La resignificación de la memoria sobre la conquista en el biombo la Muy Noble y Leal Ciudad de México

Entre los grandiosos objetos que se exhiben en el Museo Franz Mayer, pocos han cautivado el interés de visitantes e investigadores como el biombo representando la Muy Noble y Leal Ciudad de México. En un lado de la pantalla plegable está pintada la ciudad como se veía a finales del siglo XVII. Vista desde lo alto, simulando una perspectiva de pájaro, la metrópoli novohispana parece un modelo de orden urbana con edificios uniformes, ubicados en cuadros regulares entre sus calles rectas, limpias y vacías. No puede ser más grande el contraste con la imagen que aparece en el otro lado de la pantalla que exhibe varias escenas de la conquista de la ciudad. Si bien el encuentro entre Cortés y Moctezuma, al sureste de la ciudad, se desarrolla en buen orden, en el resto del cuadro reina el caos y la violencia.

Este biombo es uno de al menos ocho biombos que se conservan hasta el día de hoy en varias colecciones en México, Estados Unidos y Europa donde se representan escenas de la llegada de los españoles al actual México y la guerra que prosiguió a su venida. Estas pantallas plegables formaron parte de un corpus más amplio de pinturas y enconchados realizados entre la década de 1660 y principios del siglo XVIII. Esto implicó un desarrollo notable ya que durante casi un siglo y medio, el tema de la conquista apenas se había tratado en las artes visuales fuera de los códices y las historias producidas por indios y mestizos.

Una posible explicación a la falta de esta atención en el arte es que durante la mayor parte de este período las memorias sobre la conquista fueron altamente disputadas. Los conflictos fueron el resultado de una práctica distributiva usada por la corona española que permitía a los descendientes de los conquistadores reclamar beneficios por los servicios de sus ancestros. Esta práctica provocó amargas disputas sobre la identificación de los conquistadores y sus servicios. La corona, en su turno, respondió a estos conflictos promulgando leyes que prohibieron la producción y publicación de nuevas historias. En el segundo cuarto del siglo XVII, la corona abandonó paulatinamente la práctica de recompensar a los descendientes de los conquistadores. Este cambio en el aparato distributivo provocó una relajación en sus esfuerzos de controlar la difusión de las historias de la conquista abriendo nuevas posibilidades de revivir y reinventarla.

 

Un papel importante en este proceso estaba reservado para los miembros del clero y la élite intelectual novohispana. En sus luchas por el reconocimiento y los beneficios comenzaron a contar una nueva historia de la conquista. Su historia fue menos enfocada en identificar las hazañas de los conquistadores españoles y más en las acciones de otros actores como los frailes y los indígenas. El biombo del Museo Franz Mayer ilustra bien este proceso de resignificación. El lado de la pantalla que muestra la ciudad estaba destinado en primer lugar a mapear su extensa infraestructura eclesiástica. De los setenta edificios que se identifican en la leyenda, más de sesenta son iglesias, conventos o colegios. De hecho, una de las características sorprendentes de esta visión corográfica de la ciudad es la absoluta ausencia de cualquier actividad que definiera la grandeza de una ciudad en términos seculares, sobre todo el comercio. Aquí, la “nobleza” de la ciudad se define en gran parte por la cantidad de edificios eclesiásticos desde los cuales el clero atiende a las necesidades espirituales de la población urbana.

Si aceptamos que el biombo representa una perspectiva eclesiástica a la ciudad, el contraste entre los dos lados de la pantalla podría obtener una nueva significación. Es posible que el artista y su patrocinador hayan intentando enfatizar el papel de la Iglesia en la creación de la paz y el orden después del caos de la conquista. Otro elemento importante en este proceso de resignificación de la historia lo encontramos en el papel que la pintura atribuye a varios individuos nahuas. Además de Moctezuma y Cuauhtémoc, el artista retrató a Ipaneca, Tzmalpopoca, Lamalitz, Zagualcoiol, don Martín Hecatzin, Tlacallel, Colocolo e Izcoal. Todos están involucrados en feroces batallas. La atención centrada en la valentía de estos hombres nahuas encajaba bien en un discurso que se desarrollaba en los círculos intelectuales novohispanos sobre las virtudes del indio durante la segunda mitad del siglo XVII. Tal discurso se inspiró, por un lado, en la continua defensa de los nativos tal como la promovió Juan de Palafox y Mendoza en sus Virtudes del indio (1650); por otro lado, fue influenciado por clérigos e intelectuales criollos que comenzaron a utilizar figuras del pasado indígena como modelos de virtud. Ilustrativa de esta tendencia fue la obra de Carlos de Sigüenza y Góngora, cuyo Teatro de virtudes políticas (1680) celebró las virtudes imperiales de los monarcas aztecas.

Un mensaje sobre las virtudes de los indios seguramente hubiera sido bien recibido por los Duques de Moctezuma, quienes, en un momento determinado, adquirieron el biombo. Especialmente el Virrey José Sarmiento y Valladares fue un promotor del proceso de resignificación por su propia parte. No obstante, para los clérigos criollos estas revalorizaciones de las cualidades de los habitantes nativos de la Nueva España se volvieron importantes para refutar las ideas expresadas por los europeos respecto a que los indios carecían de las cualidades necesarias para cumplir funciones en la iglesia. Al hacerlo, invirtieron el argumento que como naturales de la misma tierra, los criollos se convirtieron en indios débiles y carentes de virtudes. Como muestra bien el biombo de la Muy Noble y Leal Ciudad de México, de un enfrentamiento de representantes de dos pueblos valientes y virtuosos nació, con la ayuda del clero local, una sociedad piadosa en la cual la gente vivía en gran orden y fe. 

 

Para saber más:

  • Baena Zapatero, Alberto. “Biombos mexicanos e identidad criolla.” Revista de Indias, 80, no. 280 (2020): 651–686. [LINK].
  • Curiel, Gustavo. “Biombo de la conquista de México y la muy noble y leal Ciudad de México”, Imágenes(2007). [LINK]
  • Ette, Ottmar. “EntreMundos o la relacionalidad transarchipiélica de Nueva España.” Iberoamericana 12, no. 48 (2012): 157–70. [LINK]
  • Mundy, Barbara E., “Moteuczoma reborn: biombo paintings and collective memory in colonial Mexico City”, Winterthur Portfolio 45, no. 2-3 (2011): 161–176.
  • Pinna, Silvia. “El biombo de las tres culturas. De Nueva España al segundo Imperio.” Quiroga, no. 12 (2017): 96–110. [LINK]
  • Vallen, Nino, “Conquista, memoria y cultura material en la Nueva España, siglos XVI y XVII”, Iberoamericana19, no. 71 (2019): 13–33. [LINK]
Para citar: Nino Vallen, La resignificación de la memoria sobre la conquista en el biombo la Muy Noble y Leal Ciudad de México, México, Noticonquista, http://www.noticonquista.unam.mx/amoxtli/2548/2532. Visto el 16/04/2024