SLos conquistadores trajeron jaurías de perros la mayoría eran mastines o alanos. Casi todos los cronistas se hicieron eco del uso de estos perros, de gran utilidad lo mismo en combate que para castigar ejemplarmente a algún nativo con la intención de aterrorizar al resto. Fernández de Oviedo escribió que fue común aperrearlos lo que no era otra cosa que hacer que perros le comiesen o matasen, despedazando al indio. No menos claro se mostró el padre Las Casas al decir que estos canes amaestrados, cuando alcanzaban a uno, lo hacían pedazos en un credo.
Tomado de Esteban Mira Caballos