La orilla de las islas: Crónica de la recreación de la ribera de Tenochtitlan y Tlatelolco

Del 13 al 17 de octubre de 2021, un grupo heterogéneo de gente compuesto por voluntarios, colectivos, Promotores Culturales Comunitarios, vecinos de diferentes colonias del centro de la Ciudad de México, artistas y académicos nos dimos la tarea de marcar con una línea de pintura la orilla de una isla, en parte natural y en parte construida, que hace 500 años contenía la doble ciudad de Tenochtitlan-Tlatelolco, el asiento de los mexicas y el lugar de cuyo nombre se apropió el estado mexicano hace dos siglos para imaginarse y definirse a sí mismo. 

Con esa línea de 23 kilómetros quisimos juntar memorias, recordar colectivamente la ciudad que hace 500 años pasó de ser la capital de los mexicas a ser la capital de la Nueva España. Al pintarla en procesión hemos dejado plasmada el agua que definía su orilla al encontrarse con las chinampas de lo que eran las afueras de la ciudad. Con esta acción intentamos llamar la atención sobre el paisaje lacustre que se perdió en las ciudades del Anáhuac, como definían los pueblos nahuas a la región que habitaban junto a las aguas de los lagos en la que hoy conocemos como Cuenca de México. La memoria del agua en la ciudad permanece en su trazo urbano, en sus ahuehuetes, en los nombres de muchos de sus lugares, en su historia de inundaciones, en las consecuencias de sus terremotos, en muchas personas que hasta el día de hoy recuerdan canales que se convirtieron eventualmente en calles y avenidas. Ya no existe en la antigua Tenochtitlan ningún dejo de sensaciones lacustres en donde solían haber patos, mosquitos, embarcaderos, aduanas, canales entre chinampas y caminos que cruzaban el agua en casi todas las direcciones. Por esta razón fue que intentamos rehacer nuestra memoria colectiva poniendo juntas todas aquellas voces que pudimos convocar y que quisieron participar en esta acción artística que a la vez fue divulgación histórica. Tratamos de trascender y cuestionar a las inercias políticas y académicas que construyen las narraciones históricas han normalizado jerarquías coloniales y hegemonizan pluralidades hacia una sola historia e identidad.

Definimos la ruta de nuestra línea a partir del mapa de los barrios de México-Tenochtitlan de Alfonso Caso Andrade (1956), del Plano reconstructivo de la región de Tenochtitlan de Luis González Aparicio (1968) y de mapas e ilustraciones de Tomas Filsinger. Para dimensionar la isla y su orientación, sobrepusimos el mapa obtenido y digitalizado a la traza urbana presente de la Ciudad de México. En varias de las calles esta orilla coincide exactamente con las vías modernas, precisamente porque fueron sus trazos y orientaciones particulares las que llevaron a Caso y a González a definir los límites de la isla*. Curvas y quiebres en las calles hacen ver que la retícula urbana colonial se adaptó a vías que ya existían al interior, al borde y al exterior de la isla.

La orilla que marcamos sería muy difícil de ubicar arqueológicamente con precisión en su totalidad, se trataba seguramente de una línea muy dinámica ya que había un constante crecimiento de la ciudad con la construcción de chinampas que se iban urbanizando paulatinamente, así como fluctuaciones estacionales del nivel de agua. Después de muchas ideas y posibilidades nos imaginamos una línea que no fuera estricta en el sentido de los datos arqueológicos, pero lo más cercana posible a lo que nos brindan las tres fuentes cartográficas que usamos, ajustando el trazo sobre el pavimento de calles cercanas, donde tuvimos permiso para pintar.

Los detalles logísticos y la técnica de pintura para usar fueron definidos en foros consultivos realizados en La Nana ConArte, con la participación de colectivos, organizaciones y el trabajo entusiasta de los Promotores Culturales Comunitarios. Decidimos que íbamos a hacer la línea con anillos de pintura de color azul-verdoso simbolizando chalchihuites, que representan a la vez lo precioso y el agua. Se detallaron la logística y los tiempos para pintar durante cinco días alrededor de las parcialidades antiguas, por donde nos acompañaron diferentes colectivos. De esta forma dimos vida a una procesión armoniosa y sugestiva que llamaba la atención de los transeúntes y vecinos. La huella de nuestra intervención permanecerá unos meses para el desconcierto y curiosidad de algunos de los que pasen junto a ella.

Comenzamos nuestra procesión y marcado de la línea por el extremo oriental de la isla, enfrente de la Cámara de Diputados, entre las parcialidades de Atzacoalco y Teopan. Caminamos hacia el sur muy cerca del dique que mandó construir el Hueytlatoani Ahuízotl a finales del siglo XV, que más tarde fue conocido como el Albarradón de San Lázaro y que por varios siglos constituyó el límite Este de la ciudad. Este dique aprovechaba la calzada hacia Tepeyac y la de Iztapalapa para ayudar a controlar inundaciones y complementar a otro dique en la separación de las aguas dulces de las salobres del lago de Texcoco. Pasamos de largo por la llegada de la calzada que unía Teopan con la isla de Mixiuhca, y seguimos por Congreso de la Unión hasta doblar por el mercado de Jamaica, donde los mexicas se deleitarían con la variedad y disponibilidad de miles de flores distintas. Continuamos por el límite sur de la parcialidad de Teopan hasta la Calzada de Tlalpan y metro Chabacano, y de ahí para el norte hasta dar vuelta al oeste en la calle Chimalpopoca. Estábamos así muy cerca de la antigua entrada de la ciudad para los que llegaban desde el sur por la calzada de Iztapalapa, hoy San Antonio Abad y Calzada de Tlalpan.

