Nuevos aliados de los expedicionarios: la alianza con los chalcas.

A finales del mes de octubre de 1519, Cortés decidió salir de la ciudad de Cholula y dirigirse a la ciudad de Tenochtitlán. En su camino hacia la urbe, los recibieron algunas poblaciones indígenas con la intención de entablar una alianza en contra del yugo mexica, aunque también algunos autores afirman que los indígenas, al enterarse de lo ocurrido en la matanza del templo de Quetzalcoátl, consideraban que era mejor aliarse a enfrentarse a ellos. Uno de estos casos fue el de los chalcas.

 Es así como, luego de su estancia en Cholula, los españoles pasaron por Calpan, un pueblo perteneciente a Huexotzinco donde salieron a recibirlo los habitantes del lugar y  poblaciones aledañas, quienes les dieron regalos y se ofrecieron a acompañarlos. Los de Huexotzinco, mencionaron que había dos formas de llegar a México, uno era por el camino principal, el cual pasaba por la ciudad de Chalco (en la actualidad corresponde a la ruta que sigue la autopista México-Puebla, pasando por la zona de Río Frío); mientras que el otro era agreste, atravesaba los bosques de pino y los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl (hoy en día al lugar por el que pasó Hernán Cortés y sus huestes es conocido como “Paso de Cortés”), y así llegar a la ciudad de Tlalmanalco.

De esta manera lo relata Bernal Díaz en su Historia verdadera: […] había dos caminos muy anchos, y que el uno iba a un pueblo que se dice Chalco, y el otro a Talmanalco, que era otro pueblo, y entrambos sujetos a México; y que el un camino estaba muy barrido y limpio para que vamos por él, y que el otro camino le tenían ciego y cortados muchos árboles muy gruesos y grandes pinos [...]. (Bernal Díaz del Castillo, Historia verdadera…, capítulo LXXXVI).

Los guías mexicas que acompañaron a Cortés trataron de convencerlo para que siguiera por el camino “limpio” ya que Chalco se encontraba más cerca que Tlalmanalco y al ser sujeto de México, serían bien recibidos por los habitantes y nada les faltaría. Por el contrario, los aliados de los españoles no querían que siguieran este camino ya que se decía que los mexicas los estarían esperando para atacarlos. Al poner esto en conocimiento de Cortés, este decidió, pese a la insistencia de los mexicas, seguir por el camino agreste.

Tras tomar la decisión, los españoles pasaron de Huexotzinco a la provincia de Chalco, en dirección a los volcanes. Cortés relata sus impresiones al percibir las dos elevaciones: “Que a ocho leguas de esta ciudad de Churultecal [Cholula] están dos sierras muy altas y muy maravillosas, porque en fin de agosto tienen tanta nieve que otra cosa de lo alto de ellas si no la viene, se parece. Y de la una que es la más alta sale muchas veces, así de día como de noche, tan grande bulto de humo como una gran casa, y sube encima de la sierra hasta las nubes, tan derecho como una vira, que, según parece, es tanta la fuerza con que sale que aunque arriba en la sierra andaba siempre muy recio viento, no lo puede torcer.” (Hernán Cortés, “Segunda carta de relación).

Al encontrarse en medio de los colosos, aliados y españoles, además de experimentar las bajas temperaturas (para las cuales muchos no se encontraban preparados ya que muchos venían de las Antillas y de las costas de Veracruz, donde el clima prevaleciente es el tropical), pudieron conocer la geografía del lugar y tener una visión panorámica de México-Tenochtitlán.

Vale la pena hacer un paréntesis en el cual se dé a conocer el territorio que vieron los españoles y que los mexicas tenían sujeto. Chalco, desde la época prehispánica y hasta la actualidad, dada su ubicación geográfica, comunica la región del valle de México con la del valle de Puebla-Tlaxcala y el de Cuernavaca-Cuautla, razón por la cual es un puente importante para el tránsito de mercancías y personas.

La región de Chalco, se encontraba a las orillas del lago del mismo nombre, colindando por la parte del oriente con la Sierra Nevada, representada por los dos grandes volcanes el Iztaccíhuatl y el Popocatépetl; al sur con la sierra del Ajusco (colindando con el actual estado de Morelos) y al norte con los bosques de pino de Río Frío y el nombrado “Monte Tláloc”.

La región tenía diferentes climas: templados, fríos y de moderada precipitación, a partir de los 5,000 metros de altura se ubicaba la zona de nieves perpetuas. A su vez, este territorio contaba con múltiples ríos, producto del deshielo de los volcanes, dichas corrientes fueron las responsables de brindar a la tierra la humedad necesaria para el desarrollo de los cultivos y el abastecimiento de los mantos acuíferos.

Las laderas de las montañas se encontraban llenas de árboles de coníferas y en la, hoy extinta, laguna se hallaban presentes juncos y tulares. En el lago se localizaban  diversidad de peces, ranas, patos, garzas, ajolotes y acociles. Debido a sus características, fue un territorio donde se pudo establecer el sistema de chinampas, las cuales permitieron la comunicación de la zona del sur-oriente del valle, con Xochimilco y, desde luego, con la ciudad de México mediante los canales.

Chalco fue habitada por diferentes grupos humanos producto de migraciones ocurridas durante el periodo Preclásico hasta el Posclásico reciente. Aunque, fue hasta el siglo XV cuando fueron conocidos como chalcas. Los indígenas que llegaron a habitar la región se decían herederos de las culturas tolteca y chichimeca, estos conformaron cuatro señoríos o altépetl los cuales fueron: Amequemeca, Tenanco Tepopola, Tlalmanalco y Chimalhuacán Chalco.

