Se transportan los bergantines a Texcoco

Texto original con ortografía de la época:

Llegó en esta sazón la noticia de que se habían acabado los bergantines, y Martín López avisó a Cortés que trataría luego de su construcción; porque la república de Tlascala tenía prontos diez mil tamenes o indios de carga, los ocho mil que parecían necesarios para llevar la tablazón, jarcias, herraje y demás adherentes, y los dos mil que irían de repuesto para que se fueren alternando y sucediendo en el trabajo, sin comprender en este número a los que se habían de ocupar en el transporte de los víveres para el sustento de esta gente, y de quince a veinte mil hombres de guerra, con sus cabos que aguardaban esta ocasión para marchar al ejército, con los cuales partiría de aquella ciudad el día siguiente, resuelto a esperar en la última población de Tlascala el convoy de los españoles que había de salir al camino; porque no se atrevería sin mayores fuerzas a intentar el tránsito [366]peligroso de la tierra mejicana. Eran aquellos bergantines la única prevención que faltaba para estrechar el sitio de Méjico, y Hernán Cortés celebró esta noticia con tal demostración, que la hizo plausible a todo el ejército. Encargó luego el convoy a Gonzalo de Sandoval con doscientos españoles, quince caballos y algunas compañías de tlascaltecas, para que unidos con el socorro de la república, pudiesen resistir a cualquiera invasión de los mejicanos.

[…] Dispuso Martín López la marcha, empezando a llevar cuidadosa y ordenada la gente desde que salió de la ciudad. Iban delante los arcos y las hondas, con algunas lanzas de guarnición, en cuyo seguimiento marchaban los tamenes y el bagaje, y después el resto de la gente cubriendo la retaguardia: con que llegó el caso de verse puesta en ejecución la rara novedad de conducir bajeles por tierra; los cuales, si nos fuera lícito incurrir en alguna de

las metáforas, que tal vez se hallan en la historia, se pudiera decir que iban como empezando a navegar sobre hombros humanos, entre aquellas hondas que al parecer se formaban de los peñascos y eminencias del camino: admirable invención de Cortés, que se vio entonces practicada, y al referirse cómo sucedió, parece soñada la verdad, o que toman los ojos el oficio de la fantasía.

Para citar:
de Solís y Rivadeneyra, Antonio , Historia de la Conquista de Méjico: población y progresos de la América Septentrional conocida por le nombre de Nueva España, Madird, Espasa-Calpe, 1970 [1684], pp. 365-
Lugar(es):
  • Texcoco
  • Tlaxcala
Persona(s):
  • Gonzalo de Sandoval
  • Hernando Cortés
Actor(es):
  • indios aliados de Cortés
  • Bergantines