Aparición de Santiago apóstol en la Batalla de Centla

Texto original con ortografía de la época:

Ordenó a la gente, puso en concierto la artillería, y caminó hacia Cintla [… ], creyendo que allí hallarían a los indios. Ya también ellos, cuando los nuestros llegaron, comenzaban a entrar en camino, muy en orden, y venían en cinco escuadrones de ocho mil cada uno; y como donde se encontraron eran barbechos y tierra de labranza, y entre muchas acequias y ríos hondos y malos de pasar, se embarazaron los nuestros y se desordenaron [… ], donde los indios, como hombres que sabían los pasos, que estaban diestros y sueltos en saltar las acequias, llegaban a flechar, y hasta a tirar varas y piedras con honda [… ] los arremolinaron en poco trecho de tierra, y les fue forzado, para defenderse, pelear vueltas las espaldas unos a otros, y aún así, estaban en un muy grande aprieto y peligro, porque no tenían espacio para tirar su artillería, ni gente de caballo que les apartase a los enemigos. Estando, pues, así, caídos y a punto de huir, apareció Francisco Morla en un caballo rucio picado, arremetió a los indios, y les hizo arre- [80 ] drar un tanto. Entonces los españoles, pensando que era Cortés, y teniendo algo más de espacio, arremetieron a los enemigos, y mataron a algunos de ellos. Con esto el de a caballo no apareció más, y con su ausencia volvieron los indios sobre los españoles, y los pusieron en el trance que antes. Volvió luego el de a caballo y se puso junto a los nuestros, corrió a los enemigos, y les hizo dejar espacio […]; pero en lo mejor del tiempo los dejó el caballero, y no lo pudieron ver. Como los indios no vieron tampoco al de a caballo, de cuyo miedo y espanto huían, pensando que era un centauro, vuelven de nuevo sobre los cristianos con genial denuedo, y los tratan peor que antes. Volvió entonces el de a caballo por tercera vez, e hizo huir a los indios con daño y miedo, y los peones arremetieron también, hiriendo y matando. A esta sanó llegó Cortés con los otros compañeros de a caballo, harto de rodeas y de pasar arroyos y montes, pues no había otra cosa por allí. Le dijeron lo que habían visto hacer a uno de a caballo, y preguntaron si era de su compañía; y como dijo que no, porque ninguno de ellos había podido venir antes, creyeron que era el apóstol Santiago, patrón de España.

Para citar:
López de Gómara, Francisco , La Conquista de México, Madrid, Dastin Historia, 2000 [1552], pp. 79-80
Lugar(es):
  • Centla
Persona(s):
  • Hernando Cortés
Actor(es):
  • Caballos
  • Pantano
  • Soldados