Marina descubre el plan de Moctezuma y se lo cuenta a Cortés (Cholula)

Texto original con ortografía de la época:

[…] Y fue desta manera: que ya que les había dicho Cortés que nos habíamos de partir para otro día, que hiciésemos que liábamos nuestro hato, que era harto poco, y que en unos grandes patios que había donde posábamos, estaban con altas cercas, que diésemos en los indios de guerra, pues aquello era su merecido. Y que con los embajadores de Montezuma disimulásemos, y les dijésemos que los malos de los cholultecas han querido hacer una traición y echar la culpa della a su señor Montezuma, e a ellos mismos como sus embajadores; lo cual no creíamos que tal mandase hacer, y que les rogábamos que se estuvieran en el aposento de nuestro capitán, e no tuviesen más plática con los de aquella ciudad, porque no nos den que pensar que andan juntamente con ellos en las traiciones, y que se vayan con nosotros a México por guías; y respondieron que ellos ni su señor Montezuma no saben cosa ninguna de lo que les dicen; y aunque no quisieron, les pusimos guardas porque no se fuesen sin licencia y porque no supiese Montezuma que nosotros sabíamos que él era quien lo había mandado hacer; e aquella noche estuvimos muy apercibidos y armados, y los caballos ensillados y enfrenados, con grandes velas y rondas, que esto siempre lo teníamos de costumbre, porque tuvimos por cierto que todas las capitanías, así de mexicanos como de cholultecas, que aquella noche habían de dar sobre nosotros; y una india vieja, mujer de un cacique, como sabía el concierto y trama que tenían ordenado, vino secretamente a doña Marina, nuestra lengua, y como la vio moza y de buen parecer y rica, le dijo y aconsejó que se fuese con ella a su casa si quería escapar con vida, porque ciertamente aquella noche u otro día nos habían de matar a todos, porque ya estaba así mandado y concertado por el gran Montezuma, para que entre los de aquella ciudad y los mexicanos se juntasen, y no quedase ninguno de nosotros a vida, o nos llevasen atados a México; y porque sabe esto, y por mancilla que tenía de la doña Marina, se lo venía a decir, y que tomase todo su hato y se fuese con ella a su casa, y que allí la casaría con un su hijo, hermano de otro mozo que traía la vieja, que la acompañaba. E como lo entendió doña Marina, y en todo era muy avisada, le dijo: "¡Oh madre, qué mucho tengo que agradeceros eso que me decís! Yo me fuera ahora, sino que no tengo de quien fiarme para llevar mis mantas y joyas, que es mucho. Por vuestra vida, madre, que aguardéis un poco vos y vuestro hijo, y esta noche nos iremos; que ahora ya veis que estos teules están velando, y sentirnos han"; y la vieja creyó lo que la decía, y quedóse con ella platicando, y le preguntó que de qué manera nos había de matar, e cómo e cuándo se hizo el concierto; y la vieja se lo dijo ni más ni menos lo que habían dicho los dos papas; e respondió la doña Marina: "Pues ¿cómo siendo tan secreto ese negocio, lo alcanzastes vos a saber?" Dijo que su marido se lo había dicho, que es capitán de una parcialidad de aquella ciudad, y como tal capitán está ahora con la gente de guerra que tiene a cargo, dando orden para que se junten en las barrancas con los escuadrones del gran Montezuma, y que cree estarán juntos esperando esto del concierto que lo sabía tres días había, porque de México enviaron a su marido un atambor dorado, e a otras tres capitanías también les envió ricas mantas y joyas de oro, porque nos llevasen a todos a su señor Montezuma; y la doña Marina, como lo oyó, disimuló con la vieja, y dijo: "¡Oh cuánto me huelgo en saber que vuestro hijo con quien me queréis casar es persona principal! Mucho hemos estado  hablando; no querría que nos sintiesen: por eso, madre, aguardad aquí, comenzaré a traer mi hacienda, porque no lo podré sacar todo junto; e vos e vuestro hijo, mi hermano, lo guardaréis, y luego nos podremos ir"; y la vieja todo se lo creía, y sentóse de reposo la vieja, ella y su hijo; y la doña Marina entra de presto donde estaba el capitán Cortés, y le dice todo lo que pasó con la india; la cual luego la mandó traer ante él, y la tornó a preguntar sobre las traiciones y conciertos, y le dijo ni más ni menos que los papas; y le pusieron guardas porque no se fuese.

Para citar:
Díaz del Castillo, Bernal , Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, Ciudad de México, Editorial Patria, 1983 [1632], pp. 218-228
Lugar(es):
  • Cholula
Persona(s):
  • Hernando Cortés
  • Moctezuma Xocoyotzin
  • Marina