La vida cotidiana de los expedicionarios españoles y lo que aprendieron de los indígenas
El Tonalpohualli de esta semana está dedicado a la vida cotidiana de los expedicionarios españoles. Aunque solemos pensar que la llamada conquista de México fue un evento súbito, casi vertiginoso, en realidad los conquistadores vivieron durante meses enteros en la Vera Cruz, en Cempoala y en los demás campamentos y ciudades donde se establecieron entre 1519 y 1521. Tuvieron así tiempo de desarrollar una nueva forma de vida, donde conservaba muchas costumbres y prácticas de origen europeo, pero también incorporaron muchos elementos americanos, propios de las nuevas realidades con que se enfrentaban. Un aspecto fundamental de la vida de los expedicionarios en este periodo era la manera en que buscaban predecir su destino para saber si les esperaba una victoria gloriosa o una muerte violenta. De esta manera las formas de adivinación propias de la cultura europea de la época, se combinaron también con las de los indígenas.
Desde que llegaron a las islas del mar Caribe, y con más razón al internarse en las pobladas y extensas tierras del continente, en lo que hoy es México, los conquistadores tuvieron que aprender de los nativos. En primer lugar, comenzaron a comer los alimentos de la tierra, muchos de éstos desconocidos para ellos, y que tuvieron que nombrar con las propias palabras de los indígenas. Así conocieron el maíz, el maguey, la yuca, el cazabe, y otras plantas cuyos nombres de origen taíno utilizamos hasta la fecha. Conocieron también el tabaco, que tuvo un gran éxito entre los expedicionarios y luego en toda Europa. En Mesoamérica, se familiarizaron con el chocolate, el tomate, el aguacate y muchos otros cultivos que tienen hasta el día de hoy nombres de origen náhuatl.
Pero la adopción de elementos indígenas por parte de los españoles fue más allá, en buena medida gracias a sus relaciones íntimas con las incontables mujeres nativas que compartieron sus lechos, prepararon sus alimentos y los curaron de las enfermedades que padecieron, muchas de ellas desconocidas para ellos. Aunque muchas veces los prejuicios masculinos subestiman la importancia de esta influencia de las mujeres, el hecho es que sin ellas, los españoles no hubieran podido sobrevivir en estas tierras.
Los artículos del Amoxtli de este semana muestran algunos aspectos de esta “aculturación” española, que van desde las palabras hasta las armas y tecnologías militares. Vemos así cómo desde antes de 1519 y con más fuerza a partir de entonces, el mundo de los europeos y el mundo de los mesoamericanos comenzaron a mezclarse, integrarse y modificarse mutuamente.