Los Indios de la laguna que se llamaban Chinanpanecas, conviene a saber los Xuchimilcanos, los de Cuitlaoac, y los de Iztapalapa, conjeturaron que si fuesen a ayudar a los Mexicanos, en aquella necesidad, podrían aprovecharse mucho de lo que robasen, y de los esclavos que captivasen; y así se juntaron los principales de estos pueblos, y se ofrecieron al Señor de Mexico, y a los principales de Tlaltilulco, que querían ayudarles para sacarles de aquella [111] necesidad que tenían. Habiendo oido este ofrecimiento el Señor de Méjico, y los principales de Tlaltilulco, hiciéronles gracias por tan buen comedimiento, y luego les dieron dones, en señal de amistad, y dijéronles Señores nuestros y amigos nuestros, pues que así queréis hacernos esta merced, id en buena hora, y poneos en el puesto que os mandara el maese de Campo, y pelead varonilmente: luego los llevaron donde habían de estar. Puestos que fueron en su plaza, comenzaron a dar grita, y a pelear contra los enemigos de los Mexicanos: y los Xuchimilcanos comenzaron á hacer lo mismo peleando desde las Canoas, y luego comenzaron a robar á la gente Mexicana que estaban en sus casas, guardando sus haciendas y sus hijos y sus mugeres: y a los que se defendían los mataban, y a las mugeres hijos e hijas cautivaban y los maniataban y ponían en sus Canoas, para llevarlos á sus Casas.

Los Mejicanos que vieron lo que pasaba, dieron voces, en especial los Capitanes, para que se advirtiese en la traición, que hacían los Chinanpanecas, oídas estas voces los que peleaban por el agua de los [112] Mejicanos, y los del Tlaltilulco, que también peleaban por el agua en el Barrio de Nonoalco, acudieron todos en las canoas, y comenzaron a matar a los Xuchimilcanos, y a los otros Chinanpanecas, y captivaron muchos dellos, y los sacrificaron á sus Dioses, y les quitaron la presa de gente que tenían allegados y atados en sus Canoas, y todo el otro robo que habían hecho. Quando estas cosas pasaban entre los Mejicanos, y los Chinanpanecas,los Españoles y los Indios sus amigos, se recogieron á sus reales, holgándose de ver revueltos los unos con los otros, y esperaban que el Negocio fuese mas adelante, por descansar, y repararse algún día, entretanto que ellos se descalabrasen. Los Mejicanos captivaron muchos de los Chinanpanecas, y lleváronlos a presentar al Señor de Méjico, y de Cuitlaoac, que estaban juntos en Xacaculco (que ahora se llama Santa Anna) aquellos que eran vasallos del Señor de Cuitlaoac, que se llamaba Maicoatzi, saludaron a su Señor; y el los reprehendió mucho de la traición que habían hecho: y el Señor de Mexico hablo al de Cuitlaoac, para que muriesen aquellos traidores: y luego el Señor de Cuitlaoac cortó las cabezas a cuatro [113] de aquellos Capitanes suyos, y dio al Señor de Mexico otros cuatro, para que los matase por su mano: y mandaron que los demás cautivos, que eran muchos, los matasen delante de los ídolos de Mexico y de Tlaltilulco, ofreciéndolos en sacrificio a los Dioses. De manera que murió gran cantidad de gente de los de Xuchimilco, y de los otros Chinanpanecas por la traición que hicieron; porque habiéndose ofrecido para ayudar los Mexicanos, á traición se volvieron contra ellos.