La memoria tlaxcalteca de la llegada de los españoles

En las últimas semanas, diversos artículos de Noticonquista han descrito las batallas que libraron los españoles, sus aliados cempoaltecas y de otros pueblos contra contingentes de otomíes y de tlaxcaltecas a principios de septiembre de 1519. También, las complejas negociaciones que establecieron ambos bandos y que culminaron en el establecimiento de una alianza entre ellos. Sin embargo, existen grandes divergencias entre las diferentes narraciones de estas primeras semanas sobre relaciones entre tlaxcaltecas y españoles. El siguiente cuadro sinóptico resume las variantes:

Cortés y López de Gómara

Batallas: 3. Atacan otomíes y tlaxcalteca, hasta 150,000 hombres. Casi ninguna baja española.

Incursiones españolas contra pueblos tlaxcaltecas: 3 a 6. Muchos muertos y destrucción.

Embajadas: 3. Levan comida.

Mutilaciones: españoles mutilan 50 embajadores.

Alianza: por rendición tlaxcalteca.

Bautismo de los señores de Tlaxcala: no.

 

Bernal Díaz del Castillo

Batallas: 2. Atacan otomíes y tlaxcaltecas encabezados por Xicoténcatl. Todos los españoles heridos

Incursiones españolas contra pueblos tlaxcaltecas: 2. Son para obtener alimentos. No provocan muerte ni destrucción

Embajadas: 2. Llevan comida sólo para averiguar la naturaleza de los españoles.

Mutilaciones: españoles mutilan 20 embajadores.

Alianza: por acuerdo tlaxcalteca.

Bautismo de los señores de Tlaxcala: no.

 

Lienzo de Tlaxcala

Batallas: 0

Incursiones españolas contra pueblos tlaxcaltecas: 0

Embajadas: 4. Llevan comida.

Mutilaciones: No.

Alianza: por decisión tlaxcalteca.

Bautismo de los señores de Tlaxcala: Si.

 

Diego Muñoz Camargo

Batallas: 1. Atacan otomíes

Incursiones españolas contra pueblos tlaxcaltecas: 0

Embajadas: 1. Llevan comida.

Mutilaciones: No.

Alianza: por decisión tlaxcalteca.

Bautismo de los señores de Tlaxcala: Si.

Como es evidente, las versiones de los autores españoles enfatizan la dimensión y violencia de los enfrentamientos militares, así como de los ataques que realizaron a poblaciones civiles, mientras que las versiones tlaxcaltecas -el Lienzo de Tlaxcala y Muñoz Camargo- los omiten o apenas las mencionan. Sin embargo, ambas coinciden en la importancia de los contactos diplomáticos en esta etapa. De acuerdo con las fuentes provenientes de Tlaxcala, desde un principio los tlaxcaltecas dieron una recepción amistosa los recién llegados; por eso las embajadas con presentes y alimentos. En cambio, para las versiones de Cortés y López de Gómara, estas misiones diplomáticas eran parte de una estrategia “engañosa” de los tlaxcaltecas que buscaban atacar a los españoles a traición. Esta trampa fue desmontada por la astucia y la audacia de Hernán Cortés, quien hizo mutilar a varias decenas de enviados tlaxcaltecas; después realizó un cruento ataque contra un poblado tlaxcalteca.

En este sentido para las versiones de Cortés y Gómara, la alianza fue resultado de la victoria española. Para los tlaxcaltecas, en cambio, fue la consecuencia lógica de las propias iniciativas amistosas emprendidas por los gobernantes de Tlaxcala. Bernal Díaz del Castillo presenta una versión intermedia, pues da importancia a la guerra, pero también a las iniciativas de paz de los tlaxcaltecas.

Tradicionalmente, las divergencias entre estas versiones han sido explicadas como una omisión deliberada de los tlaxcaltecas que pretendían borrar el recuerdo de la guerra porque éste podía poner en entredicho su alianza con los españoles.  Estas valoraciones negativas de la memoria tlaxcalteca parten de atribuir una mayor veracidad a la versión de Hernán Cortés. Por ser más cercana a los hechos, escrita en octubre de 1520, la Segunda Carta de Relación sería el testimonio más directo y más auténtico de lo que realmente sucedió en septiembre de 1519. Sin embargo, no hay que olvidar que el capitán español no estaba escribiendo una crónica veraz y desinteresada de los acontecimientos, sino presentando un alegato jurídico para justificar sus propias acciones y sus ataques contra los indígenas. Por eso, tenía interés en exagerar el conflicto inicial con los tlaxcaltecas para así justificar las acciones militares que cometió en su contra y dar más relieve a su supuesta “victoria” sobre ellos.

Podemos pensar en cambio en una relación diferente entre las versiones y los hechos. Durante las primeras semanas en que los expedicionarios entraron en territorio de Tlaxcala, los diferentes pueblos y entidades políticas que confirmaban ese altépetl confederado establecieron diferentes tipos de relaciones con ellos. Algunos los atacaron, entre ellos los otomíes de Teocohuactzinco y también miembros de los 4 principales señoríos de Tlaxcala. Otros establecieron contactos con ellos, les ofrecieron comida, dialogaron con sus intérpretes, tendieron puentes de alianza. Estas acciones estaban medianamente coordinadas, pero como Tlaxcala no era una entidad política centralizada, cada grupo buscaba la opción que le parecía mejor ante la amenaza y la oportunidad que representaban los españoles. Por ello la multiplicidad de las relaciones tejidas con los españoles, no era producto de duplicidad o de engaño, sino la suma de iniciativas independientes y relativamente autónomas. En su conjunto, los diferentes actores nativos, otomíes, tlaxcaltecas populares, tlaxcaltecas gobernantes, buscaban conocer la naturaleza de estos seres extraños y violentos que habían irrumpido en su territorio y también modularla para evitar ser dañados por ella y para lograr aprovechar sus bríos.

Curiosamente es en la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España de Díaz del Castillo donde encontramos algunos ecos de esta pluralidad. En primer lugar, llama la atención que este autor español presenta una versión en que hubo una guerra que fue honorable en que los dos bandos padecieron bajas y en que ninguno cometió infamias. Al cabo de este conflicto, impulsado por los sectores más recalcitrantes de la sociedad tlaxcalteca encabezados por Xicoténcatl el joven, los diferentes pueblos de Tlaxcala decidieron por voluntad propia hacerse aliados de los españoles, quienes aceptaron su amistad con agradecimiento. Esta versión difiere tanto de la memoria tlaxcalteca de esos días, pues habla de las batallas, pero también de su capitán Cortés, pues no menciona la masacre de civiles tlaxcaltecas y en cambio enfatiza las bajas y heridas sufridas por el ejército español. En suma, lo que presenta Bernal parece ser una memoria compartida entre los conquistadores españoles y sus aliados tlaxcaltecas, que los ayudaron a dominar Guatemala, donde se establecieron juntos. Una memoria que tras años de colaboración y convivencia había borrado los aspectos más negativos del enfrentamiento y recordaba sobre todo el inicio de una larga alianza.

Para citar: Federico Navarrete , La memoria tlaxcalteca de la llegada de los españoles, México, Noticonquista, http://www.noticonquista.unam.mx/amoxtli/1738/1738. Visto el 22/04/2024