Pedro de Alvarado y la Matanza de Tóxcatl

La llamada “Matanza de Tóxcatl” o “Matanza del Templo Mayor”, representa sin lugar a dudas uno de los episodios más importantes y más controvertidos de la Conquista de México. A mediados de mayo de 1520, en ausencia de Hernán Cortés, Pedro de Alvarado y sus hombres masacraron a la nobleza mexica reunida en el patio del Templo Mayor de Tenochtitlan para celebrar la fiesta de la veintena de Tóxcatl.

Para aquilatar la importancia de este trágico acontecimiento, es indispensable valorar las fuentes escritas en español y en náhuatl —la famosa “visión de los vencidos”— que nos transmiten informaciones muy diferentes entre sí, dependiendo de los orígenes e intereses de sus autores. En esta breve contribución me voy a enfocar en los testimonios de los conquistadores; unos poco conocidos como son sus respuestas durante los procesos legales —la información en contra de Cortés por parte de Velázquez en 1521 y el juicio de residencia en contra de Alvarado en 1529— a los cuales fueron sometidos.

Precisemos que en sus Cartas de Relación, Hernán Cortés no menciona la Matanza de Tóxcatl y menos aún el nombre de Pedro de Alvarado. Por su parte Bernal Díaz del Castillo asegura que Pedro de Alvarado explicó a Cortés que había sido informado por “un papa, dos principales y otros mexicanos” de cómo los mexicas pretendían liberar a su rey y matar a los castellanos. Para prevenir el ataque preparado por los mexicas “se adelantó en dar en ellos”. Al escuchar sus razones Cortés “le dijo, muy enojado, que era muy mal hecho, y grande desatino y poca verdad”.

En su declaración en contra de Pedro de Alvarado, Bernardino Vázquez de Tapia señala cómo el adelantado capturó en el Templo Mayor a tres indios que estaban junto a las estatuas de los dioses y los torturó. Uno de ellos murió sin revelar nada y los otros “con los tormentos dijeron lo que él quería”. A continuación, se llevó cabo la matanza de los participantes en la fiesta e incluso de varios principales que estaban con Motecuhzoma. Al regresar (herido) del Templo Mayor, Pedro de Alvarado le dijo al tlatoani mexica: “Mira que me han hecho tus vasallos y el dicho Motecuhzoma le dijo Alvarado si tú no lo comenzaras mis vasallos no hubieran hecho esto o como vos habéis hecho a perder a vosotros y a mi también…”. Un testigo de cargo contra Cortés, un tal Juan Álvarez, describe también la captura y la tortura de dos personificadores de dioses, los cuales confesaron que “los tenían para sacrificar luego y se holgaban de ello, que se iban con sus dioses”, y que una vez terminada la fiesta los mexicas iban a atacar a los españoles.

En cuanto a Pedro de Alvarado, durante el juicio de residencia llevado a cabo en su contra en 1529, respondió que observó unos sacrificios frente a la estatua de Huitzilopochtli. Apartó a uno de los cautivos, el cual le confirmó que los mexicas pretendían colocar de nuevo a Huitzilopochtli arriba del Templo Mayor y “echar de allí a Nuestra Señora [una estatua de la Virgen] y que había en la ciudad mucha gente de guerra que estaba junto para me matar”. Un tal Hernando de Tezcoco añadió que los cautivos a cargo de los españoles se preparaban para rebelarse con armas escondidas e incluso que “Montezuma tenía otra porra dorada debajo de la cama”. Ante la negativa del tlatoani mexica de impedir la colocación de la estatua de Huitzilopochtli arriba del Templo Mayor, Alvarado le respondió que “no lo había de consentir” y con sus hombres se dirigieron a dicho lugar en donde los mexicas los atacaron: “me hirieron malamente y me mataron un español”. Ahora bien, el testigo Juan Álvarez, aseguró haber escuchado decir a Pedro de Alvarado cuando regresaba del Templo Mayor: “Voto a Dios, que hemos dado en estos bellacos, pues que ellos nos querían dar, comenzamos nosotros los primeros que quedaban muertos dos o tres mil indios, que de ruin a ruin el que primero acomete vence”.

Falta espacio para valorar estos testimonios y cotejarlos con las otras fuentes disponibles acerca de la “Matanza de Tóxcatl”. Más allá de los estereotipos coloniales —vehiculados por los frailes y por los mismos indígenas ya cristianizados— que presentan a los “indios indefensos” víctimas de conquistadores despiadados, hemos de recordar que los mexicas eran guerreros experimentados y temidos. ¿Por qué no aprovecharon la división de los invasores para expulsar a aquellos que se habían quedado en Tenochtitlan? Es más, durante la fiesta de Tóxcatl no solamente eran celebrados los dioses de la guerra, Huitzilopochtli y Tezcatlipoca, sino que se escenificaba la muerte simbólica y el renacimiento del rey mexica. En pocas palabras, era el escenario ideal para capturar y sacrificar a los españoles y liberar a su soberano cautivo. No se trata de negar el uso amplio y sistemático de la violencia y del terror por parte de los conquistadores en contra de los pueblos indígenas, sino de detectar los intentos de resistencia —muy loables, claro está— de los mexicas. De paso, se trata de acabar con la imagen un tanto denigrante de indios indefensos, víctimas atónitas de los invasores europeos.

Por último, veamos la explicación proporcionada por Fray Bernardino de Sahagún en su versión revisada del libro XII del Códice Florentino (1585). Favorecidos en su empresa de instaurar el cristianismo entre los idólatras, los españoles fueron, sin embargo, castigados por sus pecados, por ejemplo durante la Noche triste. En cuanto a la Matanza de Tóxcatl, Sahagún explica que “…tuvo la Serpiente oportunidad, de trabar pláticas con Eva y de esta manera fue Dios ofendido y Eva hizo un resbaladero por donde Adán y ella con todos los Indios y Españoles cayeron en grandes trabajos, y en grandes males, y ofensas de Dios. Así que por solicitación de aquel Alvarado que quedó en lugar del Capitán, se concertó entre él y los Españoles, y Moctezuma y los Indios, que fuese hecha una fiesta muy solemne á honra de Uizilupuchtli, donde ascondio y manio la matanza de Indios…” La dimensión milenarista de la Conquista en la visión franciscana implicaba buscar el origen del mal, de las destrucciones, de las matanzas y de las epidemias. Según Sahagún, en este escenario bíblico, Pedro de Alvarado hubiera cumplido el papel de… ¡Eva!

 

Para saber más:

  • GRAULICH, Michel, Moctezuma. Apogeo y caída del imperio azteca, Tessa Brissac (trad.), Era, Instituto Nacional de Antropología e Historia, Secretaría de Educación Pública, México, 2014.
  • MARTÍNEZ, José Luis (ed.), Documentos cortesianos, 4 vols., Fondo de Cultura Económica, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1990-1992.
  • OLIVIER, Guilhem, “Pedro de Alvarado, Eva y la serpiente. ¿Cuáles fueron las causas de la “Matanza de Tóxcatl”?”, Arqueología Mexicana, vol. 169, agosto de 2020.
  • RAMÍREZ, José Fernando (ed.), Proceso de residencia contra Pedro de Alvarado, Valdes y Redondas, México, 1847.
Para citar: Guilhem Olivier, Pedro de Alvarado y la Matanza de Tóxcatl, México, Noticonquista, http://www.noticonquista.unam.mx/amoxtli/2044/2033. Visto el 25/04/2024