Reseña de libro: MALINTZIN. UNA MUJER INDÍGENA EN LA CONQUISTA DE MÉXICO, Camilla Townsend, Ediciones Era, 2015.

Una de las figuras históricas más importantes en los hechos de la Conquista de México-Tenochtitlan-Tlatelolco, fue sin lugar a dudas Mallinali, Malintzin o doña Marina, mejor conocida como “La Malinche”. El papel de esta mujer indígena fue de suma importancia al fungir como guía, intérprete, consejera, traductora, la voz, la lengua, el instrumento lingüístico que permitió la comunicación y negociación con los diversos pueblos o altepeme[1].

Sin embargo, con el paso de los años, este personaje de nuestra historia nacional se convirtió en un icono de la traición por excelencia, causante de los pecados de una nación regida por un discurso de carácter patriarcal, estereotipo de la entrega, útero fecundador del conquistador, madre del mestizaje. 

Por ello no sorprende que la notable y eminente vida de Malintzin haya sido objeto de estudio, pese a que no dejase un diario, una carta o por si fuera poco alguna autobiografía que nos permitiese conocer sus acciones, pensamientos, necesidades y propósitos. No obstante, la labor de historiadores y escritores durante los siglos pasados y en tiempos más recientes ha permitido conocer nuevas visiones, nuevas  interpretaciones acerca de su vida y que en el discurso histórico nacional dista mucho de ser esa gran traidora y es más esa heroína que nunca nos han querido mostrar.

Uno de los más recientes trabajos publicados sobre nuestro personaje Malintzin. Una mujer indígena en la Conquista de México de la autora Camilla Townsend, traducido del inglés en el año 2015 por Ediciones Era[2].

Esta obra destaca por reconstruir la vida de Malintzin como un joven que, consciente de las circunstancias, supo emprender acciones necesarias para enfrentar la situación y, de ese modo, sobrevivir ante un acontecimiento jamás antes visto. Al mismo tiempo, es una semblanza que permite conocer los diversos contextos históricos de su vida, y a su vez ayuda a entender la complejidad de su posición como mujer indígena.  Del este modo, la autora nos presenta a Malintzin dentro del marco de las actitudes y acciones cotidianas propias de su época, que determinaron su forma de ver y entender su mundo, sus aciertos y desaciertos, sus misterios ocultos.

Para lograrlo, el texto reúne una extensa gama de información que retoma fuentes escritas, etnohistóricas, códices, anales, así como documentos judiciales, notariales, cartas, juicios de residencia, relaciones de méritos y servicios, entre otros escritos, como textos en náhuatl- cantares-. Desde luego, destaca la amplia bibliografía sobre los diversos trabajos relativos al tema del género en el mundo indígena, así como también toda aquella producción escrita alrededor de la figura de Malintzin, generada por historiadores, antropólogos, filósofos, literatos, lingüistas, entre otros.

Entre los aspectos de sumo interés en la obra está su crítica a las concepciones que han descrito a Malintzin como “la gran traidora” que entregó a su pueblo. En su lugar es presentada como una gran mediadora y negociadora; la gran organizadora y estratega que permitió llevar a cabo una “conquista de buenas formas y buenas maneras”, evitando así que la entrada de los españoles fuera más cruenta y destructiva para los pueblos mesoamericanos.

Por último, ella refiere las vidas de los hijos de Malintzin: Martín Cortés y doña María, sus relaciones familiares, sus problemas y las solicitudes que llevaron a cada uno de ellos ante la corona española. De esta manera, reconoce la ardua labor de sus descendientes por reivindicar el valor de los hechos y el reconocimiento de su persona aún después de su muerte. 

En resumen, podemos decir que el libro de Camilla Townsend permite conocer a un personaje que por su valentía, inteligencia y audacia, llevó a cabo una verdadera gesta heroica, y a quien, gracias a sus acciones y proezas, el tiempo le ha otorgado un justo reconocimiento inscribiendo su nombre con letras de oro por su destacada participación en los sucesos históricos de la humanidad.

 

[1] El término náhuatl altépetl se trata de un difrasismo que se compone de las palabras atl, agua y  tepetl, cerro, que significa literalmente “ cerro agua”; por lo tanto, altépetl es el singular, y altepeme es el plural.  Se refiere a una entidad política o entidades políticas independientes que se regían por un tlahtoani o gobernante perteneciente a un linaje o dinastía legítima, cuya población tenía una identidad étnica en común que estaba constituida por elementos naturales, tales como cerros, manantiales y ecosistemas que formaban un territorio, así como también por elementos sobrenaturales, como su dios patrono y su paisaje ritual. Federico Navarrete, Los orígenes de los pueblos indígenas del valle de México. Los altépetls y sus historias, México, UNAM, IIA, Serie Cultura Náhuatl, Monografías 33, 2011, pp. 24-28.

[2] Camilla Towsend, Malintzin. Una mujer indígena en la Conquista de México, Traducción de Tessac Brisac, México, Ediciones Era, 2015. En cuantos algunos trabajos que se han publicado sobre Malintzin, podemos encontrar los siguientes: Juan Miralles Ostos, La Malinche. La raíz de México, México, Tusquets Editores, 3ª edición, 2007; Luis Barjau, La Conquista de la Malinche. La verdad acerca de la mujer que fundó el mestizaje en México, México, INAH/CONACULTA/Martínez Roca Ediciones, 2009; La Malinche, sus padres y sus hijos, Margo Glantz (Coord.,), México, Taurus/ Random House Mondadori, 2ª edición, 2013; Helena Alberú de Villava, Malinche, la desconocida. Intérprete, amante y madre, México, Editorial Panorama, 3ª edición, 2015. Al final de esta reseña se adjuntan las portadas de las obras aquí citadas.

Para citar: César Linares Martínez, Reseña de libro: MALINTZIN. UNA MUJER INDÍGENA EN LA CONQUISTA DE MÉXICO, Camilla Townsend, Ediciones Era, 2015., México, Noticonquista, http://www.noticonquista.unam.mx/amoxtli/2233/2225. Visto el 22/04/2024