La guerra según los indígenas conquistadores

Como vimos en el amoxtli ¿Qué tipo de guerra fue la llamada conquista?, la guerra de 1519 a 1521 fue antes que nada un conflicto mesoamericano, en el que los diferentes pueblos y gobiernos, grupos y actores políticos locales persiguieron sus propios intereses estratégicos, catalizados por la llegada de los expedicionarios.

Por eso, el contingente militar que tomó México-Tenochtitlan en agosto de 1521 no era un ejército organizado ni singular. Se trataba de una coalición creciente y siempre cambiante de fuerzas militares autónomas, celosamente independientes entre sí, unidos únicamente por su alianza con los expedicionarios españoles. Se trató de una coalición multiétnica de combatientes que participaron en una revuelta, una rebelión y una revolución a la vez, como tantas otras en la historia de estas tierras antes y después de 1521.

Afortunadamente contamos con suficiente información para reconstruir la situación geopolítica y las posibles intenciones de los principales actores mesoamericanos de la guerra. Recientemente José Juan López Portillo mostró en un artículo “Cortés, el extranjero útil” (https://www.nexos.com.mx/?p=44228) cómo los gobernantes de las ciudades estado del Valle de Puebla-Tlaxcala utilizaron a los españoles, y su famosa capacidad para la violencia, como instrumentos para resolver sus disputas dinásticas y territoriales a fines de 1520. Las “conquistas” españolas de Tepeaca, Atlixco, Huaquechula e Izúcar fueron para los mesoamericanos episodios en largas disputas dinásticas en que un bando desplazó a otro con ayuda de los expedicionarios españoles.

Patrick Lesbre en el amoxtli Linaje de Tlatoque de Tezcoco en tiempo de la conquista, ha analizado las complejas disputas en el seno de la dinastía texcocana que llevaron a que una parte se aliara con los españoles para destronar a la otra facción y para recuperar la antigua primacía de su ciudad en la Triple Alianza con los mexicas. Igualmente, como ha mostrado Tania Ariza en su amoxtli Nuevos aliados de los expedicionarios: la alianza con los chalcas, los viejos gobernantes de Tlalmanalco y Amecameca, desplazados por los mexicas tras la conquista de esa confederación de altépetl a mediados del siglo XV, aprovecharon la guerra para recuperar su posición hegemónica dentro de la confederación chalca.

Tlaxcala tenía una posición muy diferente y era por mucho la que más podía ganar de esta guerra. No se trataba de una tlatocáyotl como las de Cholula, Texcoco o México-Tenochtitlan, pues no tenía gobernantes de linaje y tradición tolteca. Era un gobierno colegiado de cuatro grandes grupos chichimecas, como lo habían sido los mexicas y los acolhuas antes de fundar México-Tenochtitlan y Texcoco. Después de casi un siglo de guerras constantes con los mexicas, cuyo objetivo era más capturar enemigos que vencer al contrario, ambas partes mantenían un impassegeopolítico desfavorable para los tlaxcaltecas, sin que ninguna tuviera la fuerza o la voluntad para romperlo. Alrededor de los tlaxcaltecas en los territorios más agrestes del fértil Valle de Puebla, se había formado una confederación de pueblos enemigos de los mexicas, refugiados de sus conquistas y guerras en los últimos 50 años, muchos de ellos otomíes. Estos grupos variados eran tan apegados a su independencia que combatieron con denuedo a los expedicionarios españoles en agosto de 1519. Y los hubieran vencido si éstos no hubieran comenzado a atacar por sorpresa a la población civil de sus pueblos y ciudades. Luego se hicieron sus aliados y acompañaron o condujeron a los españoles a atacar sus viejos rivales políticos, tras convencerlos de que también eran enemigos suyos, como en el caso de Cholula. En todo momento los tlaxcaltecas trataron de azuzar a los españoles para enfrentar bélicamente a los mexicas, aun cuando Cortés procuró mantener una relación pacífica con ellos durante los 8 meses que vivió en México-Tenochtitlan entre noviembre de 1519 y julio de 1520. Muy probablemente habrán ayudado a convencer a Pedro de Alvarado de realizar la masacre de Templo Mayor en mayo de ese año. Luego sufrieron con ellos pérdidas catastróficas en la huida de México-Tenochtitlan en julio. Sin embargo, cuando los españoles y sus propias mujeres y hombres regresaron heridos y diezmados a su territorio, los gobernantes tlaxcaltecas exigieron a Hernán Cortés nuevos términos más ventajosos de alianza antes de darle comida, lo que demuestra su carácter independiente y su voluntad de aprovechar la circunstancia en su propio beneficio.

La presencia de los españoles no era ni siquiera necesaria: en su amoxtli Don Gonzalo Mazatzin Moctezuma. Indio conquistador, Michel Oudijk nos describe la manera en que este gobernante de un señorío de la Mixteca, y pariente del tlatoani mexica, pactó con Cortés y los tlaxcaltecas en Tepeaca en octubre de 1520 que ellos partieran hacia México-Tenochtitlan a conquistarla, mientras él se encargaría de someter a todos los señoríos de su región. Así se apropió de la bandera del rey de España para realizar su propia campaña de “conquistas” por toda la Mixteca sin la participación de un solo expedicionario. En sus acciones siguió los pasos de 8-venado Garra de jaguar, el anterior conquistador de esa región a nombre de los toltecas.

Existen indicios en las historias mexicas, por otro lado, que sectores populares de la propia México-Tenochtitlan y de las ciudades y campos aledaños apoyaron a los aliados indo-españoles contra los gobernantes de esa ciudad. Según el relato recopilado por los colaboradores de Sahagún en el Libro XII de la Historia General de las Cosas de la Nueva España, los otomíes de Tecoac acogieron y alimentaron al ejército español que huía de la ciudad en julio de 1520, felices de librarse del dominio de los mexicas. En su artículo “Levantamientos rurales en el México prehispánico y colonial”, Friedrich Katz propuso que esta pudo haber sido una especie de “revolución social” de grupos que habían sido despojados de sus tierras por la nobleza mexica, reducidos al estatus de mayeque, trabajadores semi-serviles, o incorporados a la plebe de la ciudad como cargadores y trabajadores manuales. Un indicio de la importancia de este factor es que en las dos grandes batallas libradas en México-Tenochtitlan, la guerra en la ciudad de mayo a julio de 1520 y el sitio final de mayo a agosto de 1521, esta plebe fue activamente reprimida y perseguida por los mexicas. Sabemos, así, que no toda la población de México-Tenochtitlan apoyaba al gobierno militar de la ciudad, encabezado por Cuauhtémoc, en su estrategia de resistencia hasta la muerte.

Para citar: Federico Navarrete , La guerra según los indígenas conquistadores, México, Noticonquista, http://www.noticonquista.unam.mx/amoxtli/2679/2679. Visto el 25/04/2024