Españoles incitan a los tlaxcaltecas al cristianismo: Cortés insiste en la destrucción de los dioses
[...] nuestro animoso e invencible español, respondió replicando con cristianísimo y católico pecho con la mayor osadía que hombres pudieron tener, diciendo de esta manera constreñido del celo cristiano de que estaba armado.
"Bien he visto, leales amigos míos y muy estimados señores, el amor y amistad que me tenéis sin género de doblez alguno, a lo cual no puedo dejar de acudir de hacer vuestra voluntad, especialmente siendo cosa que conviene a vuestro propio remedio, porque para destruir yo y asolar todo este mundo y todas cuantas naciones en él hay, no lo estimaría en nada tanto cuanto deseo vuestra salvación y que salgáis del error en que vivís, porque teniéndoos de mi parte y banda, todo se me facilita y allana pero es recio caso, amigos y señores míos, que no seáis cristianos y de la cristiana parcialidad, porque siendo yo cristiano y hijo del verdadero dios, cuya ley y doctrina guardo, que viva entre gentes que sirven y adoran dioses de falsedad y de mentira. Y en cuanto a esto que decís que han de destruir el mundo mostrando gran ira contra los hombres, y que enviarán fuego del cielo, hambres y pestilencias y otras calamidades como habéis referido, es negocio de poco momento e imaginación vana, lo cual tomo a mi cargo para avenirme con ellos porque ellos no son dioses ni son nada, ni tienen ningún poder.
Finalmente, que como a amigos fieles os ruego y aconsejo que no creáis en ello, sino que los derribemos y asolemos, despedazándolos y quebrantándolos de manera que no quede nombre ni memoria de ellos en el mundo, porque es muy gran lástima que señores y principales tan claros y generosos varones sean sujetos a tan abominables figuras. Por tanto, amigos míos, persuadios a ser cristianos, y no estéis incrédulos, ni tan obstinados en vuestros errores. Mirad con los ojos del entendimiento lo que os he significado, porque es pura verdad. Dejad la pertinacia endurecida de vuestros corazones, animaos a ser hijos de dios verdadero, que os infundirá su divina gracia, y os dará verdadera claridad y lumbre para que mejor entendáis lo que con palabras no os puedo explicar".
- Hernando Cortés