El duro paso por la sierra y la llegada a Xocotlan
Entróse luego en lo áspero de la sierra; primera dificultad del camino de Méjico, donde padeció mucho la gente, porque fue necesario marchar tres días por una montaña inhabitable, cuya [115] sendas se formaban de precipicios. Pasaron a fuerza de brazos y de ingenio las piezas de artillería, y fatigaban más las inclemencias del tiempo. Era destemplado el frío; recios y frecuentes los aguaceros; y los pobres soldados sin forma de abarracarse para pasar las noches, ni otro abrigo que el de sus armas, caminaban para entrar en calor, obligados a buscar el alivio en el cansancio. Faltaron los bastimentos, última calamidad en estos conflictos, y ya empezaba el aliento a porfiar con las fuerzas cuando llegaron a la cumbre. Hallaron en ella un adoratorio y gran cantidad de leña; pero no se detuvieron porque se descubrían de la otra parte algunas poblaciones cercanas, donde acudieron apresuradamente a guarecerse, y hallaron bastante comodidad para olvidar lo padecido.
Empezaba en este paraje la tierra de Zocothlan, provincia entonces dilatada y populosa, cuyo cacique residía en una ciudad del mismo nombre, situada en el valle donde terminaba la sierra.
- Sierras de San Martín
- Soldados
- indios aliados de Cortés