Los primeros relatos dedicados a la prédica de Santiago en España datan, aproximadamente, del siglo VII y se encuentran registrados en el Breviarium Apostolorum. En el siglo siguiente y a través de los comentarios del Beato de Liébana al Apocalipsis, concretamente en el himno O Dei Verbum, Santiago se yergue como el protector de España.

A través de la Historia Compostelana, Diego Gelmírez se encargará de promover el culto jacobeo hacia el siglo XI; mientras que la congregación de Cluny se orientaría a atraer peregrinos ultrapirenaicos utilizando el Codex Calixtinus como principal elemento de propaganda. Para este momento, la extensión del espíritu de Cruzada en la península ibérica a raíz de la conquista de Toledo por Alfonso VI (1085) permitieron identificar a Santiago como un miles Christi. La Historia silense, redactada a principios del siglo XII, fue el primer texto en el que Santiago es representado con sus atributos militares.

La transformación de Santiago Matamoros en Santiago Mataindios ha sido perfilada en sus rasgos fundamentales y los autores coinciden en que la batalla librada por Cortés en Centla fue la primera en la que se apareció el patrón de España a los conquistadores.