Los naturales creen que los caballos son devoradores de gente
[...] Luego a los principios, en el pueblo y lugar de Tecohuactzinco en la provincia de Tlaxcalla, entendieron los naturales que el caballo y el hombre que iba encima era todo una cosa, como los centauros u otra cosa monstruosa, y ansí daban ración a los caballos, como si fueran hombres, de gallinas y cosas de carne y pan.
El cual engaño duró muy poco, porque luego entendieron que eran animales irracionales y que se sustentaban de yerbas y en el campo, aunque también estuvieron mucho tiempo en opinión de que eran animales fieras que se comían las gentes, y que por esta causa decían que los hombres blancos les echaban frenos en las bocas y los traían atraillados con traillas de hierro. Y cuando acaso algún caballo traía la boca ensangrentada, decían que se había comido algún hombre; por manera que sospechaban que eran de tanto entendimiento, que los mandaban los dioses para lo que habían de hacer, sin entender el secreto del gobierno del freno y las espuelas; y ansí cuando relinchaba un caballo decían que pedía de comer y que se lo diesen luego no se enojasen: y de esta manera procuraban de tener contentos a los caballos, en darles de comer y de beber muy cumplidamente.
- Francisco Villa de Tecoac
- Caballos