Las mujeres tlaxcaltecas durante la conquista

Un tema poco difundido es la presencia que tuvieron las mujeres durante la conquista. En otros artículos de Noticonquista (Federico Navarrete, Stan Declercq y Antonio Rubial) ya nos han hablado sobre la importancia de estas para el establecimiento del vínculo entre españoles y algunos grupos culturales indígenas.

Existen menciones aisladas de todas las mujeres regaladas como tributo a los españoles por diferentes comunidades mesoamericanas. Algunos ejemplos son, las mujeres chalcas (mencionadas por Tania Ariza) y las 20 mujeres tributadas en Centla, entre las cuales se encontraba  la famosa Malintzin, la intérprete de los españoles (ver @Malintzin_NC y Berenice Alcántara).

Entre noviembre de 1519 y julio de 1520, durante los meses de residencia en Tenochtitlan, los españoles fueron acompañados por grupos de mujeres que habían caminado desde múltiples comunidades y por múltiples caminos. Algunas habían recorrido más distancia que otras, ya fuera como cocineras, curanderas o como sus concubinas recién incorporadas a la fe cristiana.

Diversas fueron las situaciones por las que distintas mujeres llegaron a participar en este momento de la historia. Uno de los casos más importantes fue la entrega por parte de los tlaxcaltecas de doncellas para sellar la alianza con los españoles; la foja B del llamado Fragmento de Texas (documento del siglo XVI) representa el momento en que se llevó a cabo la alianza y la entrega de las doncellas.

En la imagen se observa, en el lado izquierdo, a Hernán Cortés (sentado en una silla de cadera) acompañado de siete españoles que portan picas y espadas. Del lado derecho tenemos a los cuatro señores principales de Tlaxcala, correspondientes a los cuatro altépetl que configuraban esa confederación, Xicotencatl (Tizatlan), Maxixcatzin (Ocotelulco), Citlalpopoca (Quiyahuiztlan) y Tlehuexolotzin (Tepeticpac) quienes portan, sobre sus cabezas, sus nombres jeroglíficos. En la parte inferior, una procesión de cinco mujeres de pie; un grupo de ocho mujeres en cuclillas más una de pie y un grupo de objetos tributados (placas de oro, collares de piedras preciosas y mantas). Entre los dos grupos representados -españoles y tlaxcaltecas- se encuentra Malintzin como intérprete y mediadora.

El primer grupo de mujeres lo constituyen cinco doncellas de pie, portan el cabello suelto con un flequillo, van descalzas (a diferencia de Malintzin), visten hermosos y coloridos huipiles y cortes; las cinco llevan en sus manos una manta, seguramente como símbolo de que “amarrarán” sus vidas con los españoles (símbolo mesoamericano para sellar el matrimonio, como aparecen en el folio 61r del Códice Mendoza cuando los esposos amarran su huipil y su tilma).

En la escena inferior, se observa a ocho mujeres en cuclillas, también con el cabello suelto, descalzas pero con una marcada diferencia, además de estar en cuclillas visten un huipil traslúcido, en uno de los casos se pueden ver los dos pechos de una de las mujeres. Bernal Díaz del Castillo menciona este pasaje de la historia en el capítulo LXXVII de su Historia Verdadera:

“Otro día vinieron los mismos caciques viejos, y trajeron cinco indias hermosas, doncellas y mozas, y para ser indias eran de buen parecer y bien ataviadas, y traían para cada india otra moza para su servicio, y todas eran hijas de caciques, y dijo Xicotenga a Cortés: “Malinche, ésta es mi hija, y no ha sido casada, que es doncella; tomadla para vos…”

“… lo cual luego lo hicieron, y en él se dijo misa y se bautizaron aquellas cacicas, y se puso nombre a la hija del Xicotenga doña Luisa, y Cortés la tomó por la mano, y se la dio a Pedro de Alvarado, y dijo a Xicotenga que aquella quien la daba era su hermano y su capitán, y que lo hubiese por bien, porque sería de él muy bien tratada, y el Xicotenga recibió contentameniento  dello…”

Según el Fragmento y Bernal Díaz, ese día fueron dadas cinco mujeres, las glosas alfabéticas del Fragmento aluden a las primeras tres mujeres: Luisa Tecuiluatzin, Quetzaltzin y Ana Xochitzin. No conocemos el nombre de las otras dos mujeres. Bernal menciona que estas cinco mujeres fueron dadas a Cortés, Juan Velázquez de León, Gonzalo de Sandoval, Cristóbal de Olid y Alonso de Ávila.

