Y [43] así fue, que juntos los principales y sátrapas, con gran acuerdo platicaron entre si, sobre este negocio, y determinaron de enviar todos cuantos pudieron hallar, nigrománticos y encantadores para que fuesen a desbaratar y espantar a los españoles; habiéndolos juntado con gran solemnidad, los encargaron este negocio […] Partiéronse todos camino de Tlalmanalco para verse con los españoles, donde los topasen, y subiéndose por la cuesta arriba, por el camino por donde venían los españoles, topáronse con Tezcadipuca, (el cual era el principal de sus Dioses) que venia de hacia donde venían los españoles, y delante de ellos algún trecho: el cual les apareció en habito de un hombre de aquella provincia de Chalco, que venía muy borracho, y fuera de sí, no por el vino que había bebido, mas por el furor y rabia que dentro de sí traía: y como hubo llegado junto aquél escuadrón de nigrománticos y hechiceros, paróse y comenzó con grandes voces a reñirles (traía ceñidos los pechos desde la cintura arriba, con ocho vueltas de una soga de esparto) y díjoles: para que vosotros volvéis de nuevo acá? que es lo que Montezuma pretende hacer para vuestro remedio contra los españoles? tarde ha vuelto sobre sí, que ya está determinado de quitarle su reino, y todo cuanto tiene, y toda su honra, por las grandes tiranías que ha cometido contra sus vasallos; no ha regido como señor sino como tirano y traidor.

Como oyeron estas palabras los nigrománticos y encantadores, humilláronse hacia él (conociendo ya quien era) y comenzáronle a rogar con palabras humildes: y otros de ellos comenzaron a hacer un altar de piedras y tierra y cubriéronle con yerbas y flores que por proceder con mas furia, en reñirlos, y injuriarlos, con mas altas voces, y con mas conato les dijo, a que habéis venido aquí traidores? no tenéis remedio, volveos y mirad hacia México, y veréis lo que ha de venir sobre ella, antes de muchos días: luego se volvieron hacia México, y vieron a México arder en vivas llamas, así los templos, como las demás iglesias, y todos los colegios, y todas las casas principales, y de gente baja: y allí se les represento la guerra de la destrucción de Méjico.

Como hubieron visto esto, los nigrománticos y encantadores su corazón se derritió como si fuera de cera, y se les hizo un nudo en las gargantas, que no podían hablar: y habiendo pasado un poco espacio, el principal de ellos comenzó a hablar, diciendo: no somos nosotros dignos de ver este prodigio, mas convenía que lo viera Moctezuma, porque este que nos ha aparecidoes el Dios Tezcatlipuca, y luego se desapareció, y los nigrománticos y encantadores no osaron ir mas adelante, dejaron de hacer a lo que iban y volviéronse luego á Mexico

[…] como fueron llegados a su presencia aquel Principal Tizoacpupuca, díjole lo que le había acontecido con los españoles: y los nigrománticos que allí estaban, también le contaron, lo que les aconteció, con Tezcatlipuca. Oído Moctezuma estas dos malas nuevas juntas, entristecióse grandemente, púsose cabizbajo, en el trono en que estaba sentado y no podía hablar; perdió la habla e hizosele un nudo en la garganta: después que se pasó aquel accidente dijo (hablando con aquel principal Tizoacapupuca que estaba presente) pues que hemosde hacer Señor Nuestro, pues que los Dioses y sus amigos nos desfavorecen, y nuestros enemigos vienen prósperos, ya yo estoy determinado, y determinémonos todos, de poner el pecho a todo lo que ofreciere; no nos habernos de esconder, ni habernos de huir ni habernos de mostrar cobardía: no pensemos que la gloria Mejicana ha de perecer aquí: compadezcome, de los viejos y viejas, y de los niños y niñas que no tienen pies ni manos para defenderse; que de los demás, ya tenemos determinado de morir por la defensa de nuestra patria.