Llegan los españoles a Amecameca y logran espantar a un grupo de guerreros que se les acercaban

Texto original con ortografía de la época:

[…] se caminaron cuatro leguas por tierra de mejor temple y mayor amenidad, donde se conocía el favor de la naturaleza en las arboledas, y el beneficio del arte en los jardines. Hízose alto en Amecameca, donde se alojó el ejército, lugar de mediana población, fundado en una ensenada de la gran laguna, la mitad en el agua y la otra mitad en tierra firme, al pie de una montañuela estéril y fragosa. Concurrieron aquí muchos mejicanos con sus armas y adornos militares; y aunque al principio se creyó que los traía la curiosidad, creció tanto el número, que dieron cuidado y no faltaron indicios que persuadiesen al recelo. Valióse Cortés de algunas exterioridades para detenerlos y atemorizarlos: hízose ruido con las bocas de fuego, disparándose al aire algunas piezas de artillería, ponderóse y aun se provocó la ferocidad de los caballos, cuidando los intérpretes de dar significación al estruendo y engrande- [175] cer el peligro, por cuyo medio se consiguió el apartarlos del alojamiento antes que cerrase la noche.

Para citar:
de Solís y Rivadeneyra, Antonio , Historia de la Conquista de Méjico: población y progresos de la América Septentrional conocida por le nombre de Nueva España, Madird, Espasa-Calpe, 1970 [1684], pp. 174-175
Lugar(es):
  • Amecameca
Persona(s):
  • Hernando Cortés
Actor(es):
  • Caballos
  • artillería