Los espías de Xicoténcatl

Texto original con ortografía de la época:

Y parece ser aquellos indios que envió el Xicotenga con la comida, eran espías para mirar nuestras chozas y entradas y  salidas, y todo lo que en nuestro real había, y ranchos y caballos y artillería, y cuántos estábamos en cada choza; y estuvieron aquel día y la noche, y se iban unos con mensajes a su Xicotenga y venían otros; y los amigos que traíamos de Cempoal miraron y cayeron en ello, que no era cosa acostumbrada estar de día ni de noche nuestros enemigos en el real sin propósito ninguno, y que cierto eran espías, y tomaron dellos más sospecha porque cuando fuimos a lo del pueblezuelo Zumpancingo, dijeron dos viejos de aquel pueblo a los de Cempoal, que estaba apercibido Xicotenga con muchos guerreros para dar en nuestro real de noche de manera que no fuesen sentidos, y los de Cempoal entonces tuviéronlo por burla y cosa de fieros, y por no saberlo muy de cierto no se lo habían dicho a Cortés; y súpolo luego doña Marina, y ella lo dijo a Cortés; y para saber la verdad mandó Cortés apartar dos de los tlascaltecas que parecían más hombres de bien, y confesaron que eran espías de Xicotenga, y todo a la fin que venían; y Cortés les mandó soltar, y tomamos otros dos, y ni más ni menos confesaron que eran espías; y tomáronse otros dos ni más ni menos, y más dijeron, que estaba su capitán Xicotenga aguardando la respuesta para dar aquella noche con todas sus capitanías en nosotros; y como Cortés lo hubo entendido, lo hizo saber en todo el real para que estuviésemos muy alerta, creyendo que había de venir, como lo tenían concertado; y luego mandó prender hasta diez y siete indios de aquellas espías, y dellos se cortaron las manos y a otros los dedos pulgares, y los enviamos a su capitán Xicotenga, y se les dijo que por el atrevimiento de venir de aquella manera se les ha hecho ahora aquel castigo, e digan que venga cuando quisiere, de día o de noche; que allí le aguardaríamos dos días, y que si dentro de los dos días no viniese, que lo iríamos a buscar a su real; y que ya hubiéramos ido a les dar guerra y matarles, sino porque los queremos mucho; y que no sean más locos, y vengan de paz. Y como fueron aquellos indios de las manos cortadas y dedos, en aquel instante dicen que Xicotenga quería salir de su real con todos sus poderes para dar sobre nosotros de noche, como lo tenían concertado; y como vio ir a sus espías de aquella manera, se maravilló y preguntó la causa dello, y le contaron todo lo acaecido, y desde entonces perdió el brío y soberbia; y demás desto, ya se le había ido del real una capitanía con toda su gente, con quien había tenido contienda y bandos en las batallas pasadas. Dejemos esto aquí, e pasemos adelante.

Para citar:
Díaz del Castillo, Bernal , Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, Ciudad de México, Editorial Patria, 1983 [1632], pp. 183-184
Lugar(es):
  • Tlaxcala
Persona(s):
  • Hernando Cortés
  • Marina
  • Xicotencatl
Actor(es):
  • indios tlaxcaltecas
  • Indios totonacas