Los tlaxcaltecas en la conquista del Valle de Puebla-Tlaxcala.

El valle poblano-tlaxcalteca, por sus condiciones naturales y abundantes recursos, ofrecía gran variedad de productos, además, fue una zona donde confluyeron diversas rutas de contacto político, económico y cultural entre los pueblos de la región del Golfo y la Mixteca con los señoríos del Altiplano central.

Tras diferentes movimientos migratorios y conquistas, a partir del siglo XV los señoríos que tenían mayor influencia en la región eran Cholula, Totomiuacan y Cuauhtinchan. En la segunda mitad de este siglo fueron conquistados, primero por Tlatelolco y después por Tenochtitlan. A raíz de estos acontecimientos, el señorío de Cuauhtinchan fue dividido en cinco partes por Axayácatl, a saber, Cuauhtinchan, Tepeaca, Tecamachalco, Quechollac y Tecalco; la jurisdicción de la zona recayó en Tepeaca, además de ser el centro colector del tributo mexica.

De tal manera que, a la llegada del ejército europeo, las diferentes áreas del valle se encontraban dominadas por Tlaxcala, Cholula, Huexotzingo y Tepeaca. Esta situación fue de mucho provecho para Hernán Cortés, ya que, al conquistar los señoríos de la región del actual estado de Puebla, obtendría el control de esta zona para abastecerse de recursos y un lugar estratégico para aislar a los mexicanos de cualquier tipo de auxilio.

Después de las controversias que desataron las pretensiones mexicas de aliarse con los tlaxcaltecas para derrotar a los españoles convalecientes tras la Noche Triste en junio de 1520, Hernán Cortés y sus hombres querían emprender la guerra contra los señoríos vecinos de Tlaxcala que eran súbditos de Motecuhzoma, pues tenían noticias de que en Tepeaca habían muerto algunos españoles, además de haber llegado tropas mexicas que representaban un riesgo. A su vez, temiendo un ataque mexicano, Xicohténcatl y Maxixcatzin invitan al capitán a emprender la conquista de Tepeaca, pues de esta forma atacaban al enemigo y al mismo tiempo se defienden de él

Luego de los diálogos de Hernán Cortés con Maxixcatzin sobre sus pretensiones militares, el capitán recibió la visita de Xicohténcatl Axayacatzin, quien le pidió su gracia y amistad con el siguiente argumento “y porque lo puedas ver presto, ya sabes que la provincia de Tepeaca, comarcana a la nuestra, sigue el bando y parcialidad de Culhúa y que en ella han sido muertos y maltratados algunos de los tuyos.” Le ofreció su apoyo para tomar venganza y conquistar esta provincia, “y paréceme que primero que vuelvas sobre México, allanemos y aseguremos estas provincias amigas y devotas del imperio y nombre mexicano, así para que nos queden las espaldas seguras, como para ir con más gente, con mayor nombre y más temidos”.

Una vez acordada la estrategia para emprender su campaña militar, Hernán Cortés recibió auxilios y refuerzos de la Villa Rica en donde había dejado una guarnición y de sus aliados de Cempoala. Al tiempo que esto sucedía, fueron llegando capitanes de las islas, que, con sus hombres, municiones y caballos, marcharon rumbo a Tlaxcala para apoyar al capitán.

Acto seguido, a principios de agosto Cortés salió de Tlaxcala con cuatrocientos veinte peones, ballesteros y diecisiete caballos, además de cinco mil guerreros tlaxcaltecas, que como lo menciona Prescott, iban bajo las órdenes de Xicohténcatl Axayacatzin. El ejército acampó el primer día en Tzompantzinco, y allí se reunieron con los contingentes de Cholula y Huexotzingo, que serían unos tres mil hombres.

El itinerario de Hernán Cortés en la conquista de los señoríos del valle poblano-tlaxcalteca se muestra a detalle en el Lienzo de Tlaxcala, por lo que se seguirá el discurso que aparece entre las láminas 30 y 40 de este documento. Un elemento que destaca en este pasaje es la representación de los tlaxcaltecas conquistadores que aparecen con las insignias de su señorío.

Cuitláhuac había puesto un cuerpo del ejército en la frontera, en observación de las maniobras de Cortés. Al momento que los castellanos salieron de Tzompantzinco, los mexicas les cerraron el paso en el camino a Zacatepec, emboscándolos en unos maizales. Aunque el enfrentamiento resultó muy parejo, el capitán fue herido, por lo que Alonso de Ojeda tomó el control de las tropas para reagruparse y defenderse.

Durante la avanzada, el ejército de Cortés llegó al día siguiente a Quecholac. Los habitantes de este señorío mostraron poco interés en defenderse, pues les era igual estar sujetos a los mexicas, a los tlaxcaltecas o a los castellanos, sin embargo, presentaron resistencia. Continuando su camino, para no dejar enemigos a retaguardia e imponer temor, iba quemando los pueblos a su paso hasta llegar a Acatzingo. Los habitantes del lugar no esperaron y salieron a combatir al campo, pero fueron vencidos. Cortés se alojó en la ciudad por cinco días, durante los cuales mandó a sus capitanes a explorar para llegar con fuerza e impacto a Tepeyacac.

Dada la importancia de la ciudad, por medio de requerimientos y embajadas les instaba a rendirse y sujetarse, sí se negaban los atacaría y haría esclavos por ser rebeldes al rey y haber matado españoles. La respuesta fue que, si los mataron, había sido con justa razón, ya que en aquel momento quisieron pasar por su tierra por la fuerza sin demandar su licencia. Agregan que los mexicanos eran sus señores y amigos, por lo que no darían su amistad y obediencia a quien no conocían; por tanto, que se regresaran a Tlaxcala si no querían morir.

