las Cosas de Yucatán de Diego de Landa. Editorial Porrua, México.
    • Gran Diccionario Náhuatl [en línea]. Universidad Nacional Autónoma de México [Ciudad Universitaria, México D.F.]: 2012 [ref del 15-09-2020]. Disponible en la Web <http://www.gdn.unam.mx˃
    • Otzoy C. Simon, 1999. Memorial de Sololá. Edición facsimilar del manuscrito original. Comisión Universitaria Guatemalteca de Conmemoración del Quinto Centenario del Descubrimiento de América, Guatemala.
    • Rodriguez Guaján, Pakal B’alam, 2007. Popol Wuj. Editorial Maya’ Wuj, Guatemala.
    • Sam Colop, Luis Enrique. 1999 Popol Wuj Versión Poética K’iche’. Pembi-GTZ, Editorial Cholsamaj, Guatemala.
    • Weeks John y otros, 2013. Maya Daykeeping Three Calendars from Highland Guatemala. University Press of Colorado
    Para citar: Carmelina Espantzay Serech , Pakal B’alam Rodriguez Guaján, Por dios cristiano la gratitud fue colonizada en los idiomas mayenses (II), México, Noticonquista, http://www.noticonquista.unam.mx/amoxtli/2346/2337. Visto el 24/04/2024