Cercanos al sur de la plaza Tlaxcoaque, en el eje del altar mayor de la Catedral Metropolitana, comenzamos a circundar la parcialidad de Moyotlan, donde alguna vez abundaron los mosquitos. Hacia el oeste llegamos a rodear la plaza y la iglesia de la Romita para luego virar rumbo al norte por Frontera, Marsella y Versalles, donde pasamos junto a decenas de haitianos alrededor de las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados. Continuamos hacia la Plaza de la República y de ahí al norte, por las calles de Ramos Arizpe y Aldama. Un viejo ahuehuete junto a la Academia de San Carlos vigila la calzada México-Tlacopan, vía que al cruzar nos llevó a la parcialidad de Cuepopan, que acabamos de circundar por el Eje 1 Norte.

El espacio de agua entre las que fueron las dos islas independientes de Tenochtitlan y Tlatelolco, que dio el nombre a La Lagunilla, seguramente se fue estrechando con la urbanización acelerada del final del Postclásico, haciendo primero un golfo desde el occidente que quizás terminó siendo solamente una serie de canales. Sin saber con certeza el tamaño de este cuerpo de agua, nuestro trazo pretende hacer énfasis en la memoria de los espacios comerciales de Tepito y la Lagunilla, que aún con los cambios políticos y económicos de la conquista adaptaron su organización a diferentes circunstancias y continúan con su vocación comercial desde hace más de seis siglos. Pasamos por los mercados de esos barrios hasta llegar a Comonfort, donde viramos hacia el norte dejando atrás la parcialidad de Cuepopan. Y desde ahí comenzamos a rodear Tlatelolco.

Atravesamos la colonia Guerrero por la calle Sol hasta el Tianguis del Chopo, desde donde rodeamos la biblioteca Vasconcelos. Por la imposibilidad de cruzar este predio y la estación de trenes Buenavista, tuvimos que circundarlos hasta Insurgentes, para luego seguir al Este, después de la torre de Banobras. El límite insular al norte de Tlatelolco parece bastante claro, las calzadas San Simón y de la Ronda tienen una orientación y traza curvilíneas que sugieren la orilla que buscamos. Después de caminar por San Simón tomamos una porción de la calzada Vallejo, que era el antiguo camino a Tenayuca y que, junto con la calzada hacia Tlacopan, fue una de las primeras vías sobre el lago construidas por los mexicas. Entramos a Calzada de la Ronda y por la Peralvillo hasta Canal del Norte, punto donde arrancaba la calzada a Tepeyac que hoy se llama Calzada de los Misterios.

Para finalizar de rodear Tlatelolco, en Avenida del Trabajo giramos hacia el sur hasta el Eje 1 Norte, atravesando Tepito y continuando hasta llegar a Congreso de la Unión, lugar en donde volvimos a Tenochtitlan para pintar la última parcialidad que nos faltaba: Atzacoalco. Regresamos entonces al dique oriental de Ahuízotl, donde cerramos el polígono de esa orilla que imaginamos juntos.

Logramos pintar la orilla de las islas gracias a la suma del trabajo de mucha gente apasionada por las historias del Anáhuac, de la ciudad capital de los mexicas y de las sobreposiciones que han creado y son recreadas por la megalópolis en la que se ha convertido el día de hoy. Esta acción ideada por Julio López Fernández fue posible por el esfuerzo de la Brigada Especial de Patrimonio que pertenece a los Promotores Culturales Comunitarios de la Secretaría de Cultura del gobierno de la Ciudad de México. Junto con ellos y más de una docena de colectivos, organizaciones y muchos voluntarios pudimos conformar un conjunto plural y heterogéneo de voces para dar vida a este experimento de recreación del patrimonio histórico, que esperamos siga atrayendo preguntas de la gente por el pasado.

*En el vínculo incluido en este amoxtli se puede descargar un archivo KML para Google Earth, en donde se encuentran la orilla de las islas y lagos del Anáhuac, así como las calzadas que conducían dentro y fuera de Tenochtitlan y Tlatelolco. Éste es el mismo mapa que ha constituido la base para nuestro trazo.

 

https://drive.google.com/file/d/1X8JZHmFcqWfwuK22_szrM98G-wNlzX0X/view?usp=sharing

 

Para saber más

  • Caso, Alfonso. “Los barrios antiguos de Tenochtitlan y Tlatelolco.” Memorias de la Academia Mexicana de la Historia 15 (1956): 7–62.
  • González Aparicio, Luis. Plano reconstructivo de la región de Tenochtitlan. Mexico City: Instituto Nacional de Antropología e Historia, 1973.

 

Para citar: Esteban Mirón Marván, La orilla de las islas: Crónica de la recreación de la ribera de Tenochtitlan y Tlatelolco, México, Noticonquista, http://www.noticonquista.unam.mx/amoxtli/2899/2895. Visto el 27/03/2024