En los últimos días de mayo de 1520, Hernán Cortés y sus hombres atacaron a los expedicionarios que acompañaban a Pánfilo de Narváez. Los apoyaban, en verdad, muchos de ellos que se habían pasado secretamente al partido de Cortés, atraídos por sus relatos de los esplendores del imperio que había - supuestamente- sometido sin guerra. Con facilidad, los atacantes vencieron la resitencia de Narváez y de quienes aún le eran fieles y tomaron prisionero a este último, hiriéndolo en un ojo, para colmo.

De inmediato, Cortés ofreció su "perdón" a los seguidores de Narváez y la mayoría se unieron a la expedición. En su amoxtli de la semana, Carmen Martínez describe  el tamaño de este contingente y sus principales participantes, incluidos más de mil indígenas, y también el virus de la viruela.

Rosario Nava nos habla, en su amoxtli, de los africanos que llegaron con Narváez, a uno de los cuales se ha culpado, injustamente, de haber traído esta enfermedad a Mesoamérica. Su artículo nos recuerda la importancia constante de las personas de origen africano en la historia de la Nueva España, desde sus mismos orígenes.

Mientras tanto, en México-Tenochtitlan la guerra entre mexicas y españoles había estallado con toda fuerza, tras la matanza de Templo Mayor. Federico Navarrete analiza en el tercer amoxtli las razones religiosas y políticas detrás de este conflicto.