Después de varios requerimientos y negativas, Hernán Cortés atacó Tepeyacac. Las tropas mexicanas apoyaron en la defensa, pero se impuso la superioridad del ejército hispano tlaxcalteca. Ante tal circunstancia los señores se dieron por vasallos del Emperador. Por su ubicación y para mayor seguridad en la región, fundó la villa Segura de la Frontera el 4 de septiembre de 1520. Dominando esta zona, Hernán Cortés pudo controlar los caminos que comunicaban a la costa, por lo que ordenó llevar a cabo expediciones en los pueblos sujetos a los mexicanos al mando de Cristóbal de Olid.

Se marchó sobre Tecamachalco, cuya representación muestra a un capitán tlaxcalteca con el estandarte de Tizatlan, lo que hace suponer que es Xicohténcatl Axayacatzin. En este tiempo le fueron llegando refuerzos a Cortés. Primero Pedro Barba con trece soldados; Rodrigo Morejón de Lobera; soldados de Diego Garay provenientes de la región del Pánuco y un Ramírez con ciento veinte peones. Alfredo Chavero, en la explicación de la lámina trigésima sexta del Lienzo de Tlaxcala, señala que una vez que Cortés se vio reforzado pudo enviar una expedición más completa sobre Cuauhtinchan.

Para proteger el territorio de Segura de la Frontera y lograr aislar la influencia de los mexicanos mandó una expedición sobre Tepexic. La conquista de este señorío representó el mayor avance hacia el Sur con la intención de cortar comunicación con la Mixteca, como lo había concebido el capitán Cortés. En estas campañas es notoria la participación de los tlaxcaltecas.

Conforme avanzaba el ejército hispano tlaxcalteca lograba someter los señoríos aliados de los mexicanos. Ya en la zona del Popocatépetl emprendió la conquista de Cuauquechollan. Los habitantes enviaron emisarios a Cortés quejándose de que los mexicas habían mandado un ejército de treinta mil hombres para sujetarlos e impedir su alianza con los castellanos, dispuso el capitán que salieran en su auxilio Ordaz y Ávila con trece caballos, doscientos peones y treinta mil aliados. Al encontrar resistencia los capitanes retrocedieron a Cholula, donde Cortés marchó al frente de la expedición.

Ganada la región hasta Ocuituco, señorío situado al pie de Popocatépetl, solamente restaba la ocupación de Itzocan para completar el aislamiento de los mexicas. Este lugar era el punto preciso por donde pasaban las expediciones de mercaderes que de México iban a la costa. Ya había transcurrido el mes de noviembre y a mediados de diciembre Hernán Cortés regresaba triunfante a Tlaxcala para iniciar los preparativos del asedio a Tenochtitlan. En su camino, ordenó la conquista de Tecalco, una de las últimas expediciones que salieron de Tepeaca, con la que se completó la sumisión del valle poblano tlaxcalteca a finales de 1520.

El 26 de diciembre hizo alarde de su fuerza en Tlaxcala, de modo que contando toda su gente apenas pasaba de seiscientos hombres. El 27 de diciembre, hizo alarde el ejército aliado, que se componía de ciento diez mil hombres, en su mayoría tlaxcaltecas; pero solamente ochenta mil partieron con él. Salió el ejército el 28 de diciembre y pasó la noche en Texmelucan. El 29 atravesó la montaña, y el 30 bajó al llano, después de haber forzado la posición de Matlatzinco, en donde quisieron los acolhuas cerrarle el paso. Finalmente, el lunes 31 de diciembre de 1520 el ejército de Hernán Cortés entró a Tetzcoco.

La conquista de los señoríos del valle poblano tlaxcalteca a instancias y con el apoyo de los tlaxcaltecas, representó para Hernán Cortés un golpe militar que cimbró las aspiraciones mexicas de victoria. La estrategia de privar a los mexicas del apoyo que pudieran obtener de los señoríos de esta región le dio resultado. Al mismo tiempo, se cerraba el paso de los señoríos tlahuicas de Cuauhnahuac de filiación mexica. Con estos movimientos lograba aislar de todo tipo de apoyo a los mexicas.

Hispanos y tlaxcaltecas triunfantes emprendieron el asedio a Tenochtitlan, con la seguridad de dejar protegida a Tlaxcala y listos para entrar a Tetzcoco.

 

Para saber más

  • Lienzo de Tlaxcala. Edición digital de Luis Manuel Vázquez Morales. Tlaxcala: Sociedad de Historia, Educación y Cultura de Tlaxcala A.C., 2019. 293 p. (Serie Tradición Histórica de Tlaxcala, 1)
  • Muñoz Camargo, Diego. Historia de Tlaxcala. Edición de Luis Reyes García y Javier Lira Toledo. México: Gobierno del Estado de Tlaxcala, CIESAS, UAT, 1998. 435 p. (Historia / Historia de Tlaxcala, 5
  • Orozco y Berra, Manuel. “Itinerario del ejército español en la conquista de México,” en México en el Diccionario Universal de Historia y de Geografía III. La contribución de Manuel Orozco y Berra. Coord. Antonia Pi-Suñer Llorens. Selección y estudio introductorio de Aurora Flores Olea, Miguel Ángel Castro y Othón Nava Martínez. México: UNAM, Coordinación de Humanidades, 2004. LVI + 528 p. Mapas, tablas (Al siglo XIX ida y regreso), p. 33-113, p. 90
Para citar: Luis Manuel Vázquez Morales, Los tlaxcaltecas en la conquista del Valle de Puebla-Tlaxcala., México, Noticonquista, http://www.noticonquista.unam.mx/amoxtli/2367/2357. Visto el 27/03/2024