Sabemos, por otros documentos, que dos señores de los principales de Tlaxcala dieron a sus hijas. Maxixcatzin dio a Elvira y Jerónima, y Xicotencatl a Lucía y Luisa. Estos nombres son los nombres de bautizo cristiano de estas mujeres, solo conocemos, con certeza, el nombre en náhuatl de Luisa, Tequilhuatzin (o tecuelhuetzin o techquilvasin).

Estas cuatro doncellas de la élite tlaxcalteca fueron dadas en matrimonio a los conquistadores españoles y convivieron junto a ellos durante la estadía de los invasores en Tenochtitlan. Muy posiblemente fueron Luisa y Elvira las mujeres que aparecen representadas en las imágenes tlaxcaltecas de la llamada “Noche Triste”; no tenemos la certeza de las otras dos, pero sabemos que muchas otras mujeres, de quienes desconocemos sus nombres, también estuvieron presentes.

Elvira fue la compañera de Juan Velázquez de León, ambos murieron el 30 de junio de 1520 en la “Noche Triste” mientras huían de Tenochtitlan. Jerónima fue compañera de Juan de Salazar y su hijo, Juan Antonio Merlo de la Fuente, se asienta como obispo años después de la conquista de México en Comayagua, Honduras. Lucía fue la compañera de Jorge de Alvarado (uno de los hermanos de Pedro de Alvarado) y Luisa fue la compañera de Pedro de Alvarado.

Doña Luisa fue dada  en matrimonio a Pedro de Alvarado, esta pareja tuvo dos hijos, Pedro que nace en 1522 en Oaxaca y Leonor (nombre en honor a la madre de Alvarado, Leonor Contreras), el 22 de marzo de 1524 nacida en Utatlán. Esta familia se asentó primero en Olintepeque, y luego en Santiago, ambos en Guatemala.  Doña Luisa y sus hijos acompañaron a Alvarado en toda la conquista centroamericana, incluyendo su fallida expedición al Perú.

Por su parte, Doña Lucía y Jorge tuvieron una hija, Doña Francisca Alvarado quien nació en Santiago de Guatemala.

Tiempo después, tanto Pedro como Jorge de Alvarado contrajeron segundas nupcias con mujeres españolas de alcurnia, el primero con Doña Francisca de la Cueva de familia hidalga, pariente de los duques de Alburquerque y el segundo con la hija del tesorero real, Alonso de Estrada. 

Sin lugar a dudas, la mujer indígena más emblemática para el momento de la conquista fue Malintzin; pero en la historia existen otras mujeres igual de importantes cuyos nombres, poco a poco, irán resurgiendo: como el de María, una mujer tlaxcalteca quien en su lecho de muerte, a finales del siglo XVI en San Miguel Totonicapán (Guatemala), relata que nunca fue bautizada y que ella misma se colocó el nombre cristiano:

“soy muy vieja y no soy nacida en esta tierra, sino allá en México, en el pueblo de Tlaxcala, y me hallé cuando las guerras de los españoles,  y ayudé a hacer tortillas para ellos cuando ganaron a México”. (Escalante Arce 2004:109).

Para leer más:

  • Díaz del Castillo, Bernal “Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España, (1568). Editado por Carmelo Sáenz de Santa María (México: Patria, 1983).
  • Escalante Arce, Pedro “Los tlaxcaltecas en Centroamérica”. (El Salvador: CONCULTURA, 2004). 
  • Lovell, George; Christopher H. Lutz y Wendy Kramer “Atemorizar la tierra: Pedro de Alvarado y la conquista de Guatemala, 1520-1524”. (Guatemala: F&G Editores y CIRMA, 2017).
  • Matthew, Laura “Memorias de conquista: De conquistadores indígenas a mexicanos en la Guatemala colonial” (Guatemala, México: Plumsock Mesoamerican Studies, CIRMA, Serie Monográfica 19. BUAP, 2017).
  • Townsend, Camilla “Malintzin: Una mujer indígena en la Conquista de México”. (México: Editorial ERA, 2015).
Para citar: Margarita Cossich Vielman, Las mujeres tlaxcaltecas durante la conquista, México, Noticonquista, http://www.noticonquista.unam.mx/amoxtli/1867/1867. Visto el 17/04/2024