Balance entre las fuerzas mexicas e hispanas en el marco del ataque a Tepeaca

En agosto de 1520 las fuerzas aliadas de huexotzincas, tlaxcaltecas y españoles se encontraban debilitadas tras haber logrado escapar de Tenochtitlan tras la Noche Triste y las derrotas sufridas en su retirada hacia Tlaxcala. Sin embargo, los mexicas no pudieron continuar su campaña militar contra ellos, lo que les permitió consolidar su alianza y restablecer su base logística. Usando Tlaxcala como centro de operaciones, los aliados emprendieron una ofensiva contra Tepeaca, guarnición imperial y uno de los puntos neurálgicos del sistema político de la hueitlatocáyotl (Triple Alianza). La derrota de los mexicas fortaleció la alianza entre indígenas y europeos, atrajo a otras poblaciones, debilitó la voluntad de combate tenochca y fue el primer paso de una campaña militar enfocada en la captura de Tenochtitlan.

 

Situación estratégica de los mexicas y aliados indígenas y españoles

Tras la retirada de la Cuenca de México, las fuerzas indígenas y españolas de Cortés se refugiaron en Tlaxcala para descansar, reponer sus bajas y reabastecerse. Tenochtitlan no pudo aprovechar la debilidad enemiga porque fue necesario consolidar sus propias alianzas y lazos de vasallaje, debilitadas tras la muerte de Motecuhzoma. Por su parte, Cuitláhuac emprendió una activa campaña de ataques a los más desafectos; esto impidió perseguir a los aliados derrotados. Reforzar las defensas del imperio significó, también, reducir las fuerzas disponibles para las operaciones ofensivas contra los aliados indígenas y españoles, permitiéndoles tomar la iniciativa. La situación estratégica empeoró con la epidemia de viruela que asoló el centro de México y que mató a más de la tercera parte de la población, incluyendo al nuevo monarca.

A pesar de sus derrotas, la alianza de tlaxcaltecas, huexotzincas y españoles se fortaleció, aunque algunas tropas que habían llegado con Pánfilo de Narváez prefirieron abandonar la empresa y regresar a Cuba. Según Bernal Díaz del Castillo y Diego Muñoz Camargo, los gobernantes de Tlaxcala habían ponderado sus opciones y decidieron apoyar a los españoles a cambio de obtener mayores concesiones y mercedes que incluyeron controlar toda la región. Cortés tenía prisa por reanudar las operaciones militares, temeroso por la fragilidad de su alianza, el poderío militar de Tenochtitlan y la posibilidad de que otra expedición llegara de Cuba para destituirlo. La ratificación de las alianzas, junto con la recolección de los aparejos de las naves quemadas en Veracruz el año anterior y el arribo fortuito de un barco cargado de armas y caballos fortalecieron la posición estratégica de los aliados tlaxcaltecas, huexotzincas y españoles. La base logística fue restablecida y comenzaron los preparativos para continuar las hostilidades con una campaña ofensiva sugerida por los tlaxcaltecas.

Tepeaca (antes Tepeyacac) era una importante ciudad de la Triple Alianza, capital de la provincia del mismo nombre, parte de la rica región cercana a Cholula que controlaba la ruta entre Veracruz y Tenochtitlan. Su corazón militar se asentó en la fortaleza del cerro que dominaba la zona y que estaba al mando de dos capitanes mexicas conocidos como Tlacochcálcatl y Tlacatéccatl, títulos asociados a las hazañas militares, lo que podría indicar que fue una guarnición imperial. El poderío, riqueza, belicosidad, cercanía política de Tepeaca con los tenochcas, así como el deseo de controlarla llevaron a los tlaxcaltecas a proponer someterla como primer paso para atacar Tenochtitlan. Poco antes, los capitanes y parte de las tropas de Pánfilo de Narváez, acompañados por guías indígenas, fueron emboscados y capturados o muertos en una cañada cercana a la guarnición.

Alrededor del primero de agosto de 1520 Cortés, con 420 españoles que incluyeron 17 de caballería y algunos ballesteros, pero sin armas de fuego y con un poderoso contingente tlaxcalteca atacaron por sorpresa Tepeaca. Los mexicas no se rindieron y se enfrentaron en campo abierto cerca de la guarnición, donde la combinación táctica de la infantería tlaxcalteca y las cargas de caballería rompieron su orden de batalla. La victoria fue seguida por el saqueo brutal de la ciudad y el conquistador justificó la violencia extrema empleada contra sus habitantes por la “traición” cometida contra los españoles. Tepeaca fue bautizada como Segura de la Frontera y se convirtió en “pueblo esclavo”: una base de operaciones para saquear poblaciones cercanas, esclavizar a los cautivos y marcarlos con un hierro candente cuya “G” significaba “guerra” según Bernal Díaz del Castillo.

Tepeaca fue uno de los primeros episodios militares en los que la población no combatiente fue blanco sistemático de los aliados españoles e indígenas. Se trató de una demostración de fuerza dirigida a construir la idea de su poderío para atraer poblaciones desafectas y minar el imperio de Tenochtitlan. Su captura llevó al refuerzo de las guarniciones locales mexicas para prevenir que ocurrieran episodios similares como en el caso de Izúcar y Huaquechula, donde los mexicas abusaron de la población al grado que se volvieron contra ellas y se aliaron con los tlaxcaltecas y españoles, según Bernal Díaz. Las operaciones militares en la región de Tepeaca fortalecieron la posición de Cortés al grado que, al regresar a Tlaxcala, pudo influir en la sucesión del gobernante a la muerte de uno de sus aliados principales.

 

Conclusión

La victoria en la Noche Triste y la penosa retirada de huexotzincas, tlaxcaltecas y españoles no pudieron ser aprovechadas por los mexicas. Conflictos imperiales internos y la pronta aparición de una epidemia de viruela que diezmó a la población impidieron que Tenochtitlan emprendiera una ofensiva decisiva contra los derrotados, que se refugiaron en Tlaxcala. Allí consolidaron su alianza, restablecieron su base de operaciones y comenzaron a planear la campaña contra la capital imperial, habiendo revertido la peligrosa posición en la que se habían encontrado poco tiempo atrás. El primer paso de la ofensiva de los aliados indígenas y españoles fue el ataque a la importante guarnición mexica de Tepeaca, que fue tomada después de una batalla en campo abierto. El saqueo, esclavización de los pobladores y establecimiento como base militar abrió una nueva fase en la conquista, caracterizada por su brutalidad militar y contra los no combatientes. El resultado mostró las debilidades de los mexicas, abrió el camino a nuevas alianzas con grupos indígenas subordinados a la Triple Alianza, fortaleció la alianza original y consolidó la posición personal de Cortés.

 

Para saber más:

  • Bernal Díaz del Castillo, Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, México, Editorial Porrúa, 2008.
  • Diego Muñoz Camargo, “Descripción de la ciudad y provincia de Tlaxcala”, en Relaciones Geográficas del Siglo XVI: Tlaxcala, René Acuña, editor, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1984.
  • Hernán Cortés, Cartas de relación, 25ª edición, México, Editorial Porrúa, 2018.
  • Hugh Thomas, Conquest: Montezuma, Cortés, and the Fall of Old Mexico, New York, Simon & Schuster, 1993.
  • Ross Hassig, Mexico and the Spanish Conquest, Norman, University of Oklahoma Press, 2006.
Para citar: Carlos Brokmann, Balance entre las fuerzas mexicas e hispanas en el marco del ataque a Tepeaca, México, Noticonquista, http://www.noticonquista.unam.mx/amoxtli/2238/2237. Visto el 30/04/2024