Los altépetl de Chalco, desde su fundación, aproximadamente en el siglo  XIII hasta el siglo XV, gozaron de total independencia. De acuerdo con fray Diego Durán, la situación de los chalcas cambió cuando Moctezuma I, decidió construir un templo dedicado a Huitzilopochtli, el cual tenía que ir acorde con su grandeza. Asimismo, este acontecimiento coincidió con una política expansionista por parte de los mexicas.

De tal suerte, para llevar a cabo este proyecto, Moctezuma requería de una gran cantidad de piedras por lo cual pidió ayuda a los señores de Chalco, aunque los chalcas se rehusaron a dar lo que pedían los mexicas y comenzaron los enfrentamientos. A pesar de la resistencia, los chalcas fueron vencidos y quedaron bajo el dominio de los mexicas.

Así, la dominación que ejerció Tenochtitlan sobre los pueblos a los que sometió se caracterizó por la entrega de tributos a los integrantes de la Triple Alianza. Cada grupo sometido estaba obligado a proporcionar cierta cantidad de algún producto en específico: algunos otorgaban mantas, miel, cacao, plumas, oro, pieles de animales, etc. En este caso, Chalco contribuyó, principalmente, con maíz, aunque también entregó piedra para la construcción, madera y guerreros para continuar con el avance expansionista.

El sometimiento que vivieron los chalcas, y los demás grupos mesoamericanos, persistió hasta el gobierno de Moctezuma II, o Xocoyotzin (1466-1520). A pesar de que las diferentes comunidades mantuvieron su independencia en la forma de gobierno, esperaban el momento de liberarse del sometimiento del que estaban sujetos. En esta coyuntura llegó Cortés en 1519 a Mesoamérica y aprovechó el descontento que existía en el territorio para aliarse con los enemigos de los mexicas.

Dicho lo anterior, y retomando el hilo de nuestras ideas, Cortés y sus huestes llegaron a Chalco en los primeros días del mes de noviembre del mismo año. No existe un consenso sobre el lugar exacto en donde se reunieron los españoles y los chalcas: algunos autores sugieren que fue entre los volcanes, otros afirman que fue en Amecameca y otros sostienen que el encuentro se dio en Tlalmanalco; todos estos lugares estan ubicados dentro de la provincia de Chalco. No obstante, considero que el lugar donde se llevó a cabo la entrevista fue entre los volcanes, por las siguientes razones:

  1. Algunos chalcas mantuvieron relaciones de parentesco con los habitantes de Cholula, por lo que no es difícil de creer que se enteraron de lo ocurrido en el templo de Quetzalcóatl.
  2. No pasaría desapercibido el constante tránsito de los embajadores de Moctezuma, más aún, teniendo en cuenta que Chalco era uno de sus sujetos, razón por la cual podría comer y descansar.
  3. Es sabido que los comerciantes fueron una importante vía de comunicación a lo largo del territorio Mesoamericano.

Por lo anterior y dado que los chalcas buscaban la oportunidad de librarse de los mexicas, decidieron salir a su encuentro en los límites del señorío. De acuerdo con las fuentes, los nobles de Amequemeca, Tlalmanalco, Acatzingo, Tenango Tepopola y Chimalhuacán se entrevistaron con Cortés, llevándole oro, mantas y ocho mujeres. Además de ello, les dieron comida y permitieron que descansaran.

Bernal lo relata de la siguiente manera: “[…] Y todos juntos trajeron un presente de oro y dos cargas de manta y ocho indias, que valdría el oro sobre ciento cincuenta pesos, y dijeron: “Malinche: recibe estos presentes que te damos y tenemos de aquí adelante por tus amigos.” (Bernal Díaz del Castillo, Historia verdadera…, capítulo LXXXVI)

Los regalos presentados por los chalcas fueron símbolo de alianza con los españoles, para evitar que les hicieran daño pero también para liberarse de los mexicas: “[…] dan tantas quejas de Montezuma y de sus recaudadores, que les robaban cuanto tenían, y las mujeres e hijas, si eran hermosas, las forzaban delante de ellos y de sus maridos y se las tomaban, y que les hacían trabajar como si fueran esclavos, que les hacían llevar en canoas y por tierra madera de pinos, y piedra, y leña y maíz y otros muchos servicios de sembrar maizales, y les tomaban sus tierras para servicio de sus ídolos, y otras muchas quejas […]”. (Bernal Díaz del Castillo, Historia verdadera…, capítulo LXXXVI)

Cortés aceptó las ofrendas y les aseguró que les ayudaría a deshacerse del dominio mexica, amparado en la orden del emperador Carlos V que los había enviado para “deshacer agravios y robos”. En consecuencia, los chalcas pactaron ser súbditos de la corona española al brindarles veinte guerreros nobles para acompañarlos a la ciudad de México que se convirtieron en vasallos de la Iglesia católica al aceptar la instrucción cristiana de manos de fray Bartolomé de Olmedo. Se cree que también recibieron el bautismo ya que ese era el procedimiento que llevaron a cabo desde su llegada a Veracruz. Es así que, después de negociar con los principales y de descansar en el pueblo de Chalco, se encaminaron rumbo a Iztapalapa.  

Para citar: Tania Ariza Calderón, Nuevos aliados de los expedicionarios: la alianza con los chalcas., México, Noticonquista, http://www.noticonquista.unam.mx/amoxtli/1812/1798. Visto el 26/04/2024