

El 28 de abril de 1521, Hernán Cortés realizó un "alarde" de las tropas españolas que se preparaban a sitiar México-Tenochtitlan, capital de los mexicas. Este acto ceremonial, típico de un ejército que se preparaba para entrar al combate, sirvió para hacer un recuento de los alrededor de 1,000 efectivos españoles y para darles ánimos y recordarles la causa por la que peleaban.
Aprovechando esta ocasión, Noticonquista presenta tres amoxtli que nos permiten conocer el estado de las fuerzas y alianzas que se habían enfrentado ya por casi 9 meses de guerra y que se preparaban para lo que prometía ser la batalla final.
Martín Ríos nos habla de las tropas españolas, con su número relativamente menor de caballeros, ballesteros y arcabuceros, y su gran mayoría de soldados de pie que sólo tenían una espada y un escudo. Menciona también las armas de fuego de que disponían.
A su vez, Agustín García Márquez nos describe la historia de la larga y compleja alianza entre los totonacas del centro de Veracruz y los españoles, marcada por conflictos, diferentes e incluso muertes. Su detallada historia muestra cómo los aliados de los español no eran simples peones pasivos y obedientes, sino que los apoyaban por sus propias razones y por las mismas podían retirarles su apoyo, e incluso atacarlos.
Finalmente, Miguel Pastrana analiza con detalle las alianzas y apoyos con que contaban los mexicas. Muestra cómo fracasaron también sus intentos por recuperar a sus antiguos vasallos, con ofertas de reducir sus tributos. Igualmente intentaron fallidamente convencer a sus grandes rivales, los tlaxcalteca y los purépecha, que se unieran a ellos contra los españoles. Por ello debieron enfrentar casi solos al creciente ejército indo-español que los atacaba.