Entre marzo y abril de 1520, tras completar su campaña militar por el valle de Morelos donde tomaron las ciudades de Oaxtepec, Tepoztlán y Cuernavaca, los españoles volvieron al Valle de México por el sur, atravesando la sierra del Ajusco, con el objetivo de conquistar Xochimilco.

Esta ciudad, "el lugar de las sementeras de flores", era uno de los altépetl más poblados y poderosos del Valle de México, un auténtico vergel que producía junto con Chalco la mayor cantidad de maíz y otros alimentos. Era además una fuente indispensable de agua dulce para abastecer a los ejércitos indo-españoles.

Los poderosos xochimilcas resistieron con denuedo a los ataque de estos ejércitos, tal como lo habían hecho las ciudades del Valle de Morelos. Además, los mexicas, encabezados por Cuauhtémoc, enviaron un numeroso ejército a defender la ciudad. 

La batalla por el control de Xochimilco fue el enfrentamiento militar más importante en el Valle de México antes del ataque final a México-Tenochtitlan. Tan fuertes fueron estos combates que el propio Hernán Cortés estuvo a punto de ser capturado por sus enemigos.

Las informaciones relativas a este combate son ambiguas: algunos autores sostienen que los xochimilcas fueron sometidos y se unieron al bando de los aliados contra los mexicas. Otras versiones, en cambio, sugieren que lograron hacer huir a sus atacantes y sólo después, cuando la derrota de México-Tenochtitlan era evidente, se unieron a ellos. Los amoxtli de esta semana exploran diversos aspectos de esta batalla fundamental.

David Jesús Arreola y Osvaldo Roberto Murillo nos describen el amplio territorio de este altépetl y la presencia de esta etnia en toda la región sur de esta cuenca y en el Valle de Morelos. Recuentan también la larga historia de rivalidades entre los xochimilcas y los tenochcas.

Clementina Battcock y Andrés Centeno Vargas recuentan la compleja historia de las relaciones y enfrentamiento entre Xochimilco y las potencias del Valle de México: Colhuacán y Azcapotzalco, primero, y luego México-Tenochtitlan y Texcoco, quienes la conquistaron a principios del siglo XVI. Esto nos permite comprender la compleja posición de este altépetl en la guerra de 1520, cuando procuró, antes que nada, defender su autonomía frente a viejos y nuevos enemigos.

Marco Cervera describe las batallas libradas en Xochimilco y destaca la manera creativa en que los indígenas adaptaron elementos de la tecnología militar europea para crear nuevas armas mixtas, con pedazos de la espadas capturadas a los españoles en su huida de México-Tenochtitlan en la llamada Noche Triste. Esto le permite analizar estos enfrentamientos tanto en la lógica militar mesoamericana como en las nuevas formas de guerra que surgían con la